Negociar (o renegociar) un alquiler

Cuando hablamos de alquiler de vivienda, un segmento al que sin duda hay que confiar a medio plazo buena parte de los impulsos de recuperación del sector, solemos centrarnos por un lado mayoritariamente desde la perspectiva del propietario, y las opciones, garantías y derechos que posee a la hora de alquilar, o también desde la perspectiva institucional y los impulsos y apoyos al alquiler, pero, tal vez en menor medida, nos dedicamos a valorar la postura de posiciones de los usuarios de viviendas en alquiler.

Esto, traducido al propio mercado, puede significar un error de bulto. Hoy en día así como en el mercado de compraventa de viviendas la sartén por el mango la tiene sin ninguna duda el comprador, en el mercado del alquiler la situación poco a poco también está cobrando este carácter, y en este sentido la negociación o renegociación de los alquileres se está convirtiendo en un fenómeno muy común (y probablemente muy saludable para la agilización de este mercado)

Las herramientas a la hora de negociar por renegociar un alquiler por parte del inquilino son ciertamente evidentes; la gran mayoría de los propietarios ponen sus viviendas en alquiler por una necesidad (mayor o menor) de ingresos complementarios, este hecho unido a un mercado de viviendas inmovilizadas enorme, genera ya de entrada una posición negociadora favorable al inquilino.

El seguimiento de la evolución de los precios de las viviendas en alquiler es una actividad muy recomendable para quienes eligen esta modalidad de alojamiento. Les va a dar una perspectiva muy clara sobre las viviendas que llevan más tiempo inmovilizadas, o aquellas que han modificado sus precios en mayor medida.

Otro punto fuerte como herramienta la hora de negociar un alquiler, es sin ninguna duda las garantías de estabilidad que al propietario le puede proporcionar el inquilino, hoy en día resulta mucho más confiable y práctico por un propietario un inquilino a medio y largo plazo con garantías aunque a un precio menor, que la inestabilidad de la búsqueda de inquilinos y menos estables a corto plazo, por tanto, efectivamente, una intención de alquiler a medio y largo plazo combinada con una estabilidad que garantiza el pago de las mensualidades, es otra herramienta fundamental a la hora de negociar el precio del alquiler.

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