En concreto, los ancianos se trasladaron, a raíz de su infección por coronavirus, al domicilio de su hijo, dejando provisionalmente su casa del distrito madrileño de Carabanchel para recobrarse de la enfermedad en Fuenlabrada. La semana pasada volvieron a su casa, pero se encontraron la cerradura cambiada.
En ese instante llamaron a la policía para denunciar los hechos. Cuando los agentes entraron en el domicilio de los ancianos, no vieron a absolutamente nadie en su interior, y comprobaron que todos y cada uno de los armarios, cajones y muebles del matrimonio estaban absolutamente vacíos. Además de esto, se llevaron asimismo ciertos electrodomésticos y múltiples joyas.
A lo largo del registro, la Policía se percató de la presencia de unos papeles en el comedor de la residencia. Era un contrato de alquiler falso sin firmar a nombre de Fernando R.C. En los cubos de basura del portal hallaron la ropa, cuadros y otros objetos de poco valor del piso, con lo que la hipótesis primordial lleva a meditar que los okupas los terminaban de tirar.
Decidieron entonces esperar a que volviesen y de este modo ocurrió a los pocos minutos. La Policía identificó a un individuo, cuyo nombre coincidía con el del contrato de alquiler falsificado. Fue detenido por los delitos de hurto y allanamiento de morada.
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