Para aquellos inversores que planean crear una cartera a largo plazo, lo más normal es que esa cartera se compondrá en su mayoría por acciones. Sin embargo, los inversores que tienen un objetivo temporal a más corto plazo deberían diversificar sus carteras mediante la ponderación con otros instrumentos financieros como renta fija o monetarios.
Por esta razón, nace el concepto asset allocation o asignación de activos, una técnica de la cartera de inversiones cuyo objetivo es equilibrar el riesgo del inversor, mediante la diversificación dividiendo los activos entre las principales categorías como bonos , acciones, inmuebles, efectivo, etc.
Cada clase de activo tiene diferentes niveles de rendimiento y también de riesgo, por lo que cada uno se comportará de manera diferente en el tiempo. Al mismo tiempo que un activo está aumentando en valor, otro puede estar disminuyendo o no aportar tanta rentabilidad a la cartera por su carácter más conservador. El principio subyacente del asset allocation es que cuanto mayor sea una persona y por lo tanto más cerca esté de la jubilación, menor es el riesgo que él o ella debe asumir.
El asset allocation puede ser un proceso activo en diversos grados o estrictamente de naturaleza pasiva. Un inversor puede elegir una estrategia precisa de asignación de activos o una combinación de diferentes estrategias dependiendo de los objetivos de, la edad, las expectativas del mercado y la tolerancia al riesgo de los inversores.
Todos tenemos nuestras metas ya sean aspirar a tener un yate, un apartamento en la playa, para pagar la educación de su hijo, ahorrar para un coche nuevo, por lo que se debe considerar bajo las expectativas cuál es el plan de asignación de activos óptimo para determinar la combinación más adecuada.
Tras la jubilación, es posible que tengamos que depender de nuestros ahorros como fuente complementaria a los ingresos de la pensión pública. De ello se desprende que se debe invertir de manera más conservadora porque la preservación de los activos es crucial en este momento en la vida. Por ello, la combinación adecuada de las inversiones en la cartera es extremadamente importante.
Decidir qué porcentaje de su cartera debe poner en acciones, fondos de inversión, y los instrumentos de bajo riesgo no es sencillo, sobre todo para los que lleguen a la edad de jubilación. Imaginemos que tras 30 o más años ahorrando, nos encontramos en el periodo de la caída del mercado bursátil, como en ocurrido tras las punto.com o bien la burbuja subprime, en el que el mercado llegó a caer alrededor de un 50%, por lo que necesitarían en los años previos ponderar su cartera con activos menos arriesgados como por ejemplo, los bonos.
Finalmente, para determinar su plan de asignación de activos se puede recurrir un asesor de inversiones que puede personalizar un plan a medida o bien acudir a la figura de “robo advisors” o asesores automatizados que suponen una nueva manera de entender las finanzas personales.