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Para planificar nuestra jubilación, empecemos a ahorrar ya

En el artículo «La estafa piramidal del sistema de pensiones ¿Hay soluciones?» repasamos varios puntos débiles del sistema de pensiones y en el largo plazo nos encontraremos con diferentes problemas como una población envejecida con pocos cotizantes para mantener a muchos pensionistas, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social conocido como hucha de las pensiones cada vez queda menos dinero, o bien un sistema laboral, que aunque se ha ganado en flexibilidad, sigue teniendo serios problemas por los elevados costes de contratación. Todo esto es un estupendo cóctel para que nos estallé en las manos el día que le digamos al Estado, por allá a los 67 años o más adelante (si hay nuevas reformas), que nos empiece a pagar la prestación por jubilación porque durante todos los años  anteriores hemos contribuido forzosamente mediante las cotizaciones a la Seguridad Social cerca del 28,30 por ciento por contingencias comunes, siendo el 23,60 por ciento a cargo de la empresa y el 4,70 por ciento a cargo del trabajador. A partir de ese momento veremos si el Estado puede responder a las obligaciones contraídas con los cotizantes actuales, y qué capacidad de compra tendremos con la pensión que nos aporten mes a mes.

Hay que recordar que en la actual reforma de las pensiones se introdujo el factor de sostenibilidad, lo que significa vincular las pensiones al presupuesto y no a la evolución del IPC. Implica que las pensiones solo suben si aumentan los ingresos del sistema por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones. Este factor se movería entre unos valores situados entre un mínimo del 0,25% y un máximo del IPC + 0,5%. Como el Estado no es precisamente el mejor gestor de este país, no hace falta ni comentar como acabo el experimento de introducir políticos en la gestión de las Cajas de Ahorros, olvidémonos en designarles la responsabilidad de como debemos pasar los últimos años de nuestra vida. Así que no está de más que asumamos nosotros la responsabilidad de planificarnos nuestra jubilación.

Aunque suponga un duro esfuerzo para muchos ciudadanos de este país, la mejor opción que podemos hacer es ahorrar desde ya. Una planificación que se base en la contratación de un plan de pensiones que a través de la diversificación, generen una rentabilidad progresiva mediante la capitalización compuesta puede ser una opción. Este concepto es descrito en finanzas como capitalización compuesta. Para entenderlo mejor, supongamos que cada mes ahorramos 100 euros y los aportamos a nuestro plan de pensiones que supongamos que ofrece un 5% anual. ¿Cuáles serían los resultados?

  • Durante los 5 primeros años usted habría ahorrado 6.000 euros pero el valor de su inversión sería de 6.809 euros.
  • Tras 10 años usted habría ahorrado 12.000 euros pero el valor de su inversión sería de 15.499,21 euros.
  • Tras 20 años usted habría ahorrado 24.000 euros pero el valor de su inversión sería de 40.745,78euros.
  • Tras 30 años usted habría ahorrado 36.000 euros pero el valor de su inversión sería de 58.812,09 euros.
  • Tras 40 años usted habría ahorrado 48.000 euros pero el valor de su inversión sería de 148.856,46 euros.

La Bolsa,  suele ofrecer a los inversores un retorno promedio del 10% anual. Por lo que si tenemos poca aversión al riesgo y no se nos acelera el ritmo cardíaco ante las caídas bruscas, otra opción sería la exposición a la renta variable. La manera más barata para alguien que no tenga conocimientos bursátiles, no quiera ver repercutido en su capital excesivas comisiones de gestión y simplemente quiera replicar un índice bursátil, es mediante la contratación de ETF’s, que son fondos cotizados. La práctica sería la misma que la descrita anteriormente, hacer aportaciones mensuales en un ETF que replique por ejemplo el EuroStoxx50. El mismísimo Warren Buffett está tan a favor de los ETF’s que recomendó a su mujer que tras su fallecimiento, depositara el 90% de su fortuna en el ETF Vanguard que replica el comportamiento del S&P 500 y el otro 10% restante en Obligaciones del Tesoro de EEUU a corto plazo.

Esta práctica de aportaciones periódicas se conoce como promediar el coste monetario y nos sirve para desvicularnos de nuestro estado emocional poniendo nuestras inversiones en modo automático. En la mayor de las euforias la aportación periódica comprará un número pequeño de participaciones del ETF, una buena decisión porqué la bolsa suele estar cara y mejor ser cautos. No obstante en los grandes pánicos, la bolsa estará cada vez más barata y la aportación periódica será capaz de comprar mayores participaciones cuando el mercado bursátil se encuentre en fase bajista.

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