Decálogo pisos.com para encontrar una vivienda

1.   Evaluar la situación personal

El punto partida antes de comenzar la búsqueda de una vivienda es analizar la situación personal en la que nos encontramos. ¿Estamos solteros y sin compromiso? ¿Tenemos una familia con varios miembros? Algo tan sencillo como esto condiciona de un modo decisivo tanto la localización del inmueble como la superficie y el número de habitaciones de la misma.

2.   Calcular el presupuesto disponible

¿Cuáles son nuestros ingresos? ¿A cuánto ascienden nuestros gastos fijos mensuales? ¿Podemos determinar nuestros gastos variables? Lo aconsejable es no destinar más del 30% del sueldo a pagar la renta de alquiler o la cuota de la hipoteca. El ahorro previo es fundamental, tanto si se quiere ser propietario (entrada+notaría+gestoría) como inquilino (agencia+fianza).

3.   Elegir dónde queremos vivir

La situación de nuestro futuro lugar de residencia influye en el precio. Las claves de un buen piso nos las dan los servicios. Desde las redes de transporte público e infraestructuras hasta los centros comerciales y las dotaciones sanitarias y educacionales. Se recomienda dar una vuelta por el barrio un día entre semana en hora punta para valorar el tráfico y la aglomeración, así como un fin de semana por la noche para ver si hay mucho ruido.

4.   ¿Comprar o alquilar?

La eterna pregunta para la que no existe una única respuesta. Si los planos personal, económico y laboral acompañan, entran en juego otros factores como la zona donde se quiere vivir y el ahorro previo. La regla general es que si la renta de alquiler es más barata que la cuota hipotecaria se recomienda alquilar, si bien no siempre resulta más asequible esta opción. Todo depende del precio de venta. Actualmente, dado el alto precio de la financiación, se puede pagar un alquiler que iguale a una cuota hipotecaria, ahorrando los intereses de la misma en un depósito, saliendo incluso ganando. Así pues, el verdadero condicionante en estos momentos es la situación económica del comprador o inquilino.

5.   Buscar, seleccionar y visitar

Tiempo, paciencia y perseverancia son tres pautas esenciales de una búsqueda con resultados idóneos. Portales inmobiliarios como pisos.com lo ponen muy fácil, ya que ponen al servicio del comprador/inquilino una oferta muy amplia. Para comenzar a buscar, el usuario aplica una serie de filtros en función de sus necesidades, además de activar alarmas y guardar en favoritos los inmuebles que más le convencen. Después, se van seleccionando y descartando en sucesivas visitas los pisos que más convienen. Por último, se cierran las visitas y se abre la puerta de la negociación.

6.   Calcular el precio de la vivienda

Una cosa es el precio que marca la oferta y otra es el precio por el que se cierra la operación, Durante el proceso, comprador y vendedor acercan posturas. Conocer el precio medio del metro cuadrado resultará de gran utilidad. Este parámetro ya no se circunscribe únicamente al entorno nacional, autonómico, provincial o de capital de provincia, sino que existen herramientas que lanzan cifras por municipio, distrito y código postal. La recopilación previa de información sobre precios ayuda a moldear una actitud tranquila y firme cuando llega el momento de negociar.

7.   Negociar el precio

No hay que tener miedo a negociar, ya que se trata de algo habitual, más aún en estos momentos en los que un buen ajuste marca la diferencia entre hacer o no efectiva la compra. A la hora de visitar la vivienda, se debe tomar buena nota de todos los posibles defectos que tenga para solicitar una rebaja en el precio: si necesita reformas, si tiene mala orientación, si el edificio está mal conservado, si hay exceso de ruido, etc. Es muy importante, no mostrar un ‘enamoramiento’ de la casa a primera vista. Es mejor mostrarse tranquilo e indicar en todo momento que se están valorando varias posibilidades. La decisión no tiene que ser inmediata.

8.   Entender las condiciones del contrato 

Antes de firmar cualquier documento contractual, sea de compra o de alquiler, éste debe ser leído a conciencia. Es esencial leer todas y cada una de las cláusulas que figuran en el mismo y pedir que nos expliquen con detalle todo aquello que no comprendamos. Cualquier expresión que no tengamos clara debe ser expuesta de forma sencilla por la parte contraria. Si algo no nos queda lo suficientemente claro, en el mercado inmobiliario existen gran multitud de profesionales a los que recurrir. Recibir asesoramiento es una de las mejores alternativas.

9.   Conocer los trámites

Hay que evitar sorpresas. Por ejemplo, si vamos a ser propietarios, habrá que verificar en el Registro de la Propiedad que la vivienda está libre de cargas, que no está sujeta a ningún régimen de protección, que no nos la venden con inquilinos, etc. Asimismo, si vamos a ser inquilinos, hay que asegurarse de cuántos meses de fianza nos van a pedir, si el contrato se renueva cada año automáticamente, cuándo y sobre qué porcentaje se actualiza la renta, etc.

10.Conocer la fiscalidad

Los impuestos que gravan la compra de una vivienda suponen un gasto extra. El IVA, el ITP, el IBI, la tasa de recogida de residuos… Éste es uno de los defectos frente al alquiler. Sin embargo, la deducción es más favorecedora para el comprador que para el inquilino. Durante toda la vida de la hipoteca y sin límite de base imponible, un contribuyente percibirá el 15% de las cantidades aportadas a la adquisición de su vivienda hasta un límite anual de 9.040. Sin embargo, los inquilinos podrán deducirse el 10,05% del importe anual de las mensualidades, siempre que su renta sea inferior a 24.107 euros.

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