«Yo no quiero ser líder». Esto es lo que escuché el otro día en el autobús. Se lo decía un amigo a otro. Eran dos jóvenes de no más de 25 años, pero éste lo tenía claro. Cuando el compañero le preguntó los motivos: «Mi padre debe ser un gran líder. Gestiona un gran equipo de trabajo, le respetan mucho, tiene mucha responsabilidad y cobra mucho dinero, pero en casa, apenas le vemos, le llaman continuamente por teléfono, así que yo ni quiero esa responsabilidad, ni ese dinero». (Esto claro, traducido, porque la jerga era algo así como: «porque no tío, es una movida… «)
En una encuesta que he hecho preguntando si te gustaría ser líder, el 68% de los que habéis contestado, sí les gustaría ser líderes, frente al 32% que no les gustaría.
Personalmente, creo que este chaval está equivocado. No es necesario sacrificar tu vida personal para poder ser un líder. Seguramente sí es verdad que tendrás más responsabilidad y dependiendo del número de personas a las que dirijas, más trabajo, pero esto no ha de impedirte tener una vida personal.
Como casi todo en esta vida, es cuestión de organizarse y saber hacer. ¿Qué es lo que verdaderamente debe saber gestionar un líder?
- Las personas. Los empleados, independientemente de su jerarquía o cargo, quieren saber que sus líderes les prestan atención. Los profesionales se decantan por un dirigente bien formado y que tenga capacidad para detectar el talento. Un líder que no sabe gestionar a sus trabajadores como personas, no es líder.
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La comunicación. Un líder debe ser capaz de transmitir sus ideas. Pero no se trata sólo de que la gente le escuche. También debe saber escuchar y tomar en consideración lo que los demás le dicen.
La información. Un líder debe estar bien informado sobre la compañía y sobre los empleados. Lo que debe hacer es saber tratar esa información, saber interpretarla y saber utilizarla.
Ayudar a los demás. Uno de los mayores secretos del liderazgo es hacer que la gente se sienta útil y que pueda participar activamente en un grupo. Hacer que la gente haga cosas, valorar el trabajo y felicitar a las personas que lo han hecho. Hacer que las personas se conozcan entre sí y déjales tomar la iniciativa. Un líder debe recordar que todo el mundo quiere participar en un grupo donde se le considere importante.
- Saber gestionar los cambios. Los líderes son personas estratégicas que saben gestionar los cambios. Evalúan las situaciones y valoran la comunicación con su equipo para resolver los problemas.
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Ser astuto. Cada organización tiene su propia dinámica funcionamiento y un individuo solo no puede controlarlo. Los líderes son sólo una parte del ADN de la compañía. Por ello, los más eficaces deben observar y siempre tener en cuenta el beneficio de la duda ante los demás y no crear su propia política para anular la cultura actual de la empresa.
Conocer la organización. Al entrar en una nueva compañía, lo primero que hay que hacer es conocer y entender el pasado de la misma para poder afrontar el presente y el futuro: retos, objetivos, necesidades, de forma que se pueda planificar con mayor eficacia.
Las relaciones. Algunos líderes usan su poder para manipular y crear confusión de modo que puedan mantener el control sobre los demás. Esto no debe ser así. Los grandes líderes se toman su tiempo para ganarse las relaciones. Cuando las personas ven que te preocupas por ellas y que las tratas como personas, creerán en ti.