Precio de la vivienda: un futuro inmediato nada esperanzador

A comienzos del pasado año, cuando se hablaba del precio de la vivienda, y cuando resultaba un hecho consumado que los precios habían continuado disminuyendo durante el  año 2012, se lanzaba un mensaje supuestamente tranquilizador, que hablaban una evolución en la cual los precios irían sensiblemente disminuyendo su caída, hasta, allá por el año 2015 equilibrarse, y comenzar a presentar recuperación en el entorno del año 2016 o 2017.

Ahora, ya en 2014, no podemos hacer más que constatar la realidad, una realidad tozuda que se empeña en mostrarnos un panorama bastante diferente de lo que se supondría un  supuesto periodo de transición.

De hecho, si atendemos a los análisis (probablemente más realistas) sobre el particular que se están realizando en el extranjero, podemos llegar a encontrar afirmaciones que indican que la corrección total sobre el precio de la vivienda en los próximos años llegar a alcanzar el 50% desde máximos, lo que de hecho vendría a suponer un nivel de precios equivalente a al menos 11 o 12 años atrás.

Parece difícil pues en esta previsión en la que todavía se marcan márgenes de retroceso de los precios de la vivienda cercanos al 30% por los próximos años, podamos pensar en un techo tan inmediato como 2017 en el que, supuestamente, los precios ya comienzan a aumentar.

Al contrario, las previsiones más optimistas dentro de los cálculos más realistas, marcan como mínimo una diferencia de hasta cuatro años en ese proceso, una diferencia que, para entendernos, colocaría el año 2017 o el año 2018 como el del inicio de la estabilización de los precios, ni siquiera como el de aumento, por lo que éste se vería incluso más cercano al año 2020.

En la base de todo esto por supuesto se encuentra el brutal desequilibrio entre la oferta y  la demanda actual, pero también, cuestiones que no siempre son tenidas en cuenta cuando hay que tratar de ser optimista por encima de todo, cuestiones como el poder adquisitivo de los salarios en los próximos años, y el necesario ajuste de equilibrio entre estos y los precios de la vivienda, o, resultados reales, de previsiones no cumplidas; aquí podemos recordar por ejemplo que a fecha de hoy, transcurridos casi siete meses, las ventas de vivienda de la SAREB para este año ni siquiera cumplen el 25% con más de medio año ya transcurrido.

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