Hay muchas cosas que los ciudadanos pueden hacer en beneficio de la sociedad y que no cuestan dinero. Se puede dedicar un día a ayudar en un comedor social, se puede donar sangre cada 3 meses (y además obtener un básico análisis de sangre que puede detectar si hay algún problema), se puede dejar por escrito que al fallecer usen nuestros órganos para su estudio médico o para trasplantes… pero pocos entenderían que se nos obligara a ello. Sin embargo, la mayor parte del mundo occidental entiende que se deben pagar impuestos por el bien del conjunto hasta el punto que por ejemplo la UE reconoce que la tasa real impositiva (sumando IVA e IRPF) en nuestra unión económica es del 41.3% lo que supone que trabajamos de media 5 meses al año exclusivamente para poder pagar los impuestos
La mayoría de los ciudadanos creen que paga demasiado y que recibe poco. Sin embargo, parece indudable que si queremos carreteras, policía, bomberos etc. de acceso universal y gratuito hacen falta ingresos. ¿Pero cuanto hay que pagar? Porque los gobernantes no paran de subir e inventar impuestos y a pesar de eso, gastan más de lo que ingresan y generan deudas y no es sólo por la crisis, el déficit y la deuda es lo normal en nuestra historia. Cualquier familia ajusta sus gastos a sus ingresos pero los políticos no y para poderlo sostener lo que hacen es emitir deuda y cuando ésta es insostenible, suben impuestos. No son buenos en su principal misión: gestionar el dinero que les damos (o más bien que nos toman). Hay 3 clases principales de impuestos a las personas (a los que añadir sucesiones, patrimonio e impuestos especiales como los del tabaco, bebida, gasolinas…):
- IRPF. Con él se rompe el principio de igualdad puesto que paga más porcentaje quien más gana, lo que se llama progresividad. Tiene un componente solidario.
- IVA. Otro impuesto bastante reciente que afecta a todos pero especialmente a quien más consume. No ha parado de subir desde su inicio.
- Tasas. El impuesto más teóricamente justo puesto que lo paga quien utiliza un servicio concreto pero que es una trampa recaudatoria ya que si acabamos pagando porque nos recojan la basura, por usar un aeropuerto o por una receta entonces, ¿Dónde queda la justificación de los impuestos generales que en teoría son para pagar todo eso? Por otra parte, es muy peligroso el aumento de tasas porque nunca se retiran y son un recurso fácil: ¿las pondrán a las estaciones de tren, al uso de puentes, al aire que respiramos? Y para colmo no sólo las establece la administración central, también autonomías y municipios.
Yo tengo dos opiniones sobre los impuestos que sé que no son mayoritarias:
- Por muy popular que sea el impuesto sobre el patrimonio, es el más injusto de todos ya que se castiga a alguien que ahorra o que invierte en patrimonio y que ha generado ese dinero por una actividad económica previa por la que ya pagó impuestos. Castigar fiscalmente al que posee por el simple hecho de poseer es, además, toda una invitación para la fuga de capitales.
- Estoy de acuerdo en que hay que luchar contra el fraude pero éste no es el culpable de la crisis y una mejor lucha contra él mejoraría las cosas pero no acabaría con ella: Es mentira que si todo el dinero sumergido aflorara se obtendrían más de 100 mil millones de € como he llegado a leer. Primero porque hay mucha actividad económica que existe porque sólo es rentable de esta forma pero que si pagara impuestos, seguros, seguridad social etc. no existiría (y en el caso de más grandes compañías –a las que dedicaremos otro artículo- directamente se irían a otro país) y segundo porque en todos los países hay un porcentaje de dinero negro, no es realista pensar en que esa cifra sea cero. Pero ojalá se aprovechara más el avance informático para cruzar más datos y reducir al mínimo el fraude, por supuesto.
En todo este complejo tema en el que se mezcla el difícil equilibrio entre la defensa de lo propio y la solidaridad pero también el afán por ser justos, normalmente el que menos gana –que es la mayoría- aplaude que haya más impuestos a los ricos pero no es tan fácil.