Cuentan que un empleado recibió una entrada gratis para un gran partido de fútbol. Pero cuando llega al estadio comprueba que su entrada está en la última fila de una esquina, muy lejos del campo.
Pasados quince minutos ve un asiento libre donde se podía ver todo el campo desde una posición privilegiada, justo al lado de un señor.
“Disculpe, ¿hay alguien sentado aquí?”
El señor le responde que no, Nuestro afortunado empleado le da las gracias y le comenta: “Es realmente sorprendente que alguien deje un sitio así en semejante partido”.
Y el señor le contesta: “Los dos abonos son míos, y tenía que haber venido con mi mujer, pero se ha muerto. Es el primer partido de fútbol al que no venimos juntos desde que nos casamos en 1965.”
“Vaya, lo lamento, es ciertamente triste. De todos modos ¿no podía usted haber venido con algún familiar o algún amigo para acompañarle? …”
“No, contestó el buen señor, están todos en el funeral”.
Mark de zabaleta