Bernanke en un discurso contó la siguiente anécdota histórica:
Lincoln pensaba que lo único que le preocupaba a las personas era ser feliz, y exponiendo esta postura a un amigo marchaba en un carruaje cuando vieron un cerdo atrapado en el barro. El presidente pidió que pararan el carruaje y se apeó. En mitad de la lluvia, se metió en el barro y sacó de allí al cerdo poniéndolo a salvo. Cuando, totalmente embarrado, Lincoln subió de nuevo al carruaje, su compañero de viaje le dijo que aquella oportunidad era perfecta para echar por tierra aquella teoría de que las personas siempre buscan, únicamente, maximizar su felicidad. “En absoluto” -fue la respuesta que le dio Lincoln- “lo que he hecho es perfectamente consistente con mi teoría. Si no hubiera salvado al cerdo, me habría sentido terriblemente“.
Parece que por segunda vez en 2010 –y esperemos que por última- Europa va a tener que ir al rescate si bien –de momento- no de alguno de los “pigs” latinos sino de un país de la órbita anglosajona: Irlanda. Y además de forma voluntaria, como Lincoln, y sospecho que por el mismo motivo, ya que el rescate es muy importante para la felicidad de los que prestan la “ayuda”, ya que desean restar tensiones al resto de Europa.
Las últimas semanas parece que estemos viviendo un deja vú en Europa con lo que pasó hace poco más de 6 meses con Grecia: políticos de aquel país, miembros de la UE, consejeros del BCE y hasta el FMI negaron durante semanas que el país heleno necesitara capital, luego decidieron que 30 mil millones eran suficientes, y en menos de un mes la cifra se multiplicó casi por 4…y lo curioso es que incluso en ese momento de “rescate total” se seguía insistiendo en la solvencia del país. Lo mismo parece estar ocurriendo con Irlanda: “no necesita ayuda”, “48 mil”, “mejor 80 mil”, “finalmente 100 mil”… Otra vez el dinero de todos servirá para que aquellos que lo han gestionado mal se salven y que los intereses de estos préstamos los paguen trabajadores y pensionistas irlandeses. Y si Grecia gastó mucho más dinero del que recaudaba, se supone que algún beneficio recaería en la población pero en el caso irlandés, siendo los culpables los mismos (los gobiernos que lo permitieron), del desfalco de las cuentas públicas sólo se han aprovechado los bancos. Creo que hace que este caso sea aún más grave y menos comprensible. Otra gran diferencia es que Grecia necesitaba el dinero cuanto antes para poder cumplir sus pagos pero Irlanda no, las prisas vienen del exterior.
También noto un deja vú con la reacción de los mercados, y no es la primera vez. Recuerdo que en el verano de 2007 ya se hablaba de crisis subprime, ya habían quebrado algunas hipotecarias en los EUA y ya se sospechaba del cercano fin de la burbuja bursátil pero sorpresivamente la FED abarató el precio del dinero y de repente se recuperó el optimismo hasta el punto que en pocas semanas marcaban máximos históricos el SP500 y el Ibex. Cuando se comprobó en 2008 que la economía estaba descarrilando se volvió a recurrir a bajar los tipos de interés pero los mercados ya apenas reaccionaron. Me parece que ahora pasará lo mismo, la euforia bursátil del 10 de mayo por el rescate a Grecia y la creación de un fondo de ayuda a los países en problemas, no parece que se vaya a repetir tras el rescate irlandés, por más que institucionalmente se insista en la buena noticia que es. Más bien al contrario es la constatación del fracaso de la falta de unión política y económica dentro de la €zona , de la política mundial de 2009 de macrogasto público (Grecia) y de auxilio a los bancos a cualquier precio (Irlanda). Y a pesar de toda esa ayuda política y económica, a día de hoy Grecia es el país del mundo con más posibilidad de impago de su deuda según CMA y ya se está hablando de prorrogar los plazos para devolver el dinero del rescate ante la incapacidad de conseguir financiación por su cuenta. Y es que el rescate obliga a unos compromisos que no son fáciles de cumplir, algo que muchos parecen olvidar.
Aunque a veces creo que yo tengo mejor memoria que los mercados, visto esta semana el éxito de la OPV de General Motors. GM suspendió pagos, con ello sus proveedores y bonistas le perdonaron una gran cantidad de deuda y sus accionistas minoritarios lo perdieron todo. Despidió trabajadores, bajó sueldos, arruinó a empleados y jubilados que compraron acciones para sus fondos de pensiones… y salió adelante con dinero público. Precisamente la salida a bolsa es para conseguir nuevos accionistas que aporten el capital suficiente para que deje de serlo el estado (pronto sacarán más papel al mercado porque se han captado 22 mil millones y hacen falta 50 mil) y empezar una nueva andadura no sólo sin deudas, además con el beneficio fiscal de poder compensar los miles de millones de $ de pérdidas con futuros beneficios y por lo tanto estar exentos de pagar impuestos los próximos años. No discuto que quizás la solución haya sido la mejor económica y socialmente (no la más justa, por ejemplo Ford no recibió ninguna ayuda y ha visto cómo su país le hacía la competencia) en lugar de malvender la compañía o cerrar las factorías pero lo que es indudable es que todos han perdido con GM y, hablando en argot de agencia calificadora, tiene un “historial crediticio” lamentable, desde luego mucho peor que el de Irlanda, que ni desde que existe como país independiente (1921) ni en los siglos en los que formó parte del Reino Unido ha dejado nunca a deber dinero a sus acreedores.
Aparte de esta digresión, es evidente que nuestra mayor preocupación es el impacto que la nueva etapa de la “crisis de la deuda soberana europea periférica” (adelantada aquí hace un mes) puede tener en España. De momento hay uno indudable: el coste financiero se nos dispara, tanto al Tesoro público que debe aumentar la rentabilidad de sus emisiones (como ya hemos visto esta semana) como a la banca española que posee miles de millones de deuda portuguesa –en pérdidas porque está casi en máximos históricos- por la que reducirá sus beneficios y tendrá que provisionarlo (perderá liquidez) en sus cuentas. Pero debo recordar que aunque hay un alto componente especulativo (aprovechando el escaso tamaño portugués e irlandés, lo que los hace más vulnerables) ha habido noticias económicas muy negativas que han sido reales, sobre todo en el caso irlandés. Si España cierra 2010 no alejándose significativamente de las previsiones gubernamentales será más difícil desconfiar de nuestra solvencia y que un ataque tenga éxito…pero si les damos la excusa, si como país no tenemos suficiente credibilidad, vamos a pasar un 2011 complicado, aunque desde luego yo descarto la suspensión de pagos.