Como sigo de vacaciones (hasta mañana) y este artículo sale publicado a las 7:00 AM gracias a la magia de la informática os dejo un resumen de un interesante artículo que se escribió hace un par de semanas en el “Telegraph” titulado “¿Es éste el fin del dólar?”
Los policías aduaneros de Chiasso ven muchos contrabandistas y maletas con doble fondo, pero nadie había visto algo así en la ciudad, que se encuentra en la frontera entre Italia y Suiza. Atados frente a la policía, en la estación de tren, se encontraban dos hombres japoneses con una maleta detrás, que contenían un botín inigualable. Oculto tras el fondo de la maleta, se encontraban unas hojas de papel inimaginables. Los documentos eran aparentemente bonos emitidos por el gobierno estadounidense con un valor nominal de unos increíbles 134.000 millones de dólares.
¿Cómo es posible que estos hombres, que al principio se negaron a identificarse, se encontraran allí intentando subirse al tren a Suiza llevando bonos por un valor superior al producto interior bruto de Singapur? Si los bonos fueran auténticos, esta pareja sería el cuarto acreedor de Estados Unidos, por delante de Reino Unido y detrás de Rusia. Poco después de que la historia se extendiera más allá de la región italiana de los lagos la semana pasada, empezaron a aparecer una multitud de teorías conspiratorias. Pero una resonó más que las demás: los dos hombres eran agentes del ministerio de finanzas japonés que se encontraban en el país por la reunión del G8, haciendo un viaje subrepticio a Suiza para vender una pequeña parte de la montaña de bonos estadounidenses amontonados en las cámaras acorazadas de la tesorería japonesa.
Resultó que unos funcionarios estadounidenses confirmaron la semana pasada que los bonos eran falsos. Los hombres, al parecer, no eran más que unos estafadores ambiciosos. Pero muchos son escépticos. Falsa o no, la historia destaca un punto importante sobre la economía mundial en la actualidad: que la tensión y la paranoia que rodean el destino del dólar americano han alcanzado un nuevo récord. La historia está en el núcleo de la gran pregunta: ¿Seguirán apoyando al dólar los bancos centrales de Japón, China y demás países incluso tras la peor crisis financiera de la historia moderna, o lo abandonarán debido a la pérdida de EEUU de su hegemonía económica?
Las necrológicas del dólar no son algo nuevo. En los setenta y ochenta, muchos predijeron su desaparición, aunque en aquel momento el principal rival era el yen japonés. En los años previos a la crisis, algunos economistas e inversores como Peter Shiff y George Soros se alinearon para declarar la desaparición del dólar como moneda de reserva mundial. A finales de los noventa, la creación del euro dio razones a los escépticos del dólar, y sin duda la moneda europea ha adquirido mucha importancia en su primera década.