Si estás buscando una hipoteca más vale que le eches paciencia ya que durante el último trimestre, la rigurosidad en la concesión de financiación se ha intensificado en la banca española, según la Encuesta de Préstamos Bancarios que el Banco Central Europeo (BCE) ha difundido recientemente. Un incremento en las tasas de interés, un riesgo creciente percibido por los clientes, y una menor disposición por parte de los bancos a asumir dicho riesgo, son factores que han llevado a la adopción de criterios más estrictos a la hora de conceder créditos.
Las entidades bancarias se están ajustando a las normativas que les exigen brindar créditos de manera responsable. Esto significa que los bancos deben evaluar la solvencia de la compañía antes de otorgar un préstamo y deben estar seguros de que los clientes podrán hacer frente a los pagos durante toda la vida del préstamo. Este test de solvencia se ha vuelto aún más riguroso en el actual clima económico, a raíz de la reciente subida de las tasas de interés.
En el caso de España, se ha notado un endurecimiento particularmente notorio en la concesión de préstamos al consumo, donde el 25% de los bancos han afirmado haber aplicado criterios más rigurosos, un aumento respecto al 33% del trimestre anterior. Las razones principales para la adopción de medidas más estrictas han sido el incremento en la percepción de riesgo y la menor tolerancia de los bancos a asumir dicho riesgo. Se espera que esta tendencia de endurecimiento continúe en el próximo trimestre.
Con respecto a las hipotecas, se ha observado una mayor rigidez en las condiciones que la media europea. Esto se debe principalmente a la creciente percepción de riesgo por parte de las entidades bancarias respecto a la capacidad de pago de los clientes. Aun así, se prevé que las condiciones se mantendrán para el tercer trimestre sin un endurecimiento adicional.
A pesar de este endurecimiento, el BCE explica que estos son procesos habituales dentro de la política monetaria que ha implementado en el último año. El principal objetivo de estas medidas es controlar la alta inflación en la Zona Euro, lo que ha llevado a las tasas de interés a subir desde el 0% hasta el 4% actual. Este aumento de las tasas tiene como objetivo frenar el consumo y la demanda, en un intento por bajar los precios.