La hipoteca es una carga económica que te acompañará durante media vida y conviene estar muy informado sobre este producto financiero bastante complejo. Aquí tienes una guía de hipotecas con las respuestas a las preguntas más comunes.
A la hora de evaluar las distintas ofertas que nos ofrece el mercado hipotecario siempre solemos ver dos tipos de interés, uno normal y otro que llaman bonificado, el segundo es el más atractivo ya que es el más bajo así que suele ser el que se ve en grande en los anuncios. Para acceder a las bonificaciones es necesario cumplir unos requisitos, que para cada banco son distintos, como son la domiciliación de nómina, contratación de seguro con el banco, tarjetas de crédito, etc. Lo que antes se llamaban vinculaciones.
La mayoría de los clientes piensan que ya que son productos que de alguna manera iban a contratar con otros bancos (por ejemplo el seguro de vida es un requisito imprescindible) lo mejor es centralizarlo en uno y así ahorrar tiempo y dinero, un pensamiento que tiene sentido hasta que se saca la calculadora.
¿Merece la pena una hipoteca bonificada?
La Asociación de Usuarios Financieros (AUSFIN) ha sacado la calculadora por nosotros y para resolvernos la duda han analizado las ofertas de hipotecas en CaixaBank, Banco Santander, BBVA, Banco Sabadell, Bankinter, Abanca, Kutxabank y Unicaja, para una hipoteca media de España llegando a la conclusión de que las hipotecas que se ofrecen a diferencial bonificado, más bajo, y en teoría más ventajosas, suponen un pago anual de 580 euros más con respecto a las no bonificadas.
En algunos bancos la diferencia llega casi hasta los 2.000€ como es aquellos en los que obligan a la aportación de planes de pensiones.
Por tanto, partiendo de estos datos y dado que en las hipotecas no se puede generalizar ya que cada una es distinta lo mejor es ir ya con la mosca detrás de la oreja y no aceptar una hipoteca bonificada a la primera si no hacer números para ver si realmente esa bonificación es para ti o lo es para el banco.
El problemón en el que te puedes meter con la hipoteca bonificada
Un aspecto vital a tener en cuenta y que puede traer problemas en un futuro es que las bonificaciones se pierden en cuanto se dejan de cumplir las condiciones, por ejemplo si tienes que tener la nómina domiciliada, te despiden y el subsidio de desempleo no llega a cierta cantidad entonces te suben automáticamente el interés de la hipoteca, justo en el momento en el que peor estás financieramente.
Por tanto lo mejor es hacer cuentas y ponerse siempre en el peor de los casos ya que los errores se pueden pagar muy caros.