IRPH

Llegó la corrección anunciada el viernes pasado motivada por el exceso de complacencia advertido hace dos semanas. Lo cierto es que muchas veces hemos comentado que la bolsa y la economía real no van de la mano en ocasiones pero ver máximos en índices bursátiles con la segunda economía del mundo prácticamente paralizada era algo que escapaba a toda lógica. Pareciera que el Smart money (o las manos fuertes, o los leones, como queráis llamarlos) han provocado aposta una falsa sensación de seguridad para que el pequeño inversor (la gacela) no sólo no vendiera, además siguiera comprando. Como ya he dicho muchas veces respeto a los gestores pasivos, que confían en el “a largo plazo ya subirá” y no eligen el momento ideal de compra sino que más bien recomiendan comprar cuando el cliente dispone de liquidez… Sin embargo, prefiero la gestión activa que, siendo mucho más difícil, es muchísimo más rentable si se hace bien y además proporciona momentos de tranquilidad cuando los demás, los que tienen cartera siempre, sienten el pánico de sesiones como las del comienzo de esta semana.

Tengo dos amigos que están empezando en esto de la bolsa y en general me hacen caso. Además de elegirles valores, les recomiendo cuándo comprar y cuándo vender y he sacado dos grandes conclusiones: una es que todos cuando empezamos en bolsa caemos en los mismos errores y no ha cambiado nada de cuando yo empecé a ahora a pesar de toda la información que hoy existe gracias a la tecnología, y otra es que se confirma lo que siempre he pensado: los cursos de bolsa no sirven para casi nada porque el factor humano pesa mucho más, y de hecho diciéndole lo mismo a los dos uno no quiso vender un valor antes de esta movida cuando yo se lo dije y tiene un pille que el otro no. ¿El motivo? Que le parecía que ganaba poco dinero, es decir, que pensaba que el mercado le daría lo que él quería, error muy común y que entra en ese difuso campo de las trampas psicológicas que tanto lastran al pequeño inversor.

Ambos están contentos porque ganar, como les ha pasado más de una vez, un ¿4%? en unos días es más de lo que consiguen teniendo ¿10? años el dinero en el banco pero no se conforman y no pueden evitar fijarse en valores que lo hicieron mejor, en esperar comprar ese valor –generalmente un chicharro- que en un día “dá” un pelotazo y lamentarse de no haberlo comprado, en buscar acertar con esa opa que tantos valores descuentan pero sólo ocurre en muy contadas ocasiones. Tampoco pueden evitar querer volver a comprar la acción concreta que les hizo ganar dinero en el pasado si vuelve al nivel donde compraron por vez primera ya que les parece “barato”. Y da igual que les enseñe cómo cotizaba en agosto pasado, como nos pasa a todos si nos acostumbramos a unos niveles de precios, en cuanto éstos bajan tendemos a creer que están “baratos”. De hecho, ahora mismo la sensación generalizada es que el Ibex está barato por el único motivo de haber cotizado por encima de 10 ml hace unos días pero si nos fijamos en el gráfico, resulta que si excluimos la “extraña” (en los que las malas noticias de todo tipo han sido predominantes y las únicas buenas han sido los resultados de algunas multinacionales norteamericanas) subida de estos dos últimos meses, lo cierto es que cotiza en la media del último año, y eso que los dividendos pagados ya han sido restados al índice.

Y les cuesta no operar, tienen el gusanillo y les duele cuando, por ejemplo hace dos semanas, les dije que no compraran nada, que venía una corrección. “¿Cómo va a bajar esto si a pesar del coronavirus Wall Street está en máximos históricos” me dijo uno (recordándome lo que comentaba antes de la engañifa perpetrada por las “manos fuertes”), y el otro que en un periódico habían dicho tal y cual cosa. Yo me equivoco mucho pero sigo la máxima de que es mejor no ganar que perder y hay algo que sé: nadie conoce el futuro pero del comportamiento del mercado sabemos más los que vivimos de él arriesgando nuestro propio dinero que los que viven de escribir sobre él. Y no tengo ni idea de si el mercado subirá o bajará (aunque apuesto que subirá por lo de siempre, la enorme liquidez en el sistema y los tipos negativos que provocan una tendencia que vence una y otra vez a la desaceleración económica evidente) pero sé que ha sido mejor esperar para comprar esta semana que haber estado comprado y haber sufrido con las fuertes caídas. En general sigue sin darme miedo el coronavirus como pandemia pero sí la respuesta que están dando las autoridades. Me parece que los bloqueos, como se está viendo, no son efectivos y el daño económico que están provocando puede que sea socialmente más grave que un virus con menos de un 1% de mortalidad salvo en ancianos y personas con enfermedades pre-existentes.

Cambiando de tema, el 3 de marzo por la mañana saldrá la sentencia definitiva del Tribunal de Justicia Europeo sobre el IRPH (no sobre su legalidad sino sobre si su aplicación fue abusiva o transparente). Recordemos que hay casi un millón de españoles que se sienten estafados por haber suscrito sus hipotecas con este sistema en lugar de con el Euribor ya que han pagado mucho más durante estos años (rondan los 2 puntos de más de media) por sus hipotecas. En su momento el Tribunal Supremo desestimó su demanda pero la Comisión Europea el año pasado presentó un informe en que pedía al TJUE que dictaminase contra la aplicación del IRPH por falta de transparencia. Esto puede ser la puntilla para los bancos españoles en bolsa dependiendo no de si la sentencia será en su contra –algo que casi todos esperan-, sobre todo de la retroactividad que se aplique. En mi opinión un coste de unos 3 mil millones ya estaría descontado aunque como supondría aproximadamente el 20% del beneficio estimado para todo 2020, hay una lógica preocupación no sólo entre los afectados, también entre los millones de accionistas.

Links.-

• El coste de lo público (y 2)
• Los cisnes blancos del 2020 | by Nouriel Roubini
• Se termina el efecto rebote por la brexit en la UE | by Mark Leonard
• ¿La economía es lo suficientemente fuerte como para reelegir a Trump? | by Michael J. Bosk
• Cómo adaptarse a un mundo de avance rápido | by Mohamed A. El-Erian
• El gran salto chino hacia dentro de la epidemia | by Aryeh Neier
• Situación Comunitat Valenciana. Primer semestre 2020 – BBVA Research
• El coste de lo público (y 3)

Ya estamos en octubre, el mes más temido, con razón, por su volatilidad:

Pero la veracidad de esta imagen, cortesía de este interesante blog, no quita para que sea un mes injustamente tratado. Tiene muy mala fama desde el crash de 1929 pero lo cierto es que no sólo no es un mal mes, por estadística, para la bolsa, es que es uno de los tres que componen el trimestre habitualmente más rentable del año: el último. Cierto que el año pasado fue horrible y que además se asemeja de alguna forma al actual porque Wall Street también marcó sus máximos históricos en septiembre (este año no pero casi) aunque precisamente por eso, es raro que una anomalía estadística se repita dos años seguidos. Mucho pesimismo económico, sólo justificado en el caso de la Eurozona, y con el fantasma de un Bréxit duro que sigue siendo un riesgo real pero también mucha liquidez barata en el sistema, me llevan a pensar que los activos de riesgo tendrán un buen final de año. Y es que la liquidez, como hemos visto los últimos años, es mejor argumento que cualquier motivo racional. Empresas en pérdidas suben como la espuma y otras que dan beneficios sufren en bolsa…

Hoy voy a hablar de dos valores españoles que están entre las de peor comportamiento este año a pesar de que ganan dinero: Unicaja y Liberbank. Ambos bancos sirven de ejemplo no sólo para demostrar que el análisis “value” cada vez tiene menos peso entre los inversores, también que la sombra de las cajas de ahorro es muy alargada. Ambas entidades proceden de cajas de ahorros: Unicaja sobrevivió a la  crisis en solitario mientras Liberbank –fundado en 2011- es la suma de las antiguas cajas de Asturias (la mayor de todas, recordemos que se “comió” a la de Castilla La Mancha, la primera en “caer”), Extremadura y Cantabria. Liberbank estuvo a punto de fusionarse con Ibercaja en 2012 pero no fructificó por la crisis bancaria (iniciada por el crash de Bankia) de aquel año, necesitando ayudas del FROB para reforzar su capital. En 2013 sale a bolsa, y en 2014 y 2017 necesitó ampliar capital de nuevo. A finales de 2018 Unicaja y Liberbank anunciaron su intención de fusionarse y el 22 de febrero de este año Abanca anuncia una OPA sobre Liberbank por 1700 millones que fue rechazada por Liberbank, que en mayo también rechaza la fusión con Unicaja.

El motivo para no aceptar las ofertas viene porque los directivos de Liberbank –que a su vez representan a cada una de las 3 antiguas cajas que necesitan, por estatutos, estar de acuerdo unánimemente- no quieren perder poder (en el caso de Abanca lo perdían todo porque el comprador iba a prescindir de ellos y en el de Unicaja fue porque no se pusieron de acuerdo en el reparto de las cuotas) pero con estas negativas están arruinando a los accionistas y es que el banco vale ahora la mitad de lo que ofreció Abanca por él en febrero. Si Abanca, que no cotiza en bolsa y quiere ampliar su tamaño, quiere comprar Liberbank pero renuncia a ello porque no quieren vendérsela, es una mala noticia para la acción pero demuestra que la empresa tiene un valor para otros en el sector. Pero para la bolsa eso importa poco, sólo subirá si se concreta alguna operación corporativa aunque sus números sean buenos, eso es lo de menos. Los inversores prefieren arriesgar sus dineros en startups que llevan años dando pérdidas pero que seguramente quizás tal vez en un futuro no demasiado lejano den una gigantesca rentabilidad.

Unicaja también está sufriendo mucho en bolsa. Ambas han caído tanto los últimos meses porque se da por hecho que con su pequeño tamaño no tardarán en volver a tener problemas de capital y porque todos saben que la única solución contra eso es una operación corporativa pero los directivos son tan egoístas que no miran por el bien de las entidades y por el de sus accionistas. Según parámetros “value” ambas cotizan muy muy baratas, colocando algunos analistas los “precios objetivo” un 80% por encima de la cotización actual ya que ofrecen beneficios (Unicaja incluso paga dividendos) y cotizan muy por debajo de su valor en libros. Pero no levantan cabeza. Ambas pueden tener problemas con la sentencia del IRPH y en concreto Unicaja podría verse afectado por un Bréxit duro y sus implicaciones en Andalucía pero nada justifica su actual cotización, máxime cuando su mayor negocio no corre peligro ya que las dos dan servicios bancarios a las administraciones de sus correspondientes comunidades autónomas. Lo que ocurre es que el mercado siempre es soberano y es evidente que los inversores –o al menos la mayoría o los que más peso tienen- se han cansado de unas direcciones tan ineptas. Hablo de estos dos valores precisamente porque son una prueba más de lo poco que importa que una empresa esté bien o esté mal para que suba o baje en bolsa. Por eso creo que lo que menos va a hacer sufrir a un ahorrador típico –yo ya no tengo remedio- es diversificar mucho o, quizás lo más sencillo, invertir en índices y no en valores concretos.

Efectivamente Octubre ha empezado volátil, cerrando con alzas septiembre este lunes y continuando el movimiento gran parte del martes hasta que un dato malísimo –el peor en 10 años- norteamericano recordó que la producción manufacturera allí se desploma ante la absurda guerra comercial que, como todos sabíamos, nunca nadie gana y todos pierden. Para colmo al día siguiente se anunciaron nuevas tarifas de los EUA a la UE.. Si a eso sumamos la cercanía de un posible Bréxit duro y las malas cifras eurozoneras, ya tenemos un comienzo de mes muy complicado que amenaza con parecerse al del año pasado. Sin embargo, yo creo que están ocurriendo ahora bajadas que, por estadística, deberían haber ocurrido en septiembre y que todo esto no es más que volatilidad. Lo mismo me equivoco pero mi escenario sigue siendo el de un buen último trimestre bursátil (y probablemente también para el crudo). No obstante, siempre me gusta recordar que la bolsa es una inversión voluntaria, que sólo hay que estar dentro si por cantidad invertida una pérdida no afecta a nuestra calidad de vida y si por talante del inversor no nos cambia el humor – a peor- cuando perdemos ni nos convierte en estúpidos soberbios cuando ganamos.

Links.-

• Montoro fue protagonista en las elecciones locales
• El estancamiento de la clase media norteamericana
• La agudeza de Lagarde es la oportunidad de Europa | by Mohamed A. El-Erian
• Cómo las políticas climáticas afectan a los pobres | by Bjørn Lomborg
• La pesadilla recurrente de Argentina | by Andrés Velasco
• “Los demócratas han cometido un grave error al iniciar un juicio político contra Trump. Están reproduciendo el caso de Bill Clinton en 1998, un ejercicio inútil que perjudicó a los republicanos, mejoró el poder de Clinton y causó daño institucional”
• Cómo evitar la próxima recesión | by Jean Pisani-Ferry
• ¿Las perspectivas económicas de Europa son más brillantes de lo que parecen? | by Anatole
• Europa necesita reformular la política migratoria | by Claus Sørensen
• La política y las matemáticas