Para definir el rendimiento laboral, he cogido un apunte de Guillén Gestoso, quien considera el rendimiento como
una variable que hace referencia al nivel desempeño obtenido en una tarea, de tal suerte, que puede hablarse de rendimiento alto, medio o bajo, de acuerdo al desempeño mostrado por el empleado. La distinción entre desempeño y resultado es fundamental, ya que éste último se refiere a las consecuencias que el desempeño genera en forma de recompensas o castigo, por tanto, condiciona los resultados.
Por tanto, un rendimiento eficaz es el resultado esperado y deseado de cualquier empleado. Aunque este rendimiento en el trabajo, no se debe solamente a las capacidades que posee el trabajador, pues hay otras muchas condiciones que condicionan el rendimiento. Veamos algunos datos:
El insomnio es un lastre en el trabajo
Hay muchas personas que tienen problemas para dormir y otras que después de haber dormido un par de horas se despiertan sin poder volver a dormirse ya. Hay que tener mucho cuidado con esto: un estudio muestra que el insomnio se relaciona con una tasa de accidentes tres veces superior que la que se da en los profesionales sin este problema y con el doble de errores laborales.
Se estima que aproximadamente un 30% de la población española presenta alguna dificultad para dormir y que entre un 9% y un 15% además tienen problemas diurnos típicos del insomnio.