En su habitual línea de avisar de los grandes peligros a los que se someten las familias españolas en su locura hipotecaria, el Banco de España ha vuelto a lanzar otro aviso.
El supervisor tiene claro que cuanto más se amplía el plazo, más tiempo está una familia expuesta a los movimientos de tipos y, sobre todo, más crece la factura de intereses que tiene que pagar al banco.
En concreto, el titular de un préstamo medio -133.181 euros, a 25,5 años y con un tipo de interés del 3,2 por ciento- que quiera mantener la cuota tras una subida de dos puntos en los tipos de interés está obligado a ampliar su crédito durante 20 años más y, por tanto, a permanecer hipotecado durante 45 años.
Lo malo no es que esté endeudado más tiempo, sino que aumentan en más de 151.000 euros los intereses que ha de pagar, con lo que en total tendrá que devolver a la entidad 345.000 euros por el crédito, bastante más del doble del capital que pidió prestado y casi un 37 por ciento más de lo que habría abonado si no hubiera alargado el crédito.
El Banco de España expresa su alerta a las cada vez más habituales ampliaciones de hipotecas en su último Informe de Estabilidad Financiera, en el que explica que para compensar una subida de un punto en los tipos de interés es necesario ampliar la hipoteca en seis años, en tanto que para salvar un alza de dos puntos hay que alargarla otros catorce años más, es decir, un total de veinte años.
A partir de ahí, suban lo que suban los tipos, ya no hay posibilidades de seguir ampliando los plazos para compensarlo, porque el coste de intereses crece tanto que ya no se logra rebajar la cuota por mucho que el préstamo se alargue a 1.000 años.
El organismo regulador también realiza advertencias en su Portal del Cliente Bancario sobre las hipotecas que ofrecen varios años de carencia, es decir, aquellas que en los primeros años sólo cobran intereses y que, por tanto, permiten pagar al principio cuotas más asequibles.
"Hay que tener muy en cuenta el salto que se produce en la cuota el año en que se acaba el periodo de carencia, y no olvidar que esos cálculos están hechos bajo la premisa -hoy día cuestionable- de que los tipos de interés no van a subir durante todo ese tiempo", alerta el organismo.
En concreto, en un préstamo de 133.000 euros con cinco años de carencia y un tipo del 4 por ciento, el titular pasaría de pagar 433 euros al mes el primer quinquenio a abonar 621 euros al mes durante los 30 años siguientes (siempre que no suban los tipos).
De esa manera, al final de la hipoteca habrá pagado 8.000 euros más de lo que hubiera abonado si no hubiera disfrutado del periodo de carencia durante los primeros años del préstamo, los más difíciles habitualmente para un comprador medio de vivienda.
Ante estas diferentes posibilidades que ofrecen actualmente las entidades financieras -muchas ya cuentan con créditos de hasta 50 años- y la previsible subida de tipos de interés, el Banco de España recomienda a los usuarios que antes de contratar una hipoteca valoren no sólo lo que habrán de pagar los primeros años, sino también los ejercicios siguientes y su capacidad para hacerle frente.