Esta semana me ha sorprendido la cantidad de noticias que han salido alabando las bonanzas de las hipotecas inversas, las he visto en prácticamente todos los medios y casi todas tenían algo en común, eran artículos patrocinados por el Banco de Santander.
No tengo nada en contra de eso, de hecho nosotros también hablaríamos bien de las hipoteca del Santander si nos pagasen bien por ello pero como no lo hacen, nos tocará decir la verdad.
Y la verdad es que se trata de un producto complejo que se vende a personas que muchas veces están en una situación económica delicada, son gente mayor muy influenciable y que se agarran a cualquier esperanza para resolver su futuro y es aquí donde radica el peligro ya que los escrúpulos de muchos trabajadores de los bancos (como hemos visto demasiadas veces) hace que firmen un producto financiero que roza el abuso.
¿Qué es una hipoteca variable?
Se trata de un préstamo ligado a un piso. Permite obtener una renta extra (generalmente un importe más una mensualidad) a cambio de que cuando fallezcan, la entidad bancaria puede quedarse con la vivienda, en caso de que haya herederos, estos pueden pagar una deuda pactada y quedase con la vivienda.
Suena bien ¿verdad? El problema es que en el fondo se está tratando de un préstamo con unos intereses y unas comisiones muy por encima de lo deseable. Se incluyen seguros abusivos y carísimos para cubrir los casos de impago, o de pérdida de valor del inmueble y en algunos casos si la vivienda no cubre toda la deuda del banco, la entidad puede embargar más propiedades de la herencia. Además la renta a cobrar no se actualiza por lo que el capital irá perdiendo valor por el efecto de la inflación, ocurre al revés que una hipoteca normal en donde la inflación beneficia pero aquí perjudica.
Así que mucho ojo con las maravillas que leas sobre hipotecas inversas, la mayoría es contenido “branded” (promocionado) de bancos que están comenzando a comercializarlo.