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por Carlos Lopez

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# 10, Maño H20

26 de octubre de 2011, a las 7:59

Cocaína para los bancos…..y heroína para las Cajas.

En los últimos meses hemos asistido como si tal cosa al desmantelamiento de las cajas de ahorro, víctimas de una desnaturalización que hunde sus raíces en la expansión del capitalismo financiero y en los abusos de la partitocracia; pero, en la hora de su desmantelamiento, nadie se ha preocupado de indagar la razón de su enfermedad, según la consigna predilecta de nuestra época, que consiste en poner tronos a las causas y cadalsos a las consecuencias. Durante mucho tiempo, las cajas de ahorro fueron instituciones de fomento del ahorro con una vocación social benemérita: captaban depósitos a cambio de un interés razonable; y con el monto de los depósitos captados, efectuaban préstamos a particulares y empresas.

Los beneficios que de su actividad pudieran derivarse eran invertidos en fines sociales, paliando la pobreza, socorriendo a enfermos y ancianos, protegiendo la infancia desvalida. Era un invento propio de una economía natural, que redistribuía la riqueza de la comunidad y favorecía los más loables impulsos humanitarios; entre los impulsores encontramos a muchos próceres instruidos en la lectura de las grandes encíclicas papales de León XIII o Pío XI.

Sobre aquellas cajas de ahorro de iniciativa social no tardaron en caer los buitres del control político y el capitalismo financiero. Así, se impuso que sus órganos de gobierno fuesen nombrados por los poderes públicos; y se eliminaron las restricciones legales a su actividad, para que pudieran ofrecer a sus clientes todo tipo de `servicios financieros´, al estilo de cualquier banco convencional, a la vez que se les permitió extender el ámbito de su clientela, tradicionalmente confinada al municipio o región donde las cajas tenían establecida su sede.

De este modo, sus consejos de administración se poblaron de politiquillos con mando en plaza; y las cajas de ahorro empezaron a prestar el dinero con una finalidad que ya no era social, sino especulativa, atendiendo los intereses de los politiquillos que las regentaban. Por supuesto, tales préstamos dejaron de efectuarse sobre el monto de los depósitos captados; y, en volandas de los birlibirloques financieros, empezaron a prestar un dinero fantasmagórico, según se postula en el catecismo del capitalismo financiero. El resultado de tal metamorfosis desnaturalizadora lo estamos padeciendo ahora. Los medios de adoctrinamiento de masas se rasgan las vestiduras, divulgando los sueldos de escándalo que cobraban los directivos de las cajas de ahorro y los agujeros negros que han originado en nuestra maltrecha economía. Leyendo las noticias que los medios de adoctrinamiento de masas divulgan, diríase que esos directivos voraces que cobraban sueldos millonarios y repartían un dinero fantasmagórico hubiesen nacido por generación espontánea, o hubiesen sido traídos, como las esporas de los hongos, por un viento caprichoso. Lo que los medios de adoctrinamiento de masas no nos dicen es que tales directivos negligentes y codiciosos fueron elegidos por los consejos de administración de las cajas de ahorro, controlados por los politiquillos locales; tampoco nos dicen que los préstamos que concedían y las calamitosas operaciones financieras que autorizaban eran supervisadas (y estimuladas) por esos mismos politiquillos, que se cuidaron de elegir a las personas más dóciles y permeables a su influencia, las más agradecidas de la mano que les daba de comer, las más dispuestas a participar en el contubernio político-financiero.

En un país medio normal, los politiquillos que gobernaban estas cajas de ahorro arruinadas estarían en la cárcel, como responsables de una estafa que, dada su magnitud gigantesca y sus efectos arrasadores sobre la economía nacional, bien podría calificarse de alta traición. Pero estos politiquillos que utilizaron en beneficio propio y de sus partidos unas instituciones venerables nacidas de la iniciativa social, que autorizaron las tropelías más groseras para financiar proyectos megalómanos e inviables, que distribuyeron sueldos obscenos entre sus directivos (para pagar su silencio y su complicidad delictiva) se han ido de rositas, protegidos por sus respectivos partidos y blindados por el propio Estado.

De esta rapiña institucionalizada nada nos dicen los medios de adoctrinamiento de masas; tal vez porque, para su supervivencia, dependen de los mismos que arruinaron las cajas de ahorro, los mismos que ahora nos piden el voto. ¡Ay qué risa, tía Felisa!

JUAN MANUEL DE PRADA. XL-EL SEMANAL

5 comentarios

Ktulu 26 octubre 2011 - 6:40 PM

Se llama Manuela Marrone, era maestra y con 39 años decidió jubilarse. Desde aquel lejano día de 1992, y han pasado 19 años desde entonces, cobra una pensión de jubilación de las arcas del Estado italiano. Con el detalle de que Manuela Marrone es la esposa de Umberto Bossi, el líder de la Liga del Norte que con tan encendido fervor se opone a una reforma en profundidad del sistema de pensiones del país.
Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de los Diputados y líder del partido Futuro y Libertad, tuvo el lunes por la noche la osadía de citar el ejemplo de Manuela Marrone en un programa de televisión al hablar de los ‘baby-jubilados’, como se conoce en Italia a aquéllos que se retiran del trabajo para cobrar una pensión siendo aún jóvenes y estando en edad de ganarse el pan.
Un comentario que, evidentemente, no ha gustado nada a los miembros de la Liga del Norte, el partido que lidera Bossi. La prueba es que esta mañana, varios diputados de la Liga del Norte la han emprendido a gritos y a insultos contra Gianfranco Fini. Hasta el punto de obligar a suspender durante algunos minutos la sesión.

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G E N T U Z A 

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Ktulu 26 octubre 2011 - 6:43 PM

Familias marroquíes simulan el abandono de sus hijos para que estudien gratis en España
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G E N T U Z A 

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Ktulu 26 octubre 2011 - 6:47 PM

Ayer tarde me crucé con amigo funcionario que está hasta los cojnxes de tirar del carro en el que sus compañeros viajan gratis, según me dijo se lo comentó a su jefa lo de intentar repartir el trabajo entre todos. La respuesta de su jefa es que era demasiado eficiente y medio le recomendaba que se tocara los cojonxes.

Ni que decir tiene, que con jefas así la administración se queda corta con 3 millones de funcionarios.
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G E N T U Z A 

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fyahball 26 octubre 2011 - 7:58 PM

no se quien se cansará antes, si Kthulu poniendo ejemplos de G E N T U Z A, o yo poniendo positivos! Yo al contrario me inspiro y me motivo con ejemplos como la protesta de indígenas de Bolivia o en casos donde la honestidad y los principios, entre ellos el del respeto absoluto y protección a la Madre Naturaleza y la honestidad en los negocios; repasar estos casos, recordarlos, etc da esperanzas, p.e. este es el caso del Dr. Favoloro, ya lo postee en su día, esta es la clase de comportamiento que da esperanzas en el género humano, ejemplos inspiradores!

Nota que dejó el Dr. René Favaloro antes de suicidarse. (Del Dr. René Favaloro/ julio 29-2000 – 14,30 horas)
Si se lee mí carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mí regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mí eterno compromiso con mí patria. Nunca perdí mis raíces… Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles. Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces. La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada). Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente. Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía. A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo. Este era nuestro único contacto. A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular. Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado. La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto. ¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno! Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica. Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país. Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda. El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno. Lo mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana, sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano. Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el paciente es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. ‘Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?’. ‘Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe’. El cirujano ‘de real valor’ además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios! Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las ‘indicaciones’ de su cardiólogo. ‘¿Doctor, usted sigue operando?’ y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre. Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional. Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna ‘lecture’ de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el ‘sistema’ y el dinero es lo que más les interesa. La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, cámara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos… No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle ‘la operación económica’ y entregará el sobre correspondiente!. La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir ‘no hay camas disponibles’. Nuestro juramento médico lo impide. Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica. En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben. Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando. Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta. ¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar. La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español! Sin duda la lucha ha sido muy desigual. El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse. Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al ‘sistema’. Sí al retorno, sí al ana-ana. ‘Pondremos gente a organizar todo’. Hay ‘especialistas’ que saben cómo hacerlo. ‘Debes dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabes nada, que no estás enterado’. ‘Debes comprenderlo si queres salvar a la Fundación’ ¡Quién va a creer que yo no estoy enterado! En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer. Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fuí incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo. ‘¡La leyenda, la leyenda!’
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mí país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga. Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz. Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata. No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada. No se hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, hable de debilidad o valentía. El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano. Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad. Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así. En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta. En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara. A mí familia en particular, a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco. Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa. Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles. Un abrazo a todos

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Anónimo 26 octubre 2011 - 8:23 PM

I Idioteces
 
“No hay ningún español tan idiota que quiera al PSOE”
Esteban González Pons (Piando más de la cuenta)

“¿Quién dice que la naturaleza humana puede soportar esto sin perder la razón? ¿A qué viene tamaña afrenta, cruel, obscena, innecesaria e inútil?”
Fiódor Dostoyevski en “El idiota”

El lector-que tan benévolo suele ser conmigo- a buen seguro sabrá perdonar que dedique estas líneas a un fenómeno tan incómodo como la idiocia. O sea, que dedique este espacio a la idiotez, y sus alrededores. Soy consciente de que es este un tema tonto, bobalicón, necio, incluso estúpido, pero dado que es un asunto que afecta a tanta gente creo que es pertinente dedicarle un poco de espacio. Si hacemos caso a González Pons no es posible que haya ningún español tan idiota que quiera al PSOE. Si además, atrevidos como somos, echamos mano de la lógica aristotélica, solo se deja de ser estúpido si se vota al PP (no lo ha dicho Pons, pero sabemos lo que piensa de los votantes nacionalistas, de Izquierda Unida, de Equo, o del movimiento 15 M, cuyos seguidores no votarán ni al PSOE ni al PP)

Pues bien, yo soy idiota. Yo no votaré al PP, señor González Pons. Yo soy tan tonto que no quiero privatizaciones masivas, ni eliminación de camas de hospital, ni reducción de inversión en la escuela pública, ni revisión de la ley del aborto o del matrimonio homosexual. Soy tan bobo que no quiero un mercado laboral más flexible, que no quiero que manoseen la protección al desempleo, o la ley de dependencia (ejemplos tenemos de cómo la gestionan ustedes en las Comunidades Autónomas que gobiernan). Soy tan lerdo que me gusta la televisión pública TVE, por su pluralidad y respeto democrático, y no me gusta sin embargo el sectarismo rabioso de Canal 9. ¿Pero qué quiere? Yo soy así de tontoelhaba, y cuando me pongan la urna delante de las narices no sabré seguir su sapientísimo consejo de votar al PP. Y conmigo, muchos, muchísimos más. Legiones de imbéciles espero que vayan a votar otra cosa que no sea PP.

Señor Pons, a ver si usted- que tan lejos está de ser idiota- entiende esto: yo ya era idiota antes, pero me han ayudado mucho en mi camino irrenunciable hacia la estulticia las declaraciones del Conseller de Sanitat del gobierno valenciano, Luis Rosado (rosada debería ponérsele la cara) en las que afirma que la sociedad valenciana abrirá nuevos hospitales cuando pueda permitirse ese lujo.

Yo creo- simple que es uno- que la sociedad valenciana no pude permitirse el lujo de un conseller como este, ni un gobierno de la nación como el que ya se está preparando en la sombra

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