Si según Biderman -el mayor experto mundial en medir los flujos monetarios en los mercados- las mayores entradas de dinero en el mercado bursátil proceden de las mesas de trading de los propios bancos y si en los últimos días han sido los bancos con sus ampliaciones de capital los que más papel han soltado en mercado, seré muy malpensado pero se me ocurre una hipótesis:
- Yo soy un banco americano que recibo millones de dólares del programa de rescate de activos en problemas (TARP), con ese dinero compro renta variable… no las acciones de mi propio banco, por supuesto, las de otros o, aún más fácil, futuros… sobre todo del sectorial bancario y financiero.
- Mi fuerza es tanta -dado que todos los otros grandes bancos hacen lo mismo- que con esa inyección de liquidez provoco tal cierre de cortos en el mercado que la subida se va retroalimentando. Además, la subida bursátil mejora los índices que miden la confianza como el Consumer Confidence y eso anima aún más a las bolsas.
- Cuando considero que las alzas son suficientes, amplío capital y consigo financiarme a unos precios que sólo podían ser soñados a comienzos de marzo. Obtengo bastante más dinero que el que he recibido del TARP con lo que puedo devolver ese dinero y el anuncio de su devolución anima a más inversores a comprar mis acciones con lo que tanta ampliación de capital apenas tiene incidencia en el mercado (ayer mismo, el Tesoro autorizó a diez grandes bancos de EEUU a devolver 48.900 millones)
Es una teoría, en la que quizás ha habido cierta coordinación e incluso complicidad con las autoridades de los EUA (cambios contables, stress test etc.). Al fin y al cabo, el primer “brote verde” fue el rebote bursátil. Ahora se nos quiere vender como que la bolsa sube porque hemos pasado lo peor de la crisis pero quizás si repasamos los acontecimientos lo que ha mejorado ha sido la percepción de la crisis y ese cambio ha venido motivado por la actitud de la bolsa.
Las autoridades son las primeras felices del rebote bursátil, no sólo garantiza la viabilidad del sistema financiero, además provoca un aumento de la confianza y por lo tanto quizás del consumo.
Y también es muy positivo para la población. Como ha recordado el profesor Emilio Ontiveros “a diferencia de lo que ocurrió en el 29 los que han perdido sus ahorros en esta ocasión son más, porque en los años 30, y prácticamente hasta los 70, sólo el 5% de la población de las economías avanzadas tenían en su patrimonio acciones. Hoy ese porcentaje es del 48% (ya sea directamente o indirectamente a través de vehículos financieros como los fondos de inversión). La trascendencia que tiene es muy superior ahora que la de entonces”. Es decir, una mejora de la bolsa del 30% beneficia mucho a la mitad de la gente…
Siguiendo con esta hipótesis y dando por hecho que la mayor inversión que han hecho dichas mesas de trading de los bancos ha sido la compra de futuros, es fácil deducir que tras el vencimiento de junio toda esa fuerza compradora desaparecerá ya que dejarán que tales futuros liquiden sin venderlos y así no enseñar presión bajista a la actual tendencia alcista a corto. Y es más, si los propios bancos saben que toda la subida ha sido una maniobra artificial y ya han conseguido su objetivo, lo normal sería o bien que aprovecharan su información para apostar por el lado bajista o bien que respeten el hipotético acuerdo con el gobierno que les ha permitido ganar tanto dinero en 3 meses y simplemente, no hagan nada.
Me parece que en ambos casos, se acabará imponiendo la tendencia general del mercado salvo que todo esto haya impulsado lo bastante a la economía como para cambiar de rumbo la crisis, algo que me parece aún más hipotético que todo este artículo.