Artículos de opinion
A pesar del balance positivo de la semana tras los mínimos mensuales del viernes, y a falta de la sesión de hoy, volvemos a cerrar en negativo el mes en las principales bolsas mundiales (excepción de la china que a cierre de ayer subía cerca del 10% en el año) y para hacernos una idea de lo que supone esta pérdida patrimonial su porcentaje es similar a la de todo el primer semestre del 2008. Y me ahorro calcular lo que supondría en términos anuales promediar en 12 meses el resultado de enero, mes por otra parte estadísticamente de los más alcistas del año.
Poco más que añadir en cuanto a la bolsa, no hay que ser analista para ver que los fundamentales de la economía están tan mal que por muy buenas cifras y por muy buena situación financiera de muchas compañías cotizadas que haya (que las hay), la crisis global acabará afectando a sus resultados y en un mercado dominado por especuladores a corto es inútil intentar un análisis lógico pensando en inversiones a medio/largo plazo. Y en cuanto al análisis técnico, roto en el mes de enero el mínimo de diciembre (lo que se llama el “december low indicador”) las perspectivas para el año no son buenas, aunque esta figura ya falló en el 2006 y dado lo extraño de la situación actual, simplemente lo cito pero más vale pensar en febrero que en dentro de 10 meses. Y desde luego para febrero lo que hay es la misma duda que ya expresé gráficamente la semana pasada: si estamos en un doble suelo o en una ruptura de mínimos del 2008 que pueden provocar unas pérdidas muy abultadas. Como ya dije es normal que en esta zona haya rebotes pero yo sigo siendo pesimista mientras este lateral-bajista actual no rompa alguna resistencia importante.
Cambiando de tema, es notorio que llama la atención que los bancos españoles sigan reportando beneficios en contra de la tendencia internacional y a pesar de la mala situación económica de España, incluso bancos cuyo negocio es nacional como el caso de Banesto, Bankinter, Guipuzcoano… Aparte de las buenas medidas que tomó Banco de España en los años ´80, la capacidad de gestión de nuestros banqueros, la incultura financiera del cliente medio de la que éste se aprovecha, la absorción de activos inmobiliarios antes que reconocer la morosidad, la renegociación de deudas etc., veamos uno más de los posibles motivos que influyen es esto.
En contabilidad hay algo que se conoce como principio de prudencia: reconocer las pérdidas cuando se producen y las ganancias sólo cuando se han realizado. De esta manera se evita que si un activo en manos de una empresa sube de precio se hinchen los beneficios y se asegura que haya una provisión que garantice la situación patrimonial de una compañía si los activos que la respaldan se deprecian. Es decir, si una empresa tiene un edificio comprado por 100 millones y a valor de mercado vale 200, no debe apuntarse esos 100 como beneficio pero si se rebaja a 60 debe provisionar 40 para cubrirse.
Pero el gobierno reformó a finales del año pasado la ley de sociedades anónimas y dictaminó que cuando la reducción del valor del activo provoca la quiebra de una empresa, se concede una exención de reconocer esa depreciación en los dos años siguientes. Con esta medida se pretende que cuando la crisis económica termine, los activos -que se da por hecho se revalorizarán- no necesitarán esa provisión que hoy no es posible por la restricción crediticia.
De este modo muchas empresas -sobre todo en el sector inmobiliario- han aplazado a una posible salida de la crisis en 2 años su quiebra inminente y por tanto no han suspendido pagos a los bancos con los que tienen deudas y de este modo la morosidad bancaria se ha contenido y por efecto bola de nieve el banco tampoco necesita hacer esas provisiones que por principio de prudencia deberían hacer. Es decir, volvemos otra vez a lo de siempre: si la crisis dura poco, todo es posible pero si se prolonga en el tiempo, sólo queda la esperanza en que los estados no quiebren. Es por eso que las voces que últimamente abogan por sacar a España del € creo se equivocan: nuestra única esperanza hoy por hoy radica en la solvencia de España en los mercados internacionales de deuda y para ello necesitamos una divisa creíble.
Un dato: Salvo prórroga (que imagino será lo que ocurra), en marzo finaliza la “barra libre” (préstamos sin límite de cantidad) del Banco Central Europeo. Sin ella, y a pesar de los atractivos tipos de interés que se ofrecen a los clientes para captar liquidez y de la reducción brutal del crédito, nuestro sistema financiero no puede afrontar los vencimientos de deuda que tiene con el exterior y necesitará que esa “barra libre” se la proporcione el propio estado español. Y es que los bancos tienen muchos activos pero poca liquidez…por muchos beneficios que reporten. Y necesitan un comprador para esos activos que en la actualidad sólo tiene un nombre: España.