Hancock (Will Smith) es la última película de superhéroes que aterriza en la cartelera española, pero a diferencia de otras, aquí el protagonista no es políticamente correcto ya que se trata de un alcohólico al que sus superpoderes se la traen al fresco.
El problema de este “Superlopez americano” es que no es muy querido por el público en general (lo insultan casi todo el tiempo), pero esto cambia cuando un hombre que trabaja en relaciones públicas, Ray Embrey, decide ayudarle mejorando su imagen, después de que Hancock le salve de ser arrollado por un tren.
Ya véis, en el siglo XXI hasta los superhéroes necesitan un departamento de marketing.
Ayer tuvimos a otro salvador de la tierra, que no es un superhéroe negro si no se que hablamos del oro negro, otro que también suele ser insultado por el público en general, pero que esta semana se ha topado con la kriptonita de la crisis económica y ha debido pensar “Hey, si el mundo no crece tanto igual dejan de consumir petróleo ¿no?”. Así que le tenemos que durante esta semana ha perdido casi 10$, justo en el momento que necesitabamos buenas noticias. Como en las buenas pelis, dejando la intriga hasta el final.
En España, la película de moda es el dramón de Martinsa-Fadesa y sus afectados (bancos, clientes y proveedores) en El Economista nos hacen un interesante resumen sobre en qué consiste el concurso de acreedores. Creo que hay que destacar el siguiente parrafo:
Cuando la empresa solicita el concurso antes de que se haya alcanzado la insolvencia, como es el caso de Martinsa-Fadesa, no sólo no existe quiebra de la empresa, sino que las ventajas para el administrador son muy superiores a las que obtendría de un concurso cuando la empresa ya es insolvente y mucho más si lo hubiese promovido uno o varios de los deudores.
La pregunta que se hacen muchos es: ¿Qué pasa con mi casa?: “Llamo a Martinsa pero nadie dice nada y la constructora ha parado la obra”. De momento poco sabemos, sólo que las preventas de la promotora presidida por Fernando Martín ascienden a 12.578 según documentación aportada a la CNMV.
Poco a poco van saliendo algunos trapos sucios de la promotora, coomo que un informe de tasación infló los resultados de Martinsa en 2007.
Un informe de Tasamadrid, sociedad de tasación filial de Caja Madrid (el principal acreedor de Martinsa-Fadesa), atribuyó tal valor a los inmuebles adquiridos, que permitió revalorizarlos contablemente en 4.617 millones. Eso convertía la compra de Fadesa -cuyo 86,5% costó 3.512 millones en marzo de 2007- en una ganga, hasta el punto de que la empresa se apuntó 416 millones como beneficio por la diferencia entre la cantidad pagada y el supuesto valor real de los activos, según se refleja en la auditoría de la compañía. Sin ese apunte contable, respaldado por el informe de Tasamadrid, Martinsa-Fadesa habría entrado en pérdidas en 2007, por los altos gastos asociados a la compra de Fadesa.
Hace unos pocos meses me veía obligado a escribir cada día el nombre de una nueva inmobiliaria con problemas económicos, ahora toca el listado diario de empresas con expedientes de regulación de empleo. Hoy tenemos a Spanair que echa a una cuarta parte de su plantilla y a Vueling que está pensando en hacer lo mismo.
Vaya peliculón. ¿Verdad?