Malas noticias para los hipotecados, los Bancos Centrales no tienen ninguna prisa

por Carlos Lopez

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Los mercados financieros están reconsiderando sus previsiones sobre cuándo los principales Bancos Centrales (BCE y Fed) comenzará a recortar las tasas de interés, y parece que están comenzando a entender el mensaje: No tienen ninguna prisa.

En el caso del Banco Central más influyente, la Fed estadounidense, y después de que se divulgaran la semana pasada las minutas de la reunión de política monetaria del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC), junto con comentarios optimistas de varios miembros de la Fed y datos PMI que indican que la economía estadounidense continúa en expansión, los analistas apuestan a que la Fed retrasará el recorte de tasas, posiblemente realizando el primer recorte hacia el final del primer semestre del año.

Los expertos de Barclays han señalado que “las actas de la reunión del FOMC de enero y el discurso de la Fed de esta semana dejaron claro que la Reserva Federal no tiene prisa por reducir las tasas. Los datos de inflación cada vez más sólidos de enero, incluida una esperada aceleración de la inflación PCE subyacente la próxima semana, probablemente socaven la confianza”. Según ellos, el primer recorte podría ocurrir en la reunión de junio.

Las probabilidades de que la Fed no recortará tasas en el primer trimestre se fortalecieron tras darse a conocer que la inflación en Estados Unidos se situó por encima de lo estimado en enero, subiendo a tasa mensual de 0.3%, por encima del 0.2% esperado, aunque moderándose del 3.4% a 3.1% en su lectura anualizada.

Los mercados anticipan recortes acumulados en el año de sólo 75 puntos, cuando en su estimación previa la ubicaban en 150 puntos. Con esto, el rango de la tasa al cierre de diciembre esperado sería de 4.50 a 4.75%, con recortes a las tasas en junio, septiembre y diciembre con una magnitud de 25 puntos base cada una.

Respecto al Banco Central Europeo parece que va por un camino similar y ayer Christine Lagarde dejó clara esa posición. “Continuaremos aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel apropiado y la duración de la restricción, teniendo en cuenta las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria”.

Después de que el Consejo de Gobierno del BCE decidiese, tras su reunión de enero, mantener sin cambios las tasas de interés, Lagarde ha vuelto a insistir en que si estas se mantienen durante un periodo “suficientemente largo”, contribuirán sustancialmente a garantizar que la inflación regrese a su objetivo del 2% en el momento “oportuno”.

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