Pese a que peque de tremendista en los artículos diarios, hay una frase que no me termina de gustar y es aquella de “El pesimismo no crea puestos de trabajo“. Efectivamente es así, pero no los crea ni el pesimismo, ni el optimismo, los suelen crear las empresas y los emprendedores, que generalmente son realistas y saben aprovecharse de la coyuntura del momento.
Un claro ejemplo es el espléndido negocio de los morosos:
Si los fondos inmobiliarios y empresas de real estate han abandonado su interés por España, lo mismo no ocurre con las multinacionales de recuperación de cobros para las que Madrid se ha convertido en una de sus capitales preferidas. A las pioneras en España, la sueca Intrum Justitia y las francesas Contentia y Effico, se le han unido hace poco la noruega Aktiv Kapital o la alemana GFKL, que se han hecho con firmas españolas. O la británica Link Financial, que desembarcó directamente. Si el negocio antes era prestar a los compradores, ahora es cobrarle a los incumplidores.
En España ya teníamos a una empresa con gran experiencia en el sector, se trata del cobrador del frac y se está forrando con la crisis ya que atiende a un 40% más de casos en España.
“Los teléfonos arden en nuestras sedes. Hemos registrado en apenas cinco meses un incremento del 40% en el volumen de servicios solicitados, porque se está repitiendo la crisis de 1993-94”, explica el director comercial de la firma, Juan Carlos Granda.Sin embargo, lo peor está por llegar. “Cada mes tenemos más clientes, pero en septiembre esperamos una hecatombe”, añade Granda. La zona norte de España es la que menos morosos presenta, según las estadísticas de esta firma. En cambio, en la Comunitat Valenciana y Andalucía han saltado las alarmas por el elevado número de deudores que ha dejado la crisis en el sector de la construcción a todos los niveles: en la contratación de trabajadores, venta de pisos, de suelo…
Parece que en este país para trabajar vamos a tener que cambiar el mono por el frac.
Al cobrador del frac le han salido muchos competidores, todos con un método similar aunque con distintos disfraces ya que podemos verlos vestidos de gaitero escocés, de caballero español con capa, de Zorro, de Payaso cobrador, de tuno universitario, de monje franciscano (el monasterio del cobro), de padrino de la “cosa nostra” o incluso de Pantera Rosa, siendo este último el que más repercusión internacional ha tenido, ya que en esto, los españoles si tenemos mucho I+D.
Otro que pese a la que está cayendo sigue igual de sano es el Banco Santander que mejoró sus resultados un 22% en el primer semestre al ganar 4.730 millones.
Estos resultados se han logrado en un contexto económico y financiero muy complejo que ha provocado que un gran número de entidades financieras globales, con las que se compara Banco Santander, hayan registrado pérdidas y hayan anunciado importantes ampliaciones de capital. En este entorno, Banco Santander ha incrementado su beneficio ordinario por acción (BPA) un 14,3%, lo que pone de manifiesto su capacidad de gestión.
Me sigo quitando el sombrero ante Botín y podemos decir lo que queramos sobre sus brutales beneficios pero siempre tendremos la posibilidad de participar de ellos comprando acciones.
No obstante, los clientes no están muy contentos con el banco ya que la subida del Euribor dispara las reclamaciones contra bancos y cajas.
Las reclamaciones de clientes al Banco de España han crecido cerca de un 10% en el primer semestre respecto a igual período de 2007, debido principalmente a las quejas sobre los tipos de interés de las hipotecas, que se han elevado sustancialmente por el alza del Euribor.
El Santander fue el banco al que se trasladaron un mayor número de reclamaciones en 2007 entre las grandes entidades, con 374 frente a las 614 de un año antes, por delante de Banesto, con 238 en 2007 tras haber recibido 230 en 2006, y BBVA, con 203, que mejora y reduce desde las 236 que recibió el pasado año.
Y para finalizar, echamos un vistazo a la última alerta del FMI sobre el impacto que tendrá la crisis financiera sobre la economía real
Lo que preocupa al Fondo es que los bancos tengan cada vez más complicado captar capital adicional. Pero, sobre todo, que el ajuste en el sector financiero afecte “negativamente a la economía real”. A eso se le suma el problema de la inflación, lo que complica el trabajo de los bancos centrales a la hora de encontrar un equilibrio entre el crecimiento y la estabilidad financiera.
No me deja de sorprender el término “economía real”, lo cual me hace pensar que hasta hace poco más de un año vivíamos en una “economía onírica”.