Comprar una vivienda de segunda mano: primeros pasos

Evidentemente la compra de una vivienda de segunda mano sigue también por la senda de la disminución de la demanda y el aumento de la oferta que se puede aplicar sin ninguna duda a la compra de vivienda nueva, sin embargo, es cierto, que del mismo modo que de los grandes parques de viviendas en manos de las entidades financieras surgen oportunidades para vivienda nueva y de segunda mano, el propio mercado de la vivienda usada se encuentra en permanente ebullición, teniendo en cuenta que son muchos los que desean vender para pocos que desean comprar.

Aún así, y aunque parezca que la situación favorece al comprador, éste deberá observar una serie de cuestiones previas a la adquisición de una vivienda de segunda mano, así como seguir una serie de reglas elementales durante el proceso de adquisición, algo que repasaremos en una pequeña serie de artículos centrada en este tema.

En primer lugar y aunque parezca obvio tenemos que recordar que la compra de una vivienda, da igual nueva o de segunda mano, es un proceso que conlleva aparejado por norma general el acceso a un producto financiero, el préstamo hipotecario, que va acompañarnos durante un buen número de años por lo que la importancia de esta compra no puede ser comparativa a la de otro tipo de bienes o servicios, y es por ello que debemos prestarle la atención que merece.

Por tanto toda la información que obtengamos y toda la atención que prestemos a elementos que vayan más allá del precio de la vivienda, algo a lo que lógicamente prestamos una atención inicial principal, resultarán positivos; elementos como las cargas que puede tener la vivienda, su estado estructural, elementos a reformar, en definitiva todo aquello que pueda considerarse no positivo en la adquisición del inmueble pero que una vez firmado el contrato difícilmente podemos reclamar.

Debemos tener en cuenta que la gran mayoría de las operaciones entre particulares para la compraventa de viviendas se desarrollan con un alto grado de normalidad, sin embargo, en un mercado tan revuelto como el actual, la picaresca existe y no es obligación de nadie más que del posible comprador mantenerse lo más a salvo posible de este tipo de malas prácticas en la venta de inmuebles.

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