Las finanzas las podríamos entender como la ciencia que busca optimizar los recursos minimizando el riesgo. La mayoría de nuestras actividades bien emocionales, como racionales siguen este patrón sin que muchas veces nos demos cuenta. Por ejemplo, cuando conducimos tratamos de encontrar el camino más corto para ahorrar dinero y tiempo evaluando diversas alternativas, incluidos los atajos, que si bien nos optimizaría aun más la ruta, suelen contar con algun tipo de riesgo añadido (el famoso “no hay atajo sin trabajo”).
En el libro “La lógica oculta de la vida” nos muestra algunos casos interesantes, sin ir más lejos el libro empieza analizando el increible aumento del sexo oral entre los jovenes americanos. Si lo analizamos “económicamente” el sexo oral tiene un “precio” bajo ya que los riesgos de embarazo y contagio de enfermedades es muy inferior al de las relaciones sexuales, por tanto sería la elección más adecuada para el pequeño economista que todos llevamos dentro (y eso de “pequeño economista” no es ninguna metáfora). Con lo cual, lo que en un principio parece una conducta inmadura, tiene mucho más de racional de lo que pensamos.
En informática, tenemos otros métodos para optimizar recursos, podemos gastarnos la pasta en un servidor enorme o podemos instalar un sistema de caché. Este sistema lo que hace es dejar memorizadas las páginas más frecuentemente visitadas, de tal manera que cuando un usuario accede a la web, en vez de tener que realizar distintos calculos y accesos a la base de datos nos muestra la página memorizada. Es como si en tu trabajo te preguntan frecuentemente tu dirección de correo electrónico, y optas, en vez de recitarlo, tenerlo tatuado en tu mano y así ahorrarte deletrear tu email.
Como hemos comentado antes, muchas veces la optimización de recursos lleva consigo unos riesgos, esto es lo que nos ocurrió con la caché y algunos de nuestros lectores han estado casi una semana sin ver la web actualizada.
Eso mismo es también lo que ha ocurrido a los bancos en la famosa crisis de las hipotecas subprime, utilizaban un sistema de “empaquetado” de hipotecas (un atajo para conseguir mejores rentabilidades) pero asumiendo demasiados riesgos. Es la máxima en las finanzas y en la vida, a más rentabilidad más riesgo, no hay que darle más vueltas.
En Cotizalia podemos leer un artículo de opinión titulado: Y estalló la bomba financiera. Cuando la búsqueda de la rentabilidad ignora el riesgo (II). Que viene a resumir la actual crisis en 3 puntos:
- Engordar la vaca hasta que reviente
- La mota en el ojo ajeno y la viga en el propio
- Pío, pío que yo no he sido
En España parece que esto no va con nosotros y seguimos a nuestro mundo de color y fantasía y leo con asombro la siguiente noticia en Invertia: “Enganchados al crédito rápido: los españoles pagan más (9,25%) que los europeos por consumir“.
Los créditos al consumo son docientos puntos básicos más caros en España que en el resto de Europa. La media nacional se sitúa en el 9,25% frente el 7,21% aplicado a las operaciones a plazo entre 1 y 5 años en la Eurozona. En España se apuesta más por el pago con tarjetas y por la contratación del crédito directo, un préstamo que no se apoya apenas en activos o garantías y que soporta una prima de riesgo más elevada.
Si al final vamos a tener lo que nos merecemos. Igual es porque sabemos mucho de economía, no como el pobre de Warren Buffet que recientemente ha declarado “¿De la economía? No tengo ni idea”
Dice Warren Buffett que no tiene ni idea de hacia dónde va la economía. Y además no le interesa porque, afirma, ése no es su negocio. Son palabras que chocan, viniendo del que es el hombre más rico del planeta y, sobre todo, de alguien que se ha labrado el sobrenombre de El oráculo de Omaha.
Claro, que el a lo que se dedica no es a la economía si no a las finanzas, de las cuales es sin duda todo un gurú. Mientras tanto, otros “gurus” se dedican a predecir el petróleo a 200$, que vete tu a saber si será verdad o no pero la verdad es que da algo de miedo.
En fina, amiguitos, tener mucho cuidado con la caché.