El que España fuese tierra conquistada por los musulmanes nos ha dejado muchos legados, desde algunos tan importantes y bellos como la Alhambra de Granada y algunos menos tangibles como son refranes y expresiones, siendo uno de los más conocidos el de “No hay moros en la costa“.
La historia relata que, durante varios siglos el Levante español fue objeto de frecuentes invasiones por parte de los piratas berberiscos (habitantes de la región noroeste de África, entre el Mediterráneo y el Sahara).
Los pueblos que vivían en la ribera, a causa de ello, se encontraban en constante zozobra y para prevenir el peligro, se levantaron a lo largo de la costa numerosas atalayas de mampostería ciega, a las que se ascendía por medio de escalas de cuerda que luego eran retiradas. Desde lo alto de esas torres se vigilaba el ancho horizonte y, no bien se avizoraban las velas de las naves berberiscas, el centinela de turno comenzaba a gritar: “¡hay moros en la costa!”. Sonaba entonces la campana, se encendían las hogueras de señal y la gente -alertada- se preparaba para la defensa. El sistema perduró hasta muchos años después, cuando se firmó la paz con los reyes de Berbería, pero el proverbial grito de ¡hay moros en la costa! pasó a ser expresión de uso familiar para advertir a alguien sobre la presencia de quien representa cierto peligro, o bien no conviene que escuche algo de lo que estamos diciendo. En sentido opuesto, se usa la expresión antónima no hay moros en la costa, para dar a entender que no existe peligro inminente para una persona que debe realizar determinada tarea.
Desafortunadamente, no podemos decir ahora que “No haya moros en la costa” ya que Jurídicamente el término “mora” se refiere a incumplir una obligación de ahí que a los que tienen deudas se les llame morosos. No obstante la mora del deudor en si, desde el punto de vista formal, no supone un incumplimiento definitivo de la obligación de pago, sino simplemente un cumplimiento tardío de la obligación. Por tanto, cuando escuchamos noticias como esta que nos dice que La tasa de morosidad repunta en abril hasta el 1,302%, el nivel más alto en más de ocho años debemos entender lo que significa el término moroso. No obstante, estamos hablando de una cifra muy alta para un país como España. Atentos al crecimiento en el último año:
Este dato supone un incremento de 0,176 puntos respecto a la tasa registrada el mes anterior, cuando se situó en el 1,126%, y contrasta con el nivel de abril del año pasado, cuando el indicador estaba en el 0,693%. Además, este repunte es la mayor subida experimentada por la tasa de morosidad en cinco años, desde que en abril de 2003 subió 0,98 puntos.
Si un 1% nos parece una cifra históricamente alta, mal panorama ve el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, ha dicho que la morosidad del sector financiero en España “tiene que subir” y podría moverse en el entorno del 2 por ciento a finales de este año y no descartó que el año que viene se sitúe cerca del 3 por ciento.
Sin duda, esta tasa subir todavía más si se cumplen los pronísticos de Caixa Catalunya la cual afirma que el euríbor podría escalar en un año hasta el 6%.
El director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó, apuntó hoy a que el Euríbor, principal indicador con el que se revisan las hipotecas, continuará al alza y pronosticó que “en un año podría subir al 6%”.
Cierto es que la noticia busca el titular y una frase del tipo “En un año podría” lleva a mi juicio, demasiada incertidumbre. Seguramente si hubiese dicho “En un año el euribor podría estar en el 5%” no habría sido noticia y si os fijáis, hay prácticamente la misma diferencia desde el valor actual al 5% y al 6%. Si no, basta con recordar este titular: El observatorio económico prevé que el Euribor se situe en el 6% en 2018.
Y para acabar, la noticia petrolífera del día: El petróleo ya sube más que el Nasdaq antes del estallido de las punto.com
La última burbuja reconocida en los mercados financieros fue la tecnológica. Aquella vez, el índice de referencia, el estadounidense Nasdaq Composite, subió en poco más de dos años el 257% —de octubre de 1998 hasta su máximo histórico de 5.048,62 puntos en marzo de 2000—, momento desde el cual el precio del barril West Texas (el de referencia en EEUU) ha crecido un 444%.
¿Será otra burbuja? ¿Cuántas más nos quedan?