Artículos de opinion
Como bien sabemos, la impulsividad y el orgullo español, hacen que muchas veces actuemos sin dejarnos asesorar, creyendo que sabemos bastante de todo y que con la “ayuda” del vendedor y nuestro buen instinto, nuestra elección será optima, pero a veces hay que bajarse del burro y con un poco de humildad buscar consejo de fuentes no interesadas, a pesar de que la respuesta a nuestras preguntas no nos va a gustar tanto como lo que nos da el simpático vendedor.
Para ilustrar este hecho, nada mejor que contar mi propia experiencia. Hace unos años me aficioné al mundo del aeromodelismo. Como persona no iniciada leí algunos foros pero me pareció muy complicado, así que finalmente fui a una cadena de tiendas típicas de centros comerciales de KITS, y el dependiente me estuvo explicando que si eléctricos que si gasolina, que si baterías Ni-Cd, Ni-Mh o Li-Po, efecto memoria, cargadores, equilibradotes, etc… Me pareció que el tío era un Gurú del radiocontrol. Le compré un avioncito, un Mustang P-51 de la marca Jamara, maqueta de un mítico avión de guerra americano que se utilizó por primera vez en la segunda guerra mundial y que aun se utilizó en la guerra del Golfo para determinados vuelos por su agilidad a pesar de la existencia de los modernos cazas a reacción. En el foro me decían que esa maqueta era un churro, pero según el vendedor era ideal para aprender. El tío me tomó el pelo, eso era ingobernable, ala baja, pequeño, mucha carga alar, poca potencia, motor de escobillas, baterías Ni-Cd, y lo rompí varias veces. En 15 días apenas volé 40 segundos (sumando todos los días).
Finalmente, me comí el orgullo y me dejé asesorar. Me di cuenta que el vendedor no solo me había tomado el pelo, sino que no tenia ni pajolera idea de lo que hablaba y que probablemente no había tocado un avión rc en su vida fuera de la tienda. Quedé con gente en los campos de vuelo, y me enseñaron sus maquetas, sus emisoras, sus baterías, donde compraban. Me dirigieron a una tienda china donde los componentes electrónicos costaban menos de la mitad que en las tiendas españolas y te lo mandaban en una semana.
Inicialmente me abrumó tanta información, perfiles, amperios, depron, balsa, paso de hélice, etc… demasiado para un simple economista, pero descubrí que con paciencia y información veraz el rendimiento de nuestras decisiones aumenta de forma increíble, y después de construir varios modelos, mi proyecto final fue mi propia maqueta de un Mustang P-51 en madera y depron, con 1.80m de envergadura y motor brushless (trifásico sin escobillas) y en total me costó menos que el primer Mustang (el de juguete), a pesar de que le daba 100 patadas. Ahora, cuando paseo por los centros comerciales y veo a alguien a mirando los avioncitos de porexpan, estoy tentado de acercarme y decirle que no se lo compre, que eso es un juguete que jamás se levantará del suelo. El hecho de aprender me protege contra timos en este campo.
Este patrón de aprendizaje a base de collejas que experimenté en mis propias carnes es similar al que muchos están experimentando con la economía y las finanzas. He notado que el nivel de las preguntas de mis amigos y conocidos, ha subido bastante en tema económico, sobretodo en tema hipotecario. De preguntar que es el euribor hace un par de años, a preguntar por subrogaciones, por multidivisas, tendencias, €/$, etc…
Este aprendizaje forzado que ha realizado la población, sumado al cambio del rol del director del banco, que ha pasado de ser “el amigo de todos” a ser “el que no nos atiende”, creo que puede perjudicar bastante el negocio bancario para los próximos años porque la gente:
- Ya no confía ciegamente en lo que le dicen, la gente ahora quiere conocer casi todos los detalles de las operaciones que firma.
- Entra por la puerta del banco habiéndose informado antes de lo que va a negociar en vez de entrar con una mano en cada bolsillo.
- Revisa los extractos y reclama hasta la última comisión.
- Tiene en cuenta la opción de cambiar la entidad financiera.
En líneas generales, los bancos, con su exceso de ambición, nos han “obligado” a aprender, con lo que han quemado el velo opaco de la desinformación y confianza que tanto les ha beneficiado hasta ahora. ¿Les pasará como a sus compañeros de botín, los promotores, que por su avaricia se han cargado su propio mercado?
Evidentemente, no podemos llegar a pensar que esta transparencia les va a hundir (porque no va a ser así, la banca siempre gana como en los casinos), pero si creo que realmente van a tener que ponerse las pilas en ofrecer productos realmente buenos, y en formación a sus empleados, ya que son numerosas las veces que blogers han contado la experiencia de ir al banco a preguntar algo que han leído en este site y poner al director entre la espada y la pared.
El día que por H o por B aprendamos todos de mecánica, sé de unos que tampoco van a saber donde esconderse.