Los hedge funds emigran al Este

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Manuel Lionza.–

Ya nada será igual para los hedge funds en la Unión Europea. La crisis financiera ha dado el golpe de gracia a unos fondos que estaban en el punto de mira de Francia y Alemania desde mucho antes de la debacle financiera. Los ministros de Finanzas de la UE, con la excepción del Reino Unido, sede del 80% de los hedge funds que operan en el continente europeo, se han puesto de acuerdo en limitar el modus operandi de unos vehículos de inversión cuya reputación es tan dudosa como opaca su gestión. A partir de ahora, el sector tendrá que emigrar a otros espacios con legislaciones menos exigentes si quiere sobrevivir. Los paraísos fiscales y algunas plazas asiáticas son en principio los destinos en los que podrán refugiarse huyendo de la "estúpida regulación" que prepara Europa, según palabras de un gestor. El despegue de China como potencia económica y motor de crecimiento mundial, y la creciente importancia de las divisas asiáticas en el mercado forex son algunos de los atractivos que seducen a un sector que gestiona 1,5 billones de dólares en activos y que podrían incrementarse hasta los 2,3 billones para finales de 2012.

En la segunda mitad de 2009 los inversores pusieron unos 15.000 millones de dólares en hedge funds, pero esta suma podría ser muy superior este año, sobre todo si las rentabilidades siguen al alza. Solo en febrero el capital captado por el sector totalizaba unos 17.000 millones.

Otra razón para la huída hacia el Este es la fiscalidad. El tipo marginal para las rentas más altas en las dos principales plazas financieras asiáticas es de un atractivo demoledor: en Hong Kong es del 17 por ciento y en Singapur del 20 por ciento. El Reino Unido, por ejemplo, está estudiando subirlo al 50 por ciento desde el actual 40 por ciento. Pero, además, los costes de establecimiento son más bajos que en Londres, principal sede europea del sector, y las firmas más pequeñas pueden operar con un patrimonio más pequeño que los 50 ó 100 millones de dólares que exige la legislación británica.

Los fondos de alto riesgo, según aseguran desde el sector, están viviendo un período de destrucción creativa en el nuevo entorno, en el que escasea el crédito y los gestores amantes de desmesurados niveles de apalancamiento, tan habituales antes de la crisis, han desaparecido o tenido que cambiar de estrategia; pero -- añaden-- sigue siendo el espacio soñado de algunos de los mejores cerebros financieros; donde más dinero pueden ganar si son capaces de sobrevivir. Este ha sido el caso en 2009, año en que el sector obtuvo los mayores retornos de la última década, después del calvario de 2008, gracias a la contribución de los talentos recién llegados de la banca de inversión o de las mesas de trading de los grandes bancos, cuyos bonus se han reducido drásticamente.

"Los últimos doce meses han sido difíciles para todos, pero los fondos más grandes siguen relativamente fuertes y sus inversores permanecen todavía. En estos momentos lo más importante es recomponer la cartera, asegurar la mejora de la rentabilidad y revisar el funcionamiento para atender las demandas de mayor transparencia de los inversores", señala un gestor.

En el sector se reconoce que los tiempos están cambiando y que los inversores hacen más hincapié en la transparencia y responsabilidad en la gestión que en las comisiones, que han tenido que reducirse desde el estallido de la crisis. Los inversores quieren más información de lo que se cocina dentro, sobre todo a nivel de las gestoras de fondos de fondos y se están empezando a dar casos en que los partícipes prefieren cierta regulación a que no haya ninguna, lo que ha inducido a algunas gestoras a salirse de paraísos fiscales como las Islas Caimán y entrar en Irlanda.
 
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