Hoy seguramente la mayoría de los lectores estarán de vacaciones alejados de las noticias económicas, que al menos esta semana no han sido tan malas. Pero en un día como hoy no puedo evitar hablar de uno de los aniversarios más importantes que marca el 19 de Marzo y es, amigos míos, la muerte de John De Lorean, persona que seguro os suena si sois amantes del cine o de los coches.
El que podía haber sido una de las persona más importante de la General Motors, decidió arriesgar su carrera por su sueño, la De Lorean Motor Company que produjo el famoso DMC-12 (del cual sólo se fabricaron 9.000 unidades) protagonista de la trilogía de Regreso al Futuro.
El DMC-12 se adelantó a su tiempo, primero por su diseño revolucionario y segundo por llevar a su empresa a la bancarrota. Así que muchos se preguntan ¿Por qué le fue tan mal a la empresa?
Gran parte se debía a la personalidad de su fundador, una persona que habría triunfado si hubiese nacido 50 años antes… o 50 después. Las buenas ideas no triunfan porque son buenas, triunfan porque son necesarias en el momento en el que nacen.
La historia automovilística está llena de grandes fracasos de los que aprender. De productos buenos pero que no llegaron a cuajar, como puede ser aquel que llevó a la quiebra a un gran genio como era Sir Clive Sinclair y su C5 (un coche eléctrico con motor de lavadora) o el Tucker, un espectacular coche de los 50, del cual incluso Coppola hizo una película.
En otros sectores nos encontramos con más casos similares, de productos teóricamente superiores, como fue el vídeo Betamax o los ordenadores Commodore, empresas que no se han sabido adaptar como Polaroid o incluso de iconos de un país como fue la Pan Am.
Como véis, pese a que veamos ahora multitud de empresas que cierran o piden ayudas al gobierno, esto es algo que forma parte del entorno competitivo en el que vivimos.
Así que en un día tan festivo como hoy ¿Que otros fiascos recordáis? o ¿Que productos que pensásteis que jamás triunfarían, sí lo han hecho? (la primera vez que ví un CD-ROM creí que tenía los días contados)