Los mayores delitos financieros de la historia (III)

por Carlos Lopez

6. Toshihide Iguchi

Botín: 1,1 miles de millones de dólares

Lo que hizo:

Al principio de la carrera de Iguchi perdió unos cientos de miles de dólares en su trabajo en el Banco Daiwa e intentó arreglarlo, ocultando algunas inversiones más arriesgadas, mediante unas ventas no autorizadas a la cuenta en custodia, falsificando los estados contables del banco para indicar que los títulos no se habían vendido. Iguchi falsificó más de 30.000 recibos comerciales, entre otros documentos durante el fraude. Cuando los clientes ponían a la venta títulos que Iguchi, de hecho, ya había puesto a la venta en su propio nombre, o cuando los clientes necesitaban que les pagasen intereses sobre títulos que hacía mucho habían desaparecido, Iguchi liquidaba sus cuentas vendiendo más títulos y cambiando aún más registros. Finalmente, Iguchi había vendido unos 377 millones de los títulos de los clientes de Daiwa y unos 733 millones de los títulos de las propias inversiones de Daiwa para cubrir sus propias pérdidas comerciales.

Cómo le cogieron:

En septiembre de 1995, temiendo el daño que sus pérdidas podían ocasionar si el banco las descubría inadvertidamente, Iguchi escribió una carta de confesión al presidente del banco en Japón, detallando lo que había hecho. En ese momento la pérdida superaba los mil millones de dólares. El propio Iguchi declaró que había ocultado estas pérdidas para proteger su reputación y trabajo, y que este deseo de mantener la cara le dio el impulso para seguir operando de sin autorización. Daiwa ordenó a Iguchi que siguiera ocultando las pérdidas, pero él entregó la carta de confesión a las autoridades federales y fue arrestado en su casa. Iguchi más tarde diría en su defensa, correctamente, que ni un solo cliente del banco había perdido dinero.

Condena: 4 años de cárcel.

5. Nick Leeson

Botín: 1,4 miles de millones de dólares

Lo que hizo:

Desde 1992, Leeson realizó operaciones especulativas no autorizadas que al principio generaron grandes beneficios para Barings desde su despacho en Singapur, ganando así un bonus de 200.000 dólares además de su salario de 90.000 dólares ese año. Sin embargo, su suerte pronto se acabó cuando utilizó una de las cuentas de error de Barings (cuentas utilizadas para corregir errores cometidos al operar) para ocultar sus pérdidas. Leeson siguió utilizando esta cuenta para cubrir posteriores operaciones fallidas, insistiendo por consiguiente en que nunca utilizó la cuenta para su propio beneficio. El principio del fin tuvo lugar el 16 de enero de 1995, cuando Leeson colocó una opción mixta a corto en las bolsas de Singapur Tokio, apostando a que la bolsa japonesa no oscilaría significativamente durante la noche. Sin embargo, el terremoto de Kobe se produjo por la mañana temprano el 17 de enero haciendo caer en picado los mercados asiáticos y las posiciones de Leeson. Leeson intentó recuperarse de sus pérdidas realizando una serie de nuevas operaciones cada vez más arriesgadas, pero solo empeoró su posición. Finalmente, Leeson dejó una nota que decía “lo siento” y voló a Singapur el 23 de febrero, dejando pérdidas de 1,4 miles de millones, o dos veces el capital disponible del banco. Tras el intento de rescate fallido, Barings fue declarado insolvente el 26 de febrero.

Cómo lo hizo:

Fue bastante obvio que algo estaba pasando cuando el capital económico del banco se perdió y Barings quebró.

Condena: 6 años y medio de cárcel.

2 comentarios

botin 20 febrero 2013 - 7:20 PM

Lo de poner “Botín” debajo de caja fraude, ¿lo hacéis con segundas?

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NegocioAlInstan 20 febrero 2013 - 8:17 PM

En la actualidad se siguen cometiendo delitos de este tipo de índole en  muchas ocasiones estos delitos quedan impunes y las empresas se van ala quiebra por eso hay que tener en cuenta la seguridad que nos ayude a que no se comentan este tipo de delitos.

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