Mucho se ha dicho que esta crisis es la más grande desde el 29 y la verdad es que a muchos nos cuesta creerlo, ya que no vivimos aquella y la imagen que tenemos son viejas fotos en blanco y negro de extrema pobreza en Nueva York, algo muy distinto a la imagen que nos da la televisión sobre la américa de hoy en día. Pero si nos ponemos a mirar y comparar los números, la cosa cambia y no solamente debemos conformarnos con mirar números casi imaginarios como son las multimillonarias ayudas a los bancos, IPCs negativos y tipos de interés entre cero y nada si no que también debemos de mirar otros indicadores menos interesados pero sí más interesantes.
Un claro ejemplo es un dato tan aparentemente inocente como es el consumo general de electricidad. Se calcula que este año caerá este año por primera vez desde 1945 y hablamos de un dato que hay que creerse, no es algo manipulable. En el caso de economías tan opacas como la china puede ser incluso un indicador más fiable que los que nos ofrece su gobierno.
Para que os hagáis una idea de la tendencia, veníamos de un incremento del crecimiento del consumo de un 25% entre 2000 y 2006. Aquí tenemos que distinguir entre el consumo de electricidad y el consumo de petróleo, este último ha tenido épocas de reducción del consumo ya que se ve más afectado por el sentimiento de los consumidores. Si las cosas van mal, dejamos el coche en casa y bajamos la calefacción un grado, pero sólo cuando las cosas van muy mal el consumo global baja y eso significa, que la economía ha frenado en seco.
¿Que ocurrirá con el precio del petróleo?. En este entorno de menor consumo, todo nos haría pensar que el petróleo debería bajar tal y como marca la ley de la oferta y la demanda pero podría ser al contrario ya que la inversión en exploración de nuevos pozos petrolíferos y mejora de la producción se ha visto drásticamente reducida, por tanto sus reservas no crecen lo cual podría elevar sus precios una vez que la demanda se reactive.
Por otro lado, dado que en estos momentos nos sobra capacidad energética, el petróleo está relativamente barato y el parón económico ha provocado una caída en las emisiones de CO2 (sólo en España los vertidos de gases de efecto invernadero de la industria y del sector energético se redujeron un 6,5%), los beneficios tanto económicos como ecológicos de invertir en renovables son mínimos. Por tanto, ahora que el dinero y la reactivación de nuestra industria prima sobre el medio ambiente corremos el peligro de caer en la tentación de volver al antiguo modelo del petróleo, que de momento sigue siendo de los más rentables económicamente hablando y dejar de lado los avances alcanzados en renovables. Lo queramos o no, el medio ambiente sigue siendo un lujo en el que invertir sólo cuando las cosas vienen bien.
Así que nos tocará a nosotros. Dentro de nuestra nueva vida del “ahorro” también deberíamos hacerlo en la energía. Así que la pregunta es ¿Nos acostumbraremos a vivir consumiendo menos energía?.
Me temo que no, veamos que nos contaba el otro día el New York Times.
Los ordenadores y la electrónica de consumo es responsable de cerca del 15% del consumo eléctrico residencial en la actualidad, un porcentaje similar al de otras categorías como el calentamiento de agua o la refrigeración.
En el caso de los servidores empresariales, la cifra es mucho mayor, sin ir más lejos el año pasado entorno al 48% del presupuesto tecnológico se destinó al recibo de la luz. Y nos damos cuenta de que la industria de las tecnologías de la información, no es tan verde como pensábamos.
Se calcula que Microsoft puede estar instalando 20.000 servidores por mes para acercarse a Google, cuya red supera el millón de servidores, según explicaba The Economist hace unas semanas. A juicio de la revista, estos nuevos gigantes tecnológicos pueden ser comparados con las fundiciones de aluminio por la energía que necesitan. Como si se tratara de una vuelta al pasado de la industrialización, a la hora de elegir el emplazamiento, los promotores no dudan en buscar lugares adonde se pueda hacer llegar la fibra óptica con facilidad y que se encuentren próximos a las fuentes de generación de energía eléctrica.
Esperemos la continuación de la crisis financiera no pase por una crisis energética.
Mientras tanto, no está de más ir mirando que operador eléctrico elegiremos el día 1 de Julio, analizar las tarifas y ahorrarnos unos eurillos.
El próximo 1 de julio entra en vigor la Ley 27/2007 por la que se liberaliza el mercado eléctrico, como en su momento ocurrió con la telefonía e internet. Hasta ahora, los consumidores contrataban sus servicios con los distribuidores, pero a partir de esa fecha, habrá en el mercado varios comercializadores a través de los cuales se contratará la luz.
Tenéis más información en el artículo que ha preparado 20 minutos.
PD: Felicidades a los culés por el baño dado al Manchester cuya camiseta debería haber sido esta o esta.