Cuando me dan los resultados de unos análisis de sangre, lo primero que miro son las cifras del colesterol y las del azúcar, ya que a parte de vivir mucho me interesa vivir bien, algo que logró a base de chocolates y chuletones. Una vez analizados esos valores, suelo mirar los asteriscos, esos que me indican si hay algún valor fuera de los márgenes normales.
Y eso es todo. No tengo ni idea de interpretar un análisis pero sé que quiero tener el colesterol, el azúcar y el número de asteriscos muy bajos.
Como en principio gozo de una salud estupenda no me he visto forzado a saber que son lo hematíes, los eosinófilos o la velocidad de segmentación globular y es que esas son cosas, que si todo va bien a uno no le suelen interesar.
Con la economía ocurre lo mismo, a la hora de mirar sus “análisis” nos fijamos en el colesterol (la bolsa), el azúcar (PIB) y poco más, ya que son los valores más mediáticos y fáciles de entender, pero hay otros, poco conocidos, que pueden diagnosticarnos enfermedades muy graves. A veces se ponen de moda como la prima de riesgo y otras veces a penas se habla de ellos. Y hoy os quiero hablar de uno de los que me parecen más interesantes y que a día de hoy, lo tenemos con un asterisco muy gordo. El Baltic Dry Index.
El Baltic Dry Index (BDI) es un buen termómetro del comercio mundial ya que mide el precio de los fletes marinos de cargas de materia prima. Si hay mucha actividad comercial, se requiere de muchas materias primas sólidas (carbón, hierro, azúcar) y por tanto su transporte sube de precio. A diferencia de otros valores, este no tiene un contenido especulativo. La oferta de fletes de carga es muy estable (cada barco nuevo tarda años en construirse) así que su precio varía casi exclusivamente de la demanda.
Respecto a sus valores el 20 de mayo 2008 alcanzó su máximo histórico con 11.793 puntos, a medida que la crisis se fué agudizando el 5 de diciembre 2008, cayó un 94% hasta los 663 puntos, el nivel más bajo desde 1986 y luego se recuperó algo
Aquí tenéis su gráfica histórica que muestra muy bien los momentos de burbuja y los de crisis.
Si hoy hablamos de este indicador es porque algo gordo ha pasado y es que ayer marcó su mínimo histórico por debajo de los 300 puntos, valor que no vio ni de cerca en el peor momento de la crisis financiera.
El principal culpable de esta bajada es la ralentización de la economía del mayor importador de materias primas, China. El problema es que el resto de la culpa se la lleva la ralentización del comercio mundial (y en menor medida que los buques son cada vez son más grandes y eficientes) y si tomamos al Baltic Dry Index como indicador adelantado la crisis que hemos pasado es una broma en comparación con la que nos espera.
Esta relación BDI/economía no es infalible, pero debería mantenernos alerta y os animo a que lo sigáis de vez en cuando.
Mientras tanto, los análisis se nos llenan de asteriscos…