Hace unos años tuve una época en la que viajaba en avión mínimo una vez por semana y como soy un lector compulsivo a veces se daba la circunstancia que alguien que se sentaba a mi lado me hablaba acerca de lo que me veía leer. Como a veces eran informes de mercados financieros no podía evitar que me preguntaran sobre la bolsa, aunque lo que tuviera en las manos fuera sobre futuros de tipos de interés. Una vez en un puente aéreo una mujer me dijo que si tenía tiempo durante el vuelo para explicarle lo que eran los warrants porque quería invertir en ellos. Es decir, no sabía lo que eran pero sabía que quería meter dinero ahí porque había leído o alguien le había comentado que eran muy rentables.
Este tipo de comportamientos por desgracia sigue siendo habitual en algunos, y de hecho me he encontrado estos meses con personas que me han preguntado cómo podían operar en CDS o qué opinaba de comprar bonos griegos, que habían leído que daban muy buena rentabilidad. No es tan extraño actuar por impulsos poco racionales ante la avalancha de información sobre un tema concreto y no es algo exclusivo de las inversiones: Rusia rechazó importar productos de cerdos de España en cuanto se hicieron públicos casos de gripe A (entonces conocida como gripe porcina) en nuestro país aunque los animales no tenían nada que ver con ello. Ahora el tema de moda, incluso sacado a colación el otro día por Trichet, es el de la reforma de las pensiones y su relación con la solvencia de España, como si a día de hoy la Seguridad Social estuviera quebrada cuando en realidad está en superávit. Esto es lo mismo que con la reforma laboral, si tiene algún efecto positivo desde luego no se notará en el corto plazo, y el que las personas se jubilen más tarde o cobren menos pensión en el futuro tiene menos influencia a corto plazo en la rentabilidad de nuestra deuda pública que la compra puntual de bonos portugueses por parte de BCE. Las relaciones causa-efecto las buscamos nosotros y a todo le queremos encontrar explicación y deducimos que decisiones que afectan al medio plazo económico tienen efecto inmediato en las cotizaciones. Y generalmente si la consecuencia es positiva para la inversión que tengamos, jamás nos quejamos de la falta de lógica del movimiento pero si sucede lo contrario, entonces protestamos. ¡Cuántas veces habré oído que cómo es posible que tal o cual empresa pierda en unas horas X millones en capitalización bursátil y qué pocas veces he oído quejas de lo contrario! Eso sí, yo creo que protestar es hasta mentalmente sano pero supone un suicidio económico el empeñarse en hacer prevalecer nuestra lógica sobre los acontecimientos.
Cara al fin de año hay que recordar lo que se puede hacer para reducir la factura fiscal, y para –por desgracia ya que ha resultado ser un pésimo año para ellos- la mayoría de inversores en bolsa española se ofrece una buena oportunidad de realizar pérdidas -que compensar con otros beneficios hasta un máximo de 4 años- deshaciendo sus posiciones. Si la intención es seguir invertidos la cuestión es, a la vez que se vende el valor en pérdidas, comprar otro que vaya a tener una evolución similar y tras dos meses volver si se quiere a la inversión original. El ejemplo más claro es el de Santander y BBVA, valores de precio similar situados en el mismo sector y con una estrategia parecida: el que pierda dinero con alguno de ellos puede venderlo y comprar el otro que el beneficio fiscal va a ser inmediato y la inversión resultante no va a diferir mucho en rentabilidad. Por supuesto tiene algo de riesgo, aunque ese riesgo puede ser también a favor. Otros valores no son tan fáciles ya que por ejemplo a día de hoy Telefónica por el hecho de ser española ya no es comparable en riesgo a Deutsche Telekom como otros años y dentro del país no hay un valor similar.
Y es que si el futuro siempre es impredecible, respecto al futuro de Europa este año hay más dudas que nunca. Mi opinión es que la solución a los problemas de deuda –y no sólo a nivel europeo- va a pasar por el trago de la reestructuración, eufonía que significa que los actuales compromisos en determinados casos no se van a cumplir. Os recomiendo la lectura de este articulo de un economista que no tiene la fama de otros pero que habla muy claro: Barry Eichengreen: “es inevitable reestructurar las deudas” . En él explica un posible escenario para reducir el tamaño de la deuda, que es el gran problema, y que se podría resumir a nivel soberano en una nueva emisión de bonos –a mayor plazo y con menos interés que los actuales- garantizados por Alemania y el FMI que sustituyan a los emitidos por los países con dificultades para afrontar sus pagos (y que posiblemente incluyan una quita de esa deuda). Ignoro si efectivamente algo así ocurrirá pero viendo el fracaso de los rescates multimillonarios, la opción de que muchas deudas actuales nunca vayan a ser pagadas cobra más fuerza y de algún modo está implícito en la altísima rentabilidad a la que se negocian en los mercados los bonos griegos e irlandeses ya emitidos.
En cuanto a la actualidad de las bolsas, lo mismo desde hace semanas: clara tendencia alcista en las principales bolsas (esta semana la británica ha marcado máximos de dos años y medio) pero sin grandes movimientos por la falta de participación del sectorial bancario y las fuertes resistencias técnicas que, no obstante, se espera sean batidas por la estacionalidad favorable, que se intensificará las próximas sesiones ya que por estacionalidad resta lo mejor de diciembre. Y eso que la FED volvió a decir que el crecimiento es insuficiente para crear empleo pero lo cierto es que tras una ganancia del 80% del SP500 y de casi el 90% del Dax en 21 meses no parece haber excesivo interés vendedor. Sin embargo en el Ibex, a pesar de su buen diciembre, sigue habiendo muchas dudas ya que sobre-reacciona a un mercado de deuda cada vez menos líquido. Por cierto, tras el enésimo comunicado de la FED asegurando “tipos excepcionalmente bajos durante largo tiempo” y la decisión de BCE del otro día de postergar unos meses las inyecciones de liquidez parece confirmarse que diciembre acabará con el euribor algo más bajo que noviembre.
Algunas opiniones.
- Morgan Stanley, Perspectivas de la Economia USA.
- Informe de estrategia 2011 de Commerzbank (en inglés)
- Dani Rodrik: “Los rescates de Grecia e Irlanda son sólo paliativos temporales”
- Joseph Stigliz, ganador del Premio Nobel de Economía en 2001, aseguró que la recuperación de la economía mundial será muy lenta, debido, entre otras causas, a la debilidad de Estados Unidos y Europa ya que ambos viven un proceso similar al que Japón afrontó hace algunos años, pero acentuado debido al alto desempleo
- Latinoamérica: crecimientos y expectativas por países
- Estrategia ibérica bursátil por Banco Santander
- Perpectivas 2011 de la Caixa de Pensiones
Algunos datos.
- La oferta monetaria como porcentaje del PIB de cada país
- Las entidades francesas y alemanas son las que más tenían que perder con una reestructuración de la deuda griega (alargar los plazos de los pagos o condonar parte del dinero). En Irlanda, los bancos británicos y alemanes eran los más expuestos. Pero en ningún caso los riesgos están tan concentrados como en Portugal: un tercio de los activos (préstamos, títulos de deuda, imposiciones a plazo, acciones, líneas de crédito, derivados y garantías) es de bancos y cajas españolas, con compromisos por 74.300 millones de euros (98.300 millones de dólares).
- Los insospechados proveedores del mundo
- A pesar del aumento de emisiones, las entidades financieras españolas comenzaron el año con 147.752 millones de euros invertidos en deuda española, y aunque llegaron a tener 155.614 millones en junio, en octubre la cifra se había reducido ya a 131.866 millones.
- España: análisis por sectores de la evolución del PIB
- La banca española recurre menos al BCE