De verdad, que estos días parece me he leído toda la obra de este atormentado escritor. No sé si es que es lo que me quema la política, la alteración de los biorritmos pre-primaveral o la pasta gansa que pierdo en bolsa, pero en cuestiones económicas lo veo todo negro.
Reconozco que a Kierkegaard lo descubrí gracias a Faemino y Cansado y su famoso “Que va, que va, que va… yo leo a Kierkegaard” la vida de este autor era realmente atormentada, básicamente la misma que la de un accionista de Colonial. Os dejo un fragmento de su obra.
“Imaginemos a un pajarillo: por ejemplo, una golondrina enamorada de una jovencita. La golondrina podría, por lo tanto, conocer a la muchacha (por ser diferente a todas las demás), pero la joven no podría distinguir a la golondrina entre cien mil. Imaginad su tormento cuando, a su retorno en primavera, ella dijera: Soy yo, y la joven le respondiera: No puedo reconocerte. En efecto, la golondrina carece de individualidad. De ahí se deduce que la individualidad es el presupuesto básico para amar, la diferencia de la distinción. De ahí se deduce también que la mayoría no puede amar de veras, porque la diferencia de sus propias individualidades es demasiado insignificante. Cuanto mayor es la diferencia, mayor es la individualidad, mayores son los caracteres distintivos y mayores los rasgos reconocibles. En este profundo sentido se comprende el significado del hebreo: conocer a su mujer, refiriéndose a la unión matrimonial; pero cobra un sentido más profundo en lo que se refiere al alma, al carácter distintivo de la individualidad. “
Ya véis la importancia de ser un individuo frente a ser un grupo pero lo triste es que en lo económico todos somos un grupo y nos comportamos como tal. Basta con ver los mercados. Que algo sube, todos a comprar como locos, que algo baja, todos a vender como posesos. Lo importante es actuar con el grupo (la tendencia) pero sabiendo sus limitaciones, para aprovecharse de la manada, es lo que dominan a la perfección las manos fuertes y nosotros como golondrinas acabamos dándonos contra el cristal de sus oficinas en altos edificios de capitales caras. De lo contrario, si actuamos en contra de la manada (tendencia) por pensar que somos más listos que los demás, acabaremos pisoteados por la manada y enterrados en el fango.
Tras esta última metáfora de “todo a 100” echemos un vistazo a la prensa económica con este “Cut and paste” que tanto nos caracteriza.
Dentro de la sección “Me ha mirado un tuerto” seguimos con las inmobiliarias cotizadas que vemos como su beneficio conjunto cae el 46% en 2007.