Tras más de un año de investigaciones, ya se conocen las sanciones impuestas a las seis grandes entidades bancarias europeas por manipular deliberadamente el índice Euribor. Serán 1.712 millones de euros a repartir entre las seis que, entre partida de pádel y tarde de golf, pactaban colocar el Euribor como más le conviniera a sus intereses entre los años 2005 y 2008. Esta sanción, aunque enorme, de hecho es la mayor impuesta por la CE, es minúscula comparada con los enormes beneficios que estas compañías generaron con sus malas prácticas. Sin embargo, ya el sólo hecho de que se haya descubierto la trama y se haya hecho pública es un gran paso. Los sancionados son Deutsche Bank, Société Générale, Royal Bank of Scotland, JP Morgan y Citigroup, además del bróker RP Martin. Aunque se sabe que había otros involucrados en la trama, como el británico Barclays y el grupo suizo UBS, aunque éstos se han librado de la sanción por ahora debido a su colaboración en la investigación. Así mismo también se sabe que la manipulación también tuvo lugar con el Libor y el Tibor, que son los índices de referencia respectivamente en los mercados británico y japonés; lo que ha conllevado su propia investigación y sus propias sanciones; de hecho fue la investigación de la posible manipulación del Libor lo que llevó a abrir la investigación sobre el Euribor.
¿Pero cómo funcionaba este entramado? Parece ser que más fácil de lo que podría parecer, ya que todo se debe a la manera en cómo se determina el Euribor y a la falta de control por parte de la autoridad europea. El Euribor se determina a diario con los reportes del tipo de interés al que prestan los 44 bancos más importantes que operan en la CE. Las entidades reportan al organismo competente (Reuters) el tipo de interés al que prestan, se elimina el 15% mayor y menor (las cinco mayores y las cinco menores), y del resto se hace la media, obteniéndose así el Euribor; su valor mensual es muy utilizado para los préstamos bancarios y el anual es el que determina el valor de buena parte de las hipotecas.
La primera parte del problema viene cuando varios de los “traders” vinculados a los bancos multados empezaron a conceder préstamos a intereses bien demasiado altos, con el fin de obtener beneficios a corto plazo, o bien, como sucedió por el 2008, a intereses demasiados bajos, con el fin de ocultar la debilidad financiera de su entidad. Sólo entonces saltó la alarma en Estados Unidos, tras la oportuna investigación, se observó que esta práctica se había llevado a cabo con el Libor, el Euribor y el Tibor (el tipo de referencia japonés); ahora además se están investigando posibles irregularidades en el mercado de divisas, en productos en francos suizos,…
Se ha comprobado que las operaciones de estos “brokers” estuvo en muchos casos dirigida desde las propias entidades, por lo que no eran casos aislados (de ahí las sanciones a estos bancos) y que se pactaban con simples correos o llamadas telefónicas entre ellos. En ellos primaba más el corporativismo y el beneficio mutuo de la colaboración antes que el principio de la competencia que por pertenecer a entidades distintas se les presuponía.
La segunda parte del problema ha estado en que la autoridad europea no ha supervisado en ningún momento los datos aportados, por lo que la colaboración de estos grandes operadores, junto con el efecto de arrastre que sus movimientos generaban, bastaban para situar el Euribor a la cotización que les conviniese.
¿Cómo afectaron al consumidor de productos financieros estas prácticas abusivas? Según la autoridad europea, de ninguna manera relevante. No se puede determinar que el consumidor se viese perjudicado porque variaban el Euribor al alza o a la baja indistintamente dependiendo de las circunstancias que les adecuasen. Según el comisario de Competencia Almunia “el dictamen contra los bancos que participaron en el cártel no abre la vía para que los particulares reclamen daños y perjuicios por la manipulación del tipo de interés de su hipoteca, dado que no les afectó directamente”. Ya se verá si la propuesta de directiva sobre compensaciones a las víctimas de infracciones del derecho de la Competencia, a la que sólo le falta su aprobación por el Parlamento Europeo, aporta una solución, ya que ahí sí que se abre una puerta judicial ventajosa para aquellos que se sientan perjudicados por estas prácticas.