Me voy a decidir a intervenir casi por alusiones: yo contraté una hipoteca multidivisa en 1995 por lo que casi con toda seguridad soy la más veterana en este tipo de producto. Primero, me considero una persona de renta media-alta pero desde luego ni soy piloto de avión ni tenía ninguna experiencia en el mercado de divisas ni en productos financieros. Si me permitís os expondré brevemente mi experiencia, que he de decir que en general ha sido positiva ( a pesar de los últimos años de infarto, que son los que justifican mi Nick).
Yo suscribí mi primera hipoteca multivisa (en yenes) en 1995 porque una amiga economista me habló del producto. Os recuerdo que por aquella época los tipos de interés del entonces MIBOR rondaban en ¡¡¡11%!!!! y el yen el estaba por debajo del 1%. Fui yo quien pidió el producto a Bankinter pues no lo publicitaban al público en general. Las condiciones eran exigentes (límite del 60% del valor de tasación y un 1,5% de diferencial). He de decir que a mí sí me explicaron el riesgo del tipo de cambio. Dado los astronómicos intereses en España, merecía la pena el riesgo.
Los primeros años fueron buenos (1995-1998), pues el tipo de cambio variaba ligerísimamente y los intereses eran un chollo. Luego vinieron años duros, en los que el entonces euro virtual se depreció respecto a todas las monedas. Seguía mereciendo la pena, aunque por aquellas fechas los intereses en España ya habían bajado.
En 2005, cuando y prácticamente habíamos amortizado la primera hipoteca, nos lanzamos a por la segunda vivienda (recordemos los estúpidos años de la burbuja inmobiliaria, en el que tooooodos comprábamos ladrillos como si nos fuera la vida en ello -mea culpa, mea culpa, mea culpa-). Pedimos una ampliación de nuestra hipoteca peeeero al ver cómo estaba el yen respecto al euro en ese momento (135) decidimos hacer la ampliación en euros, con un diferencial del 0,55%, total 2,68%. Primer año en euros, bien. El segundo año en euros (2006) ya nos empezamos a mosquear por la subida de tipos el Euribor; 2007 los pelos se nos iban poniendo como escarpias; en 2008 el agobio ya era patente pues el tipo nos subió al 5,25%, lo que suponía que los intereses eran 2/3 de la cuota, con lo que la deuda pendiente apenas bajaba. A finales de 2008 fue cuando mi amiga me avisó de cómo se había devaluado el yen respecto al euro (yo ya me había olvidado del yen). Como la hipoteca era multidivisa nos cambiamos en diciembre de 2008, cuando estaba a 119. Sin seguro de cambio (no sabía ni que existía), a pelo, ala. Ojo, diferencial de nuevo al 1,5%.
2009 genial para nosotros, peeero a partir de 2010 también para los de nuestra entrada empezaban a pintar bastos...2011...verano de 2012 de terror con el euro a 98 y al borde de la desintegración de la moneda única. En diciembre de 2012 estuvimos a punto de cambiar a euros (club de los 100) y si no lo hicimos fue por pura cobardía, porque nadie, repito, nadie creo que intuyera siquiera la recuperación actual.
Ahora estamos aquí, casi a 145, comprando cuotas como locos para salir de esta pesadilla cuanto antes.
Ya no me planteo cambiar, sino acabar.
Haciendo cuentas y balance en mi caso este producto sí que ha resultado rentable, pero ojo, por pura chamba, no por conocimientos. Es muy importante el momento de entrada y eso, desgraciadamente, no se puede elegir tan fácilmente pues uno se compra la casa cuando se la compra, no cuando el yen está fuerte.
Para los que os sintáis atrapados (con razón) en este producto os diré para daros otra perspectiva que penséis también en los tipos de interés del Euribor, que en 2008 alcanzaron más del 5%, y que eso implicaba pagar una cuota en la que la mayor parte eran intereses y que quizás hubiera supuesto una cuota impagable.
En fin, esta es mi historia.
Un abrazo fuerte para todos: los yeneros, los que estáis en francos, en libras, en euros... Un abrazo a todas las personas de bien y especialmente a todos los que ofrecéis aquí vuestros conocimientos, vuestras experiencias y vuestro tiempo.
¡¡¡Feliz 2014 para todos -si nos dejan-!!!
(Y mis peores deseos para esos pocos que manipulan y controlan los mercados financieros, que ponen y deponen gobiernos, y que machacan la vida a millones de personas sin pestañear con su avidez insaciable. Son los verdaderos criminales del siglo XXI, que caminan y van apestando la tierra).