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Cómo ser un workaholic sin estresarse

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workLos workaholic son esas personas adictas al trabajo. Tienen muchas dificultades para separar su vida personal de la laboral. Este tipo de personas siempre han existido, pero reconozco que sobre todo con la aparición de las nuevas tecnologías, es mucho más difícil desconectar: te llegan los e-mails a tu móvil en tiempo real, te envían whatsapp… y es que muchas veces, aunque no quieras, entras dentro de esta dinámica.

Los workaholic tienen unos rasgos de personalidad que más o menos los definen. Los más comunes son estos:

  • Generalmente son personas muy ambiciosas.
  • Una lucha desmedida por ser los mejores.
  • Personalidad impaciente.
  • Son personas que desean resultados inmediatos.
  • Se alimentan del reconocimiento social.
  • Son muy perfeccionistas.
  • Desean ser aceptados por sus jefes.

Los fines de semana empiezan a ser más cortos, dejas de hacer cosas que antes hacías en tu tiempo de ocio…en definitiva, te conviertes en uno de ellos y realmente esto puede ser muy perjudicial tanto como para tu vida social, tu familia o tu propia salud.

 nos ofrece unos consejos para manejar esta situación:

Identifica en qué momentos puedes desconectar

En todos los negocios y trabajos hay determinadas épocas en las que el trabajo es más intenso y no podemos desconectar, pero hay otras en las que sí podemos. Es imprescindible identificarlas para poder desconectar y dedicarnos más a nosotros mismos en esas épocas en las que no hay tanto trabajo. No busques excusas.

Aprende a renunciar en ciertos momentos

Cuando estás al límite de tus posibilidades, tienes que aceptar que no puedes más. Las cosas no siempre salen en el momento que tú esperas, así que si te sientes colapsado, vete a correr, al gimnasio o a cenar con unos amigos. Tienes que hacer tu trabajo pero no exactamente en el momento que te lo impones. Mejor estar tranquilo, relajado y centrado.

Otros puntos de vista

Cuando te sientes abrumado, intenta tomar cierta perspectiva, ya sea mirando hacia atrás, lo que ya se ha hecho, o preguntando por otros puntos de vista. Normalmente estos cambios de posición ayudan a tranquilizarse ante un momento de alta tensión. Vale la pena perder unos minutos haciendo esto incluso cuando crees que no tienes ni un segundo.

Mezcla negocios con entretenimiento

Cada vez que estés pasando por momentos de gran tensión con tu equipo, llévalos a comer o invítalos una cerveza. Todos necesitáis un descanso y también mejorar la relación entre vosotros. Además, está demostrado mejorar los lazos fuera del trabajo desemboca en una mejor efectividad en la oficina.

No dejes las cosas para el último minuto

Sí, lo decimos a menudo y no siempre lo cumplimos, pero adelántate y date un respiro. Te sorprenderás del efecto que tiene sobre tu nivel de presión tener las cosas hechas con una mínima antelación.

No exijas a los demás que también sean workaholics

Tal vez tu quieres y puedes trabajar a estos niveles, pero no todo el mundo quiere ni puede. Si exiges a tus colegas o subordinados que hagan menos caso a su familia y a sus amigos, terminarán por hacer menos caso a su trabajo. Puedes manejar tu propio estrés pero no el de los demás.

Cuidado con los productos estimulantes y relajantes

Escoge un par de actividades o cosas que te relajen. La cafeína aumenta tu estado de ánimo, el vino puede darte fuerzas, las infusiones ayudarte a dormir, pero no puedes tomar todo esto en grandes cantidades cada día. Aprende a hacer ejercicio, relajarte con el yoga o meditar al aire libre. Tu entorno, tu trabajo y tu cuerpo lo agradecerán.

¿Te consideras un workaholic? ¿Qué haces para manejar la situación?

2 COMENTARIOS

  1. Hay que aprender a desconectar, al menos el fin de semana, por higiene mental, lo bueno sería no llevarnos los problemas del trabajo a casa.
    Se puede, pero hay que esforzarse para hacerlo y vale la pena.
    Seguro que el mundo sigue rodando, sin nuestra dedicación en exclusiva.

  2. Me siento identificado plenamente con el artículo. La verdad es que es cierto todo lo que dice, y es muy difícil evitar caer en esa espiral de trabajo. Soy muy exigente conmigo el primero, y espero de los demás lo mismo que hago yo, lo que me lleva en muchas ocasiones a conflictos.
    Una de las formas en las que logro despejar ese estrés, es en ciertas ocasiones, darme un respiro de una hora en la que no hago absolutamente nada. Normalmente con eso basta.
    Otro problema que no se comenta en el artículo, es el típico jefe que se aprovecha de esa actitud para explotar al trabajador, para lo que aconsejo llegado ese extremo, hacer un giro de 180 grados y pasar de todo. Con eso tu jefe se da cuenta de que si metes presión al que trabaja, lo que consigues en todo lo contrario.

    Un saludo.

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