Tecnología en el cine: “Regreso al futuro”

por David Rubio

“Regreso al futuro” es algo más que una película para varias generacback_to_the_futureiones de aficionados al cine. Las aventuras de Marty McFly a lomos del Delorean son parte de la cultura popular y muchos hemos fantaseado con que algún día se cumpliesen sus predicciones tecnológicas. Es en la segunda parte de la trilogía, situada en su primer tercio en un “futuro” 2015, cuando se exponen varios de esos avances.

Controles dactilares. Para entrar en la casa del Marty del futuro el protagonista se ve obligado a utilizar una huella digital de su novia. En varios dispositivos móviles ya encontramos este tipo de acceso a través de una huella digital.

Publicidad en 3 dimensiones. A Marty le “ataca” un Tiburón que sale de la publicidad de un cine de Hill Valley. El 3D ha avanzado a pasos agigantados en la industria del entretenimiento y se siguen investigando fórmulas para poder disfrutar de contenido en este formato sin necesidad de utilizar gafas. Lo que no sabía Marty es que en el futuro tal vez ya no existan salas de cine…

Hidratador de alimentos. En la casa, la abuela McFly introduce una mini pizza en un aparato y este la transforma en unos segundos en una enorme pizza para toda la familia. ¿Comida liofilizada? Más o menos…

Hologramas. El alcalde de Hill Valley aparece en un holograma haciendo campaña. Es otra tecnología que se sigue estudiando y no tardaremos en verla desarrollada en las ciudades como recurso para publicitar productos. Aunque quizás sea pronto para que este diciembre tengamos a un Rajoy o un Pedro Sánchez virtuales abordándonos en la Puerta del Sol con sus promesas electorales.

Drones. En la famosa persecución por Hill Valley en aeropatines, un aparato con cámara se encarga de filmar a los detenidos. Otra tecnología en pleno auge.

Aeropatín. Fue uno de los grandes momentos de “Regreso al futuro”, Marty tratando de dominar una tabla voladora requisada a una niña. La empresa Lexus, filial de Toyota, ha sacado recientemente un aparato inspirado en el mítico aeropatín de Marty. Funciona a través de un campo magnético y unos superconductores enfriados con hidrógeno. ¿Funciona? Según el siguiente video, sí.

https://www.youtube.com/watch?v=ZwSwZ2Y0Ops

¿Google Glass? En la casa del Marty del futuro los dos hermanos juegan con sus gafas. A uno de ellos le llega una llamada a través de las gafas. La realidad virtual y el acceso a la información a través de wearables es un hecho en nuestro 2015.

Robocordones. El personaje que interpreta Michael J Fox alucina con sus zapatillas Nike que se abrochan solas. Y también con la capacidad de su chaqueta para secarse cuando se da un chapuzón en el lago tras la persecución en aeropatín. Los tejidos inteligentes y la utilización de sensores también forman parte de las innovaciones textiles de la actualidad. Pero no, todavía no tenemos robocordones…

Mr. Fusion. El Delorean del futuro funciona con una tecnología que recuerda al biocombustible. Nada más comenzar la película el bueno de Doc introduce sustancias de desecho como repostaje para el coche. De momento, los automóviles no funcionan con latas de cerveza y pieles de plátanos, pero se intenta…

Pago digital. También vemos como un personaje de la película paga un taxi con la huella sin necesidad de utilizar ni tarjeta ni dinero en metálico. Otro avance tecnológico presente en nuestro 2015.

Juegos que funcionan con la voz. El control por gestos y voz en la electrónica de consumo es otro avance tecnológico en pleno desarrollo. Cuando Marty entra en la cafetería de Hill Valley no logra fascinar a unos niños con una máquina recreativa vintage. A los chavales ya no les va lo de utilizar las manos…

Un Delorean para viajar en el tiempo. Lo hemos intentado pero todavía no ha sido posible emular a Doc Brown y transformar un Delorean en una máquina del tiempo. Bueno, ni un Delorean ni un Seat Ibiza. Lo de los viajes en el tiempo requerirá un poco más de tiempo…

Condesador de fluzo. Aunque nos golpeemos en la cabeza con el lavabo como Doc, aun no hemos podido desentrañar las claves del más que mítico condensador de fluzo. Sabemos que funciona, pero no sabemos cómo. Siempre nos queda la posibilidad de entrar en nuestro coche, mirar hacia la parte de atrás y decir: ¿el condensador de fluzo?… fluceando. Y poner el cuentakilómetros a 140 km/h esperando que no nos alcancen los libios…

4 comentarios

Anónimo 17 octubre 2015 - 6:44 PM

La pelicula junto a las otras dos son muy amenas pero no creo que se planteasen al hacerla ser demasiado extrictos con los futuros avances. Lo del monopatín lo hicierón por ser algo espectacular pero yo creo que no se lo creían.

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Anónimo 18 octubre 2015 - 9:24 AM

En 1959, año en el que el Ministro Ullastres sacó adelante su Plan de Estabilización, para liberalizar la economía española, Extremadura rozaba el millón y medio de habitantes, mientras que Cataluña llegaba a tres millones ochocientos mil. Cincuenta años después Cataluña doblaba su población y Extremadura, por el contrario, se estancaba en poco más del millón, un conjunto envejecido y en regresión. ¿Qué pudo ocurrir para tan brutal distanciamiento entre dos territorios que, a principios del siglo XX y en el contexto de una sociedad básicamente agrícola, tenían un Producto Interior Bruto similar, al margen de su redistribución.

Es verdad que en el último tercio del XIX la Restauración Borbónica otorgó a Cataluña un trato de favor, a través de ciertos monopolios como el del Tabaco de Filipinas o el Textil, arrancando un impulso industrial diferenciado del latifundismo agrario del sur, surgido de la Desamortización y encabezado por un poder caciquil, casi esclavista. También que la Dictadura de Primo de Rivera alentada, en gran medida, por la Lliga de Cambó, el partido de la derecha catalana, impulsó a Barcelona. Sin embargo la abismal zanja demográfica debería explicarse en detalle, porque si Extremadura hubiera recibido un trato similar a Cataluña tendríamos una población de tres millones, magnitud suficiente para nuestra solvencia como sociedad.

La clave estuvo en el papel colaboracionista, sin fisuras, que la burguesía catalana prestó al régimen de Franco, cuyo triunfo bélico celebró sin pudor. No fue casual que el redactor del Plan de Ullastres, fuera Joan Sardá i Dexeus, prestigioso Economista de corte liberal, catedrático de la Universidad de Barcelona. A partir de ahí los Planes de Desarrollo vaciaron el mundo agrario español para transferir su población activa a los núcleos industriales. Desde 1960, en década y media, Extremadura perdió más medio millón de habitantes. Más de un tercio de ese injusto desalojo terminó en Cataluña como mano de obra barata, del mismo tronco cultural y fácilmente manipulable (nada que ver con la de origen islámico, que tensiona Francia y amenaza su futuro, como resalta Houellebecq en “Sumisión”, su última novela).

Los gobiernos tecnócratas del Opus, orquestados por López Rodó, a la sombra de Carrero Blanco, aseguraron abundante mano de obra extremeña para la locomotora industrial española, el papel que el régimen otorgó a Cataluña. Con un modelo ultraliberal, subvencionado y protegido por el propio Estado, creció el tejido productivo de Cataluña, con todo el mercado español a su disposición: fábricas de diverso tipo, de automoción y subsidiarias, de servicios, así como la construcción de los barrios de ensanche, para las oleadas poblacionales llegadas del Sur.

Gran parte de España se mantuvo, intencionadamente, en el subdesarrollo, por exigencias de aquel guión desarrollista. Fue así como los explotadores, los banqueros travestidos en políticos, los especuladores, desarraigaron a tantos y tantos de la tierra de sus ancestros. Todo ese sufrimiento para otorgar, ahora, una nueva patria, o una nueva lengua, a quienes las regalaron con generosidad en el Nuevo Mundo. Un desprecio inaceptable para los que robustecieron el secular trayecto histórico compartido. Pregonan que España roba a Cataluña, como pirueta dialéctica, aprovechando la crisis, y señalan como culpables al resto de los españoles, como vulgar, y desmontable, estrategia para ocultar la corrupción – Banca Catalana, Liceo, “tres por ciento”, familia Pujol – de una facción de poder que instrumentaliza la independencia como bálsamo total.

O enseña su cariz totalitario cuando amenaza con anexionarse otros territorios, con el consentimiento cómplice de cierta izquierda, ¿nacionalista?, que pisotea su significación jacobina y su sello internacionalista. Qué clase de izquierda es esta que haría removerse a Bertolt Brech en la tumba, por su apoyo decidido a los postulados de una burguesía corrupta, tan similar a la de su inmortal obra, Arturo Ui, en aquella ficción tan acertada sobre el ascenso del nazismo. Olvidan, aunque sea anecdóticamente, que España entera se reflejó con orgullo en la Olimpiada de Barcelona, conseguida gracias al empeño político de los socialistas que pudieron consagrar a Madrid, bien dotada para el evento, pero otorgaron la llama y la gloria a la Ciudad Condal, con la decisiva intervención de un falangista de la primera época, fervoroso camisa azul, el camarada Samaranch. Conviene refrescar la memoria para que se sepa cómo fueron los orígenes, las metamorfosis convenientes y los olvidos interesados de este pintoresco montaje nacionalista, tan amnésico sobre algunos de sus lances, relieves de identidad o prohombres.

Repugna a la razón solidaria, que quienes abogan por acoger refugiados, con parámetros de igualdad, abjuren de sus compatriotas. Frente a tal miseria moral debemos pregonar, ante los demócratas del mundo, que Cataluña es también el esfuerzo de otros españoles que fueron desplazados y explotados. Como los emigrantes de Extremadura. Resultaría exigible, por tanto, que en los tribunales internacionales se evaluara el daño infringido al desarrollo de los pueblos expoliados, demandando compensaciones, si la locura secesionista continuara. Sería la vía obligada de resarcir, a esos territorios, del daño de aquel trato colonialista más que evidente. Y a los políticos exigirles rigor en las actuaciones y firmeza en las demandas. Quién detendría, de lo contrario, otras acciones miméticas que desembocaran en la descomposición del Estado, el mejor potencial de progreso que ha conformado la humanidad.

Tal vez, en un tema tan serio como este, Rajoy haya pretendido jugar al límite. Es posible que con intereses electorales de por medio y creyendo que, a posteriori de la pretendida declaración de independencia unilateral, una acción autoritaria del tenor de la que aplicó la II República sería suficiente y además le otorgaría el triunfo en las inmediatas generales, frente a una izquierda sin agallas. Porque el tema de la unidad de España preocupa a la inmensa mayoría de los ciudadanos que exigen, sin demora, un nuevo marco democrático, desde el Estado, para el progreso de los pueblos de la vieja “piel de toro”. Con decisiones políticas, democráticas pero sin vacilar, que impidan este desgarro inaceptable

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Anónimo 18 octubre 2015 - 2:07 PM

Hola amigos coprofilos y coprófagos. Desde la Sociedad Española de Coprología y la Asociación Nacional de Coprofilos y Coprofagos queremos seguir avanzando en contra de la discriminación a la que normalmente son sometidos los coprofilos y coprófagos obligándoles a ocultar su condición.

Os dejo dos portadas de las Revistas COPROFAGIA DE ACTUALIDAD.

https://ozonas.files.wordpress.com/2008/04/coprocover_4.jpg

https://ozonas.files.wordpress.com/2008/07/copro4.jpg?w=490

Seguimos preparando el congreso nacional. Os esperamos.

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Anónimo 19 octubre 2015 - 10:58 AM

Buenos días. Desde la Asociación Nacional de Coprofilia y Coprofagia queremos proponeros la receta coprófaga del día.

Cafe Kopi Luwak. Quienes tengais ocasión de probarlo, no lo dudeis. Esta bienisimo. Aunque no es barato.

http://www.animalcoffee.com/images/proc4.jpg

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