The Last Ship es una reciente serie de acción norteamericana que ensalza los “valores” de la Armada norteamericana y, sobre todo, del maravilloso capitán del barco y de la no menos maravillosa heroína. Es decir, no tendría mayor interés si no fuera por lo oportuno de su argumento: una científica descubre que una epidemia muy peligrosa que se desarrolla en África va a extenderse por todo el planeta y necesita ir al Ártico durante unos meses a investigar la cepa original para intentar crear una vacuna, algo para lo que es ayudado por un barco de guerra que, curiosamente, debe estar todo ese tiempo sin contactar con el exterior. Cuando pasados unos meses, “vuelven” al mundo, la epidemia no sólo ha diezmado la población mundial, ha acabado con las instituciones políticas y todo es un caos en el que suele mandar el más fuerte. ¿Puede esta “americanada” hacerse realidad, es posible que un virus acabe con el mundo tal y como lo conocemos? Podría ser, como casi todo, pero no parece que vaya a ser el ébola el culpable ya que su capacidad de trasmisión no es tanta como la de la gripe por ejemplo. Por poner cifras en perspectiva, la malaria causa cada año unas 600 mil muertes, el Sida más de 1 millón y en este último brote de ébola se habla de menos de 2 mil muertos.
La paranoia pues no tiene demasiada lógica pero sí es cierto que puede morir más gente (de la que importa al Primer Mundo, ya que los africanos fallecidos hasta ahora no merecían la atención de la mayoría) y hacer mucho daño a la economía mundial, más por el pánico que por la enfermedad. España, al ser puente entre África y Europa y a la vez entre Europa e Iberoamérica, y al ser visitada por millones de turistas extranjeros cada año, tiene mucho que decir. En el peor de los casos podemos sufrir la epidemia en nuestro territorio, extenderla por medio mundo y de paso cargarnos lo que actualmente más ha influido en nuestra mejora económica los últimos trimestres: el sector exterior. Yo ni de lejos lo veo tan mal pero es deber de nuestras autoridades intentar evitar ese escenario cuyo miedo de hacerse realidad creo que ya se va a notar en las cifras de turistas los próximos meses, ya mermadas por la caída de los que proceden de Rusia.
Cambiando de tema: ¿Cuántos años llevamos que comienza la segunda mitad del año y gobiernos, FMI, analistas etc. rebajan las previsiones para el ejercicio en curso diciendo que se crece pero algo menos de lo esperado? A nivel global llevamos desde 2010, en la €zona también y en España sólo este año ha ocurrido lo contrario, mejorando las expectativas según pasaban los meses de 2014. Imposible saber si ahora se habrán vuelto a exceder pero sí parece claro que España acabará este año con mejores datos macro de los que se esperaban a finales de 2013. Sin embargo, nuestra pertenencia –y dependencia- a la €zona nos hace vulnerables al frenazo que los 3 más grandes países –Alemania, Francia e Italia, nosotros somos el 4º- están sufriendo. Lo que nos faltaba, cuando asomamos la cabeza gracias sobre todo al sector exterior, resulta que el exterior la esconde… Y no es sólo la €zona la que está decepcionando y haciendo quedar mal a los analistas, también los EUA, Japón, China, Rusia… están enfriando las profecías optimistas.
Como siempre, hay excusas de sobra para justificarlo todo: en USA un nefasto primer trimestre debido al mal tiempo, en Alemania un segundo trimestre negativo por el conflicto en Ucrania, en Japón el culpable es la fuerte subida del IVA… pero más allá de todo eso hay una duda que se cierne: ¿es posible que la política monetaria expansiva ya no sea efectiva, es posible que la única solución que los mandamases mundiales han encontrado –inyectar fondos públicos al sector financiero, tipos de interés ultrabajos, aumentar la deuda pública etc.- haya servido para frenar la crisis pero no sirva para consolidar la recuperación económica? La €zona es el principal ejemplo: la espectacular rebaja en el coste de la colocación de la deuda de los estados en la €zona ha pasado de ser una excelente noticia que ha reducido los recortes –al mejorar las cuentas públicas por menor pago de intereses- en países como España a ser tomada como un síntoma de lo mal que va la economía de nuestra área económica. Rentabilidades por debajo del 1% en el bono a 10 años alemán muestran que los inversores están descontando años de deflación y bajo crecimiento, cada vez más parecido al Japón de los ´90 pero en una situación mucho peor por los desequilibrios dentro de la €zona. Al menos esta semana el € ha marcado nuevos mínimos del año…
Eso sí, un escenario como ese sería nefasto para la renta variable ya que torpedearía los resultados empresariales. Esa puede ser la razón “macro” por la que las bolsas europeas sufren mucho más que las norteamericanas en esta corrección de mediados de verano. Luego está el tema del conflicto ucraniano y la batalla económica con Rusia que sólo “pesa” en las cotizaciones de vez en cuando a pesar de que el problema lleva ya muchos meses. La esperanza –como viene siendo habitual- en lo que BCE hará en septiembre, presionado por los malos datos de crecimiento alemanes, franceses e italianos, es lo que ayuda a frenar las bajadas bursátiles y sigue alimentando la bajada de tipos de la deuda pero tras los 32 máximos históricos –incluyendo el de ayer mismo- que el S&P500 ha marcado en 2014, mi mayor preocupación es el mal de altura de Wall Street. Si le da por recortar –por ejemplo porque la reunión de gobernadores de bancos centrales que se inicia hoy en Jackson Hole decepcione, quizás cuando acabe la QE de la FED en octubre…- la tormenta bajista que vimos en semanas pasadas en las bolsas pueden convertirse en la tendencia de final de año. Mientras que si los bancos centrales siguen priorizando en sus actuaciones la salud de los mercados, 2014 –sin llegar a las rentabilidades de 2013- será otro gran año para la renta variable. De momento este mes se cumple la pauta estadística que dice que agosto es mejor para Wall Street que para Europa, esta vez el principal responsable de la divergencia es el empuje de los valores tecnológicos USA entre los que destacan los máximos históricos del más grande valor del mercado por su capitalización: Apple. En realidad nada nuevo, si vemos la rentabilidad de las bolsas desde enero del 2000 podemos comprobar que la inversión en renta variable europea no es muy rentable que digamos:
(PD: el DAXK es el Dax restando los dividendos pagados para así compararlos a los demás que sí los descuentan; si incluimos dividendos en los porcentajes el resultado sería mejor pero si restáramos la inflación para obtener la rentabilidad real el resultado numérico sería similar al del gráfico)
Links.-
- Best & Worst Trades of All TIme
- Ashoka Mody on La economía mundial atrapada en el tiempo
- Jeffrey Frankel on La trampa del subsidio
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- ¿Por qué en España se recauda menos que en Europa?
- Marcel Fratzscher on El contragolpe de las sanciones
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- Secular stagnation: Facts, causes, and cures
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