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El dilema de Draghi y su QE

Las compras mensuales en valores del sector público y privado que realiza el Banco Central Europeo (BCE) ascienden a 80.000 millones de euros en promedio (desde marzo de 2015 al de marzo de 2016 cifra mensual promedio fue de 60.000 millones de euros). El programa se lleva a cabo, en principio, hasta finales de marzo de 2017,  mientras que el actual balance del BCE es de 3,34 billones de euros . Todo ello, hay que enmarcarlo en el objetivo de inflación del 2% que persigue la autoridad monetaria en el medio plazo que por ahora no se están consiguiendo.

Sobre la QE existen ciertas reglas para llevarlas a cabo… El banco central no puede comprar bonos que coticen por debajo a la tasa de depósito, que actualmente se encuentra en el -0.4% asimismo, no puede poseer más de una cierta proporción de cada emisión de bonos. Luego está la llamada regla clave del capital, lo que implica que los volúmenes de compras deben seguir una coherencia proporcional al tamaño de las economías miembros de la zona del euro.

Y es aquí donde surge el problema… Alemania, la primera economía de la Eurozona, tiene en la actualidad cotizando la mitad de los bonos soberanos alemanes entre 2 y 30 años a una TIR inferior a la tasa de depósito, según los analistas de Pictet. Por esa razón, se hace difícil para el BCE alcanzar su objetivo de invertir un promedio de 80 millones de euros al mes en activos.

Esto implica que habrá algún tipo de incumplimiento en los esquemas de materialización del QE de Draghi. El BCE va a tolerar alguna desviación de las proporciones dictadas por la clave del capital, con el fin de restablecer el equilibrio con el tiempo.

Una posibilidad es que el BCE podría ponderar mayor volumen de compras  de más de países altamente endeudados como Italia . Aunque, bajo este supuesto, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ya ha advertido el riesgo de desdibujar la línea entre la política monetaria y fiscal. También puede darse abandone su regla autoimpuesta de adquirir aquellos bonos con una rentabilidad mayor que la tasa de depósito.

Por otra parte, con sólo seis meses más de compras de activos programadas, y los datos recientes que destacan la fragilidad de la recuperación, por lo que muchos analistas vaticinan que el BCE tendrá que prolongar la su programa QE. No obstante, se debe decidir si eso requiere un rediseño de un programa de 1,7 billones de euros que está absorbiendo rápidamente la oferta de deuda de las diferentes países de la Eurozona.

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