Los cinco riesgos políticos que amenazan a Europa, según Goldman Sachs
la resolución de los mismos, en una u otra dirección, podría golpear la solidez de la recuperación europea.
Viernes, 8 de Enero de 2016 - 11:45 h.
En Grecia, el Gobierno Tsipras necesita aprobar la reforma de las pensiones para que sus acreedores consideren las reformas compatibles con el nuevo programa de ajuste, y desembolsen más ayudas financieras que puedan aliviar la carga de la deuda. Sin embargo, la ya frágil mayoría de Tsipras le complicará mucho la aprobación de una reforma que al resto de Europa le gustaría ver. Aunque no todo es pesimismo en Grecia (por ejemplo, la recapitalización del sector bancario se ha producido con cierto éxito), la falta de consenso con las reformas podrían golpear el frágil equilibrio político, tanto en Grecia como entre Grecia y sus acreedores. A todo ello se une el gran número de refugiados de Oriente que entran en la UE a través de Grecia.
En España, el estancamiento político que surgió de las recientes elecciones generales continuará en 2016, con el añadido de si se debe permitirse un referéndum sobre la independencia catalana, un escollo importante en la formación de una nueva coalición de gobierno. La situación se complica aún más por las dificultades que existen para la formación de un nuevo gobierno catalán tras las elecciones regionales de septiembre. Unas segundas elecciones a nivel nacional durante este año son posibles si la alianza de "partidos afines", según ha denominado Mariano Rajoy, no se materializa. La incertidumbre política implícita pesará sobre las empresas y la confianza de los consumidores, y en última instancia en las perspectivas económicas.
En Francia, la reciente primera vuelta de las elecciones regionales vio al ultraderechista Frente Nacional (FN) ganar 28% de los votos a nivel nacional, lo que refleja la creciente inquietud ciudadana con el tema de la inmigración. Mientras que el FN no pudo ganar el poder en todas las regiones en segunda ronda, su fuerza y apoyos, antes de las presidenciales de mayo de 2017, socava la autoridad de los partidos mayoritarios.
En Alemania, la política de la canciller Merkel de apertura a los refugiados está cosechando críticas crecientes tanto desde dentro de su propio partido como de la opinión pública en general. Es la primera vez, desde el inicio de la crisis del euro, que su valoración ha caído. Y aunque no hay alternativa obvia a su liderazgo en la actualidad, la pérdida de apoyos a su autoridad amenaza con debilitar el poder de Merkel en sus relaciones con otros gobiernos de la UE. En algún momento, su aquiescencia a la poco convencional política del BCE (medidas introducidas por Draghi) en la que la integridad de la zona euro se apoya, al menos hasta cierto punto, puede ser impugnada.
2016 es también probable que Reino Unido celebre un referéndum sobre la cuestión de si se debe permanecer en la Unión Europea. (Tal referéndum debe celebrarse a fines de 2017). El voto será precedido por una renegociación de los términos de la adhesión del Reino Unido entre el primer ministro Cameron y otros jefes de Estado europeos. Y mientras llega esa votación, es probable que se produzca un viaje lleno de baches, sobre todo si el tema de la inmigración de refugiados al Reino Unido resurge de un modo similar al verano de 2015. Y aunque Reino Unido se encuentra fuera de la zona Euro, las secuelas políticas de cualquier decisión británica para salir de la UE para el resto de Europa serían sustanciales.
En resumen, el caos político podría perturbar la calma financiera relativa en la zona euro, así como la solidez de la recuperación económica europea.