RafaYen
Active Member
Viernes .... (Parte 4).
4 – Divisas y mercados de cambio.
Vistas las limitaciones que encontramos al usar determinadas herramientas para intentar predecir la evolución de los mercados de divisas a laaaaargo plazo (que es lo que a nosotros nos interesa), pues parece razonable enfocar el problema desde otros puntos de vista. Fundamentalmente desde puntos de vista fundamentales y con “ciertos” fundamentos.
Cuando escuchamos –o leemos- la palabra “divisa” automáticamente pensamos que estamos refiriéndonos a moneada extranjera. En efecto, la mayoría de personas piensan que se trata de sinónimos. Aunque siendo purista debo deciros que no es así. Ni todas las monedas extranjeras son divisas, ni todas las divisas son monedas extranjeras.
Pero como este no es el tema que nos interesa, lo dejaremos aquí. Otro día, si queréis, hablamos de la moneda, de las divisas y de todos esos temas. Sólo saber que las principales monedas mundiales (USD, JPY, EUR, GBP, AUD, etc) si que son divisas.
Cada uno en su casita usa su moneda en sus relaciones comerciales y todos felices. Me compro un helado y me cuesta 1.50 Euros dado que estoy en Eurolandia –1.50 Euros el pequeño, ¡ehhhh! El pequeño Que el grande de 2 bolas vale 2.75 Eur.-.
El problema es cuando me quiero ir de vacaciones a aquel país cuyo icono más conocido es una estatua gigante de cobre que representa a una señora con un brazo alzado sosteniendo una antorcha.
O cuando quiero comprar una “tele plana” a un japonés. Dado que no va a querer mis Euros –básicamente por no tener donde poder gastarlos en su país- podría intentar cambiársela por un par de jamones 5J –por cierto, que me regalaron uno hace poco- pero esto tampoco va a ser una buena idea.
En definitiva. Que necesito cambiar mi moneda por la de otros países. Es lo que tiene el comercio internacional. ¿Y quién me la cambiará? ¿Y por cuanto? ¿Cuántos USD vale 1 EUR? ¿O cuántos JPY?
Y ahora ya es cuando la cosa se comienza a complicar, porque aparecen los mercados de divisas, el Sistema Monetario Internacional, los Bancos centrales de cada país, el FMI y toda una serie de instituciones, normas, acuerdos y demás de una complejidad extraordinaria. Y en la cual tampoco vamos a entrar porque tampoco nos interesa.
Vale. Ya tenemos “un sitio” donde nos cambian nuestra moneda por otra. La siguiente pregunta, ¿Por cuánto? ¿Cómo se determinan los tipos de cambio?
El mercado de divisas, igual que el resto de mercados, obedece siempre a la primera ley de la economía: la ley de la oferta y la demanda. Otro asunto es la determinación del tipo de cambio entre diferentes divisas.
En la actualidad el tipo de cambio de las principales divisas mundiales se encuentran en régimen de flotación relativa entre ellas.
Esto no siempre ha sido así. Ni es así para todas las divisas. Pero si para las que nos interesan.
Esta “flotación” como ya hemos indicado obedece la ley de la oferta y la demanda y es relativamente fácil de comprender. Vamos a intentar realizar un experimento mental para intentar comprender el funcionamiento funcional de la función de formación del tipo de cambio.
Para simplificar el modelo vamos a considerar únicamente 4 monedas. USD, JPY, EUR, GBP.
Visualizar un termómetro de Galileo nos puede ayudar.
Y ahora vamos a imaginar que cada divisa es una bola de cristal llena de arena de playa y sumergida en agua.
Todas las bolas tienen el mismo volumen, por lo tanto lo más o menos sumergida que esté cada bola depende únicamente de la cantidad de arena que contenga cada una.
El tipo cambio entre dos divisas los asemejamos a la distancia que haya entre ellas. Vamos a definir, por convenio, que la profundidad a la que se encuentre cada bola es directamente proporcional al valor de la misma. Es decir. A mas hundida menos valor.
Vale. Ya lo tenemos. Y ahora, ¿cómo funciona este sistema?
Pues como en el mundo real. Las operaciones de mercado siempre se realizan sobre un par de divisas. Vendo una para comprar otra.
En nuestro “juguete” haremos lo mismo. Supongamos una operación “real” de divisas. Vendo “n” JPY para comprar “m” USD. Por la ley de la oferta y la demanda el JPY se devalúa y el USD se aprecia.
En nuestro sistema igual. Compro USD=cojo arena de la bola que representa al USD. Esta bola perderá densidad –pesará menos- y por lo tanto flotará más. Esa cantidad de arena que he cogido la tengo que poner algún sitio. Los USD los he comprado con JPY. Por lo tanto esa arena la pongo en la bola que representa al JPY. Ahora esta bola “pesa” más y se hunde.
Pero, … ¡atención! Ahora viene lo importante. Esos movimientos que han realizado estas bolas no sólo han sido movimientos relativos entre ellas. Respecto al resto de bolas también han variado sus posiciones. Y por lo tanto sus valores.
En este hipotético caso que hemos planteado, el USD se ha apreciado no solo frente al JPY, sino frente a todo el resto de divisas que se encuentran en flotación. Y por la misma regla, el JPY se ha depreciado frente a todas. Si bien es también cierto que la máxima apreciación/ depreciación se produce siempre entre el par de divisas que intervienen en la operación.
Ya tenemos una idea simple y esquemática -y no del todo exacta- de qué es y como funciona la flotación entre divisas. Pero la daremos por válida de momento.
Hemos de decir también que por razones de reglamentación del SMI no todas las divisas son directamente convertibles entre sí. En el caso del EUR/JPY el tipo de cambio se calcula pasando por el USD. Es decir. Yo no puedo comprar JPY y pagar con EUR. Antes tengo que comprar USD con mis EUR. Y luego ya puedo pagar los JPY con los USD.
Otro día entraremos a analizar las repercusiones que puedan tener –o no- sobre el EUR/JPY los movimientos del USD/JPY.
Lo digo porque como en las operaciones entre USD/JPY se aprecian una y se devalúa la otra, y como en el cálculo del EUR/JPY intervienen las dos, pues la apreciación de una tiende a anular la devaluación de la otra. Y a nuestros efectos nos quedamos más o menos igual. ¿Cuántas veces lo hemos visto esto durante los últimos meses?
Esta es la razón por la que cuando miro las gráficas, siempre miro la del EUR/JPY. Y no me gusta meterme en terrenos pantanosos de USD/JPY y EUR/USD.
En cualquier caso, otro día podemos analizar si estos movimientos recíprocos entre USD y JPY tienden a anularse entre si o por el contrario queda algún residuo que realmente si que afecta a la cotización del EUR/JPY. Ahora tampoco nos importa demasiado.
4 – Divisas y mercados de cambio.
Vistas las limitaciones que encontramos al usar determinadas herramientas para intentar predecir la evolución de los mercados de divisas a laaaaargo plazo (que es lo que a nosotros nos interesa), pues parece razonable enfocar el problema desde otros puntos de vista. Fundamentalmente desde puntos de vista fundamentales y con “ciertos” fundamentos.
Cuando escuchamos –o leemos- la palabra “divisa” automáticamente pensamos que estamos refiriéndonos a moneada extranjera. En efecto, la mayoría de personas piensan que se trata de sinónimos. Aunque siendo purista debo deciros que no es así. Ni todas las monedas extranjeras son divisas, ni todas las divisas son monedas extranjeras.
Pero como este no es el tema que nos interesa, lo dejaremos aquí. Otro día, si queréis, hablamos de la moneda, de las divisas y de todos esos temas. Sólo saber que las principales monedas mundiales (USD, JPY, EUR, GBP, AUD, etc) si que son divisas.
Cada uno en su casita usa su moneda en sus relaciones comerciales y todos felices. Me compro un helado y me cuesta 1.50 Euros dado que estoy en Eurolandia –1.50 Euros el pequeño, ¡ehhhh! El pequeño Que el grande de 2 bolas vale 2.75 Eur.-.
El problema es cuando me quiero ir de vacaciones a aquel país cuyo icono más conocido es una estatua gigante de cobre que representa a una señora con un brazo alzado sosteniendo una antorcha.
O cuando quiero comprar una “tele plana” a un japonés. Dado que no va a querer mis Euros –básicamente por no tener donde poder gastarlos en su país- podría intentar cambiársela por un par de jamones 5J –por cierto, que me regalaron uno hace poco- pero esto tampoco va a ser una buena idea.
En definitiva. Que necesito cambiar mi moneda por la de otros países. Es lo que tiene el comercio internacional. ¿Y quién me la cambiará? ¿Y por cuanto? ¿Cuántos USD vale 1 EUR? ¿O cuántos JPY?
Y ahora ya es cuando la cosa se comienza a complicar, porque aparecen los mercados de divisas, el Sistema Monetario Internacional, los Bancos centrales de cada país, el FMI y toda una serie de instituciones, normas, acuerdos y demás de una complejidad extraordinaria. Y en la cual tampoco vamos a entrar porque tampoco nos interesa.
Vale. Ya tenemos “un sitio” donde nos cambian nuestra moneda por otra. La siguiente pregunta, ¿Por cuánto? ¿Cómo se determinan los tipos de cambio?
El mercado de divisas, igual que el resto de mercados, obedece siempre a la primera ley de la economía: la ley de la oferta y la demanda. Otro asunto es la determinación del tipo de cambio entre diferentes divisas.
En la actualidad el tipo de cambio de las principales divisas mundiales se encuentran en régimen de flotación relativa entre ellas.
Esto no siempre ha sido así. Ni es así para todas las divisas. Pero si para las que nos interesan.
Esta “flotación” como ya hemos indicado obedece la ley de la oferta y la demanda y es relativamente fácil de comprender. Vamos a intentar realizar un experimento mental para intentar comprender el funcionamiento funcional de la función de formación del tipo de cambio.
Para simplificar el modelo vamos a considerar únicamente 4 monedas. USD, JPY, EUR, GBP.
Visualizar un termómetro de Galileo nos puede ayudar.
Y ahora vamos a imaginar que cada divisa es una bola de cristal llena de arena de playa y sumergida en agua.
Todas las bolas tienen el mismo volumen, por lo tanto lo más o menos sumergida que esté cada bola depende únicamente de la cantidad de arena que contenga cada una.
El tipo cambio entre dos divisas los asemejamos a la distancia que haya entre ellas. Vamos a definir, por convenio, que la profundidad a la que se encuentre cada bola es directamente proporcional al valor de la misma. Es decir. A mas hundida menos valor.
Vale. Ya lo tenemos. Y ahora, ¿cómo funciona este sistema?
Pues como en el mundo real. Las operaciones de mercado siempre se realizan sobre un par de divisas. Vendo una para comprar otra.
En nuestro “juguete” haremos lo mismo. Supongamos una operación “real” de divisas. Vendo “n” JPY para comprar “m” USD. Por la ley de la oferta y la demanda el JPY se devalúa y el USD se aprecia.
En nuestro sistema igual. Compro USD=cojo arena de la bola que representa al USD. Esta bola perderá densidad –pesará menos- y por lo tanto flotará más. Esa cantidad de arena que he cogido la tengo que poner algún sitio. Los USD los he comprado con JPY. Por lo tanto esa arena la pongo en la bola que representa al JPY. Ahora esta bola “pesa” más y se hunde.
Pero, … ¡atención! Ahora viene lo importante. Esos movimientos que han realizado estas bolas no sólo han sido movimientos relativos entre ellas. Respecto al resto de bolas también han variado sus posiciones. Y por lo tanto sus valores.
En este hipotético caso que hemos planteado, el USD se ha apreciado no solo frente al JPY, sino frente a todo el resto de divisas que se encuentran en flotación. Y por la misma regla, el JPY se ha depreciado frente a todas. Si bien es también cierto que la máxima apreciación/ depreciación se produce siempre entre el par de divisas que intervienen en la operación.
Ya tenemos una idea simple y esquemática -y no del todo exacta- de qué es y como funciona la flotación entre divisas. Pero la daremos por válida de momento.
Hemos de decir también que por razones de reglamentación del SMI no todas las divisas son directamente convertibles entre sí. En el caso del EUR/JPY el tipo de cambio se calcula pasando por el USD. Es decir. Yo no puedo comprar JPY y pagar con EUR. Antes tengo que comprar USD con mis EUR. Y luego ya puedo pagar los JPY con los USD.
Otro día entraremos a analizar las repercusiones que puedan tener –o no- sobre el EUR/JPY los movimientos del USD/JPY.
Lo digo porque como en las operaciones entre USD/JPY se aprecian una y se devalúa la otra, y como en el cálculo del EUR/JPY intervienen las dos, pues la apreciación de una tiende a anular la devaluación de la otra. Y a nuestros efectos nos quedamos más o menos igual. ¿Cuántas veces lo hemos visto esto durante los últimos meses?
Esta es la razón por la que cuando miro las gráficas, siempre miro la del EUR/JPY. Y no me gusta meterme en terrenos pantanosos de USD/JPY y EUR/USD.
En cualquier caso, otro día podemos analizar si estos movimientos recíprocos entre USD y JPY tienden a anularse entre si o por el contrario queda algún residuo que realmente si que afecta a la cotización del EUR/JPY. Ahora tampoco nos importa demasiado.