Hace poco publicábamos un artículo con los mejores trabajos del mundo, y lo cierto es que eran muy apetecibles, pero reconozcámoslo, basta con que te paguen por algo para que te deje de gustar y basta con tener un jefe para que encima te estrese. Aunque muchas veces el estrés no proviene del jefe si no del trabajo en sí mismo, no es lo mismo ser “Cuidador de una lsla paradisiaca en Australia” que ser “Microneurocirujano de especies en peligro de extinción” y de eso es de lo que vamos a hablar hoy (de trabajos estresantes, no de microcirujanos)
Recordemos que el estrés puede venir provocado por muchos factores, entre ellos:
- Exceso de trabajo: su volumen o dificultad está por encima de la capacidad del empleado.
- Monotonía: el trabajador se siente poco motivado y, en muchos casos, considera que no está sacando partido a sus habilidades y capacidad profesional.
- Falta de comunicación: la empresa no informa claramente al trabajador sobre su función y éste se siente perdido al no saber cuál es su rol ni lo que se espera de él.
- Relaciones personales: estar enfadado con los compañeros de trabajo o no tener buena sintonía con los superiores provoca soledad y ausencia de apoyo social.
- Incapacidad: errores durante la selección o promoción de personal cargan de responsabilidades a un empleado que no tiene la suficiente preparación para desarrollar sus nuevas responsabilidades.
- Problemas personales