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La felicidad profesional

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¿Estás feliz en tu trabajo o eres de esas personas que habitualmente están quejándose? Si crees que no se puede conseguir el trabajo ideal, en ese que en el que vivas feliz, estás equivocado. Está claro que cada uno tenemos un perfil y unos gustos diferentes y puede que el trabajo que te guste a tí, no sea el que me guste a mi.

Independientemente de todo y generalizando un poco, cada año aparecen varias clasificaciones de los mejores trabajos del mundo. Según la última selección publicada por Business Insider, estas son las ocupaciones que parecen demasiado buenas para ser verdad:

  • Científico de chocolate: en 2014, la Universidad de Cambridge anunció una vacante para este puesto. El empleo consistía en encontrar un modo de hacer que el chocolate se mantuviese sólido y delicioso en lugares calurosos. Trabajar con chocolate parece apetecible pero no todo sería diversión, puesto que el proyecto formaba parte de un programa de doctorado y el acceso a Cambridge no resulta precisamente sencillo.
  • Probador de cerveza: el Museo Nacional de Historia de Estados Unidos publicó en 2016 una oferta bajo esta denominación. El elegido debía recorrer Estados Unidos durante tres años catando diferentes cervezas para encontrar las de mejor calidad. El sueldo, además, no era desdeñable: más de 54.000 euros al año (64.000 dólares anuales). El único requisito para acceder era ser historiador profesional con experiencia en la investigación académica.
  • Maestro constructor de Lego: si quiere alcanzar este estatus debe empezar a practicar cuanto antes, porque se trata de un grupo muy selecto que no supera los 40 integrantes en todo el mundo. Los candidatos que superan el exigente proceso y consiguen el título de maestro se encargan de crear modelos espectaculares y construir los escenarios de los parques temáticos de Lego.
  • Propietario de un café de gatos: estos establecimientos están teniendo un éxito enorme en Japón. Los clientes acuden allí a tomar una taza de café mientras observan y juegan con los gatos residentes.
  • Monitor de surf para perros: de todos los trucos que los perros pueden aprender, uno de los más curiosos es el de coger olas. Algunos monitores ofrecen clases para ellos y sus dueños, mientras que otros sólo enseñan a los perros.
  • Espectador profesional de TV: parece el modo definitivo de pasar horas delante de la televisión sin sentirse culpable por ello. Algunos programas e informativos los contratan para seguir a la competencia y extraer los clips más interesantes para su uso.
  • Cuidador de pandas: el Centro de Protección e Investigación sobre el Panda Gigante de Sichuan (China) anunció en 2014 que buscaba un «canguro» para sus cachorros de panda. Según la propia entidad, «el trabajo tiene una única misión: pasar 365 días con los pandas y compartir sus penas y alegrías».

Está claro que uno no puede ser feliz para siempre en un puesto de trabajo si no pone algo de su parte. De hecho, esta es la demostración de que ser feliz con lo que se hace está al alcance de cada uno, ya que el único antídoto contra la rutina y el desgaste del tiempo es reinventar la propia profesión cíclicamente. Es ahí donde se encuentra la felicidad laboral: en la capacidad de conocerse a uno mismo para renovar y enriquecer el trabajo diario.

Generalmente, las ocupaciones que generan más satisfacción son aquellas que implican un mayor grado de realización profesional, es decir, que aportan un valor alto. Muchas veces, existe un dilema entre elegir un buen sueldo en un empleo que no produce motivación o trabajar en algo que resulta placentero pese a que esté mal pagado. El salario influye, desde luego, pero no lo es todo: los expertos estiman que la motivación extra que proporciona un aumento de sueldo sólo dura tres meses y, según la mayoría de los estudios, el dinero no suele ser el principal factor motivador. De hecho, los valores que hacen más feliz a un trabajador son otros: el compromiso con la empresa, la flexibilidad en cuanto a tiempo o medios y las oportunidades de desarrollo y crecimiento profesional.

Aunque parezca utópico, no es necesario encontrar uno de esos empleos idílicos para alcanzar la felicidad laboral. Para ahorrarse frustraciones, es fundamental evitar las expectativas irreales y meditar qué es para uno mismo un buen trabajo, partiendo de un planteamiento positivo y teniendo en cuenta las propias capacidades. La clave para cambiar la percepción es encontrar los aspectos que le atraigan, centrarse en los beneficios que le aporta y priorizar su desarrollo individual y profesional sobre lo demás.

¿Eres feliz en tu trabajo?

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