Los que estamos mucho tiempo navegando por la red y participando en foros y redes sociales creo que tenemos una concepción de la realidad española bastante sesgada. Igual que las empresas demoscópicas deben hacerse una fuerte autocrítica tras los resultados electorales del 26J, nosotros también debemos hacerla. En mi caso estaba convencido que el que IU y Podemos se unieran iban a proporcionarle muchos más votos y estaba casi seguro que éstos serían más que los que tuviera el PSOE (mi duda era si podría superarlo en escaños), también creía que el electorado no castigaría ni al PSOE ni a C´s que al fin y al cabo, son los que más hicieron porque hubiera un gobierno tras el 20D. Y todas estas impresiones o ideas que yo tenía me las proporcionaba la lectura en internet: muchos podemitas muy activos, mucha gente que se confesaba harta de la corrupción del PP, periodistas de derechas hablando bien del PSOE, variada presencia de partidarios de Ciudadanos en redes sociales… todo eso daba la sensación de unos resultados que no se correspondieron con los reales.
Y es que los jubilados, uno de los mayores viveros de votos del PP, no suelen navegar por internet tanto como los jóvenes. Y es que muchos comunistas de toda la vida, estilo Llamazares, prefirieron quedarse en casa antes que votar por Iglesias al que consideran un advenedizo pero claro, no se les ocurrió anunciarlo en ninguna parte. Tampoco a los que votaron a Podemos el 20D pero estaban molestos por no haber facilitado un gobierno de Sánchez y/o haber pactado con comunistas, ni a los que les gustaba Podemos para influir pero les dio miedo que pudiera decidir. Tampoco los cientos de miles de votantes de C´s que, seguramente por miedo a una victoria de UP, se pasaron al PP en busca del voto útil, lo anunciaron en ninguna parte. Es más, creo que incluso en los sondeos a pie de urna, gente que votó al PP prefirió engañar al encuestador. El caso es que no podemos fiarnos de las redes sociales para analizar la voluntad política de la mayoría de los españoles porque a veces nos dejamos llevar por los que más comentan sobre el tema creyendo que éstos son los más numerosos y no es así, uno que grita mucho no es representativo del nivel de ruido de la mayoría. El Bréxit fue otro ejemplo de victoria de una opción que era minoritaria en internet: al final los jóvenes se quedaron en casa y los mayores votaron mayoritariamente por la salida, Londres optó por quedarse pero las zonas rurales, donde la proporción de usuarios de las redes es más baja, se volcaron por la salida. Puede en los EUA esté pasando algo parecido con el enorme “voto oculto” que parece tener Trump entre gente que puede que normalmente ni siquiera vote y que no vive en Nueva York o Los Ángeles ni tuitea ni cuelga fotos en Instagram.
Es evidente que los partidos que en España perdieron votos el 26J deberían pisar más la calle y dejar un poquito las redes, para saber en qué fallaron. Pero no son los únicos, yo mismo me equivoqué mucho sobre el resultado electoral. Y me da que con la economía, muchos caemos también en el error de intentar sacar conclusiones sobre su marcha fiándonos solo de nuestro entorno más cercano o de lo que leemos en internet, ¡cuántos escucharemos estos días que no hay crisis porque las terrazas están llenas por ejemplo! Por eso los datos son tan importantes, por mucho que podamos intuir que por sus características no son del todo fiables, porque nos muestran una tendencia global por encima de nuestra percepción particular. Y hablo de tendencia porque a mí que el PIB total de España esté al mismo nivel que antes de la crisis, algo que se supone ocurrirá pronto, me dice muy poco porque todos sabemos que España está mucho peor que en 2007 pero si el PIB sube trimestre tras trimestre, está claro que marca una tendencia y que ésta es positiva. España no está bien pero está mejorando, y eso es un hecho evidente (y que se hará más si como dice el FMI a partir del próximo trimestre empezamos a empeorar otra vez). Y no hay que politizar esa tendencia: que haya más turistas, que aumente el consumo, que se cree empleo, que se vendan más casas, que crezcan las matriculaciones etc. es bueno gobiernen unos u otros y no significa ni que el mérito sea de este gobierno ni que con otro gobierno no fuera mejor. Por eso me da rabia que haya tanta gente a la que le moleste que salgan buenos datos, que en seguida los ponga en duda sólo por politiqueo. Y hay que saber valorar que un dato puede ser malo (por ejemplo, las actuales bajas cotizaciones sociales) pero es mejor que un dato peor (que no se cotice nada porque no se cree empleo como pasaba hasta no hace mucho). España, como casi toda la Eurozona, está mejor hoy que a mediados de 2012 que es cuando seguramente tocamos fondo y eso debe ser motivo de alegría tanto para un votante del PP como para uno de Podemos porque significa que los españoles estamos mejor.
Por supuesto, es insuficiente y nunca nos deberíamos conformar; además, seguro habrá gente que esté peor ahora que hace 4 años pero cuando se valora una situación en su conjunto, no hay que fijarse en los ejemplos –que todos conocemos- que más se adaptan a nuestros criterios, sino asumir que nuestra percepción está condicionada por nuestro entorno y nuestros prejuicios y que si queremos tener una visión global, debemos hacer caso a los datos. Y por supuesto, no empecinarse en que si éstos no reflejan lo que pensamos, son ellos y no nosotros los equivocados porque una cifra puede ser errónea, una tendencia puede ser puntual en el tiempo pero cuando pasan años y la mayoría de datos apuntan a lo mismo, hay que ser objetivos y aceptar que España está hoy por hoy en una tendencia positiva que ya dura el suficiente tiempo como para creérnosla. Y yo soy el primero que encuentro muchos peros a muchas cifras de nuestra economía (por ejemplo la enorme deuda pública aunque hay que reconocer que en gran parte se compensa por la bajada de la deuda privada y la subida del ahorro) y estoy convencido que con otras políticas estaríamos mejor (como también podríamos estar peor, claro) pero que la realidad económica de mi país mejore me alegra independientemente de que me guste o no el partido político que en este momento pueda estar gobernando. Porque al final, detrás de los datos hay familias que viven peor o que viven mejor. Y aunque como slogan queda muy bien lo de que sólo mejora el 1% y no el 99%, lo cierto es que las familias que viven mejor que en el peor momento de la crisis, son mayoría.
En cuanto a los mercados el lunes se vieron máximos de varias semanas en Europa e históricos en el S&P500 y el Dow Jones (sólo el Nasdaq sigue resistiéndose a marcar nuevos máximos) y aunque el martes parecía que empezaban los lógicos recortes tras tanta subida, el miércoles volvieron las alzas. La situación de momento es clara: a pesar de los problemas geopolíticos y de la banca europea, la fortaleza norteamericana, apoyada de momento por la temporada de presentación de resultados, junto a las medidas de los banco centrales, están manteniendo a Julio en positivo. Veremos si el resto del verano se mantiene así. Y cuidado con el Ibex si al final no se forma gobierno porque el cierre del gasto del Presupuesto de 2016 anunciado por el gobierno -si no hay acuerdo y agobiado por las presiones financieras de la UE- puede ser muy traumático para la economía española y para el funcionamiento de las instituciones públicas, incluidas las autonomías. Y como imagen, un dato manifiestamente mejorable pero que también tiene una evolución positiva:
Links.-
- “Situación Cataluña. Primer semestre 2016″ – BBVA Research
- 2 estilos de Hedge Funds
- Pensiones públicas, por tramos de edad a Julio de 2015
- ¿Funcionaría la ?rampa de salida? de Dodd-Frank propuesta por Hensarling? by Mark Roe
- El retorno de la burbuja inmobiliaria de Irlanda by Stefan Gerlach
- El fracaso de migración libre by Robert Skidelsky
- La realidad sobre el impuesto de sociedades
- Oráculos y euribor bajo