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Johngo

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El sueño de Felipe: logran hacerle una mano con una impresora 3D

Un estudiante de 18 años y un emprendedor de Palermo la crearon y se la regalaron. “Me cambió la vida”, dijo el chico.



A causa de una enfermedad genética que se llama focomelia, nació sin su mano izquierda. Desde bebé y hasta los tres años recibió estimulación temprana. Con sus limitaciones, comenzó a jugar a la pelota, a andar en bicicleta y en kayak, y también a pescar. Pero siempre pidió una mano, su mano. Hace una semana, por encomienda, una mano ortopédica impresa en 3D llegó a su casa. Y hace una semana que Felipe está fascinado.

El abrazo más esperado: Felipe conoció al estudiante que diseñó su mano mecánica

Los juntó Clarín en la casa del chico de 11 años que nació sin la mano izquierda. Gino había creado la prótesis con una impresora 3D en su laboratorio en Palermo. Ayer lo visitó y le hizo ajustes a la pieza.



Se conocían por fotos y chat. Apenas Felipe Miranda, el chico que nació sin mano izquierda y esta semana recibió una prótesis mecánica, vio a Gino Tubaro, soltó el llanto: se apoyó en la pared y desparramó su felicidad en lágrimas.

Gino (20), estudiante de ingeniería electrónica y uno de los diseñadores de la pieza, le acarició la cabeza y el chico de 11 años se quebró. El encuentro fue ayer a la tarde en Tres Algarrobos, a 460 kilómetros de la Capital, donde vive Felipe. Los juntó Clarín en la cocina de su casa. Ivana, la madre, contó la emoción del día en que Feli recibió la prótesis por encomienda y los primeros momentos de su hijo agarrando el manubrio de la bici con nueva mano.

Gino llegó con una caja. La sacudió, la hizo sonar y la llevó a su oído: lo miró cómplice a Feli . Los dos rieron: eran las piezas de ajuste de la prótesis hecha con impresora 3D. Luego Gino desplegó piezas en blanco, negro, verde y rosa flúo. “Me dijiste que te gustaba la flúo. Te la traje”, le dijo el joven estudiante.

A Feli, la mano que le diseñó Gino junto con el emprendedor Rodrigo Pérez Weiss, le cambió la vida.

¿Cómo se imprime una mano 3D?

Felipe Miranda recibió un implante fabricado con una impresora 3D. Santiago do Rego entrevistó los realizadores de la prótesis que costó solamente $2000.
Felipe Miranda tiene 11 años y nació sin dedos en su mano izquierda. La prótesis que necesitaba costaba 40 mil dólares y había que importarla. Pero su mamá Ivanna se comunicó con Gino Tubaro y Rodrigo Pérez Weiss para pedirles ayuda. Diseñaron juntos un implante para Felipe que solamente costó $2.000 pesos.

Santiago do Rego estuvo en un bar que impulsa la impresión 3D donde se pueden hacer todo tipo de cosas, juguetes, bustos e incluso el reemplazo de huesos. En el caso de Felipe, algo sumamente importante: una prótesis. Mirá la entrevista que Santiago le hizo a Gino y Rodrigo.

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¿Cómo se imprime una mano 3D? en TN Tecno - TN.com.ar
 

Johngo

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La revolución global del smartphone barato



Un iPhone cuesta US$649. Otros fabricantes están hablando sobre un smartphone de US$35, o quizás incluso de US$25. Eso podría explicar el motivo que Apple ha gastado tanto esfuerzo en sus demandas de patentes y por qué está gastando grandes cantidades de dinero —alrededor de 30% más que el año pasado— en desarrollar nuevas funciones. El 2 de mayo, Apple recibió US$119 millones en indemnizaciones después de que un tribunal sentenció que Samsung había infringido las patentes al copiar funciones, diseños y tecnología de Apple. Pero los pagos de indemnización no pondrán alto a lo que viene a la industria: estamos entrando a una era revolucionaria de smartphones baratos.

Se vendieron alrededor de 285 millones de smartphones en el primer trimestre de 2014, según Strategy Analytics, y más de mil millones serán vendidos este año. No se trata de celulares, sino de smartphones. Samsung y Apple son responsables por casi la mitad de estos.

El negocio es asombrosamente rentable. iSuppli desarma teléfonos inteligentes para determinar el costo de sus componentes. La firma de investigación estima que los componentes en un iPhone 5S de 16 gigabytes cuestan US$191, pero su producto se vende a US$649 sin un contrato en EE.UU. Los componentes del iPhone 5C salen en US$166, y se vende en US$549 sin contrato. El Samsung Galaxy S5 contiene US$251 en componentes.

Pero no estamos comprando chips y vidrio. Pagamos por la experiencia de la apariencia, la sensación y el tacto: por el software, el sistema operativo, el interfaz de usuario gráfico y las aplicaciones. Samsung y la mayoría de los otros teléfonos inteligentes que no son de Apple usan Android, que Google GOOGL -0.55% proporciona de forma gratuita, y compensa los costos del desarrollo de Android vendiendo montones de anuncios de búsqueda.

Apple cree que su software, a diferencia de Android, vale más que ser gratis. La empresa presentó la demanda por patentes contra Samsung y HTC para frenar el desarrollo de Android, pero también para intentar mantener el valor de la creación de código de Apple que proporciona todas las funciones mágicas. Pero han pasado siete años desde que el iPhone fue lanzado. La "comoditización", que ocurre cuando los consumidores se percatan de que su producto no es distinto a lo que su competidor vende, se está acercando. En sus inicios, las computadoras personales, se vendían en US$5.000. Google ahora vende una laptop a US$249. La misma presión bajista sobre los precios está por ocurrir con los smartphones.

Como informó el sitio de noticias Business Insider desde el Congreso Mundial de Móviles en Barcelona en febrero, el alboroto se debía a que un fabricante chino mostró un smartphone de US$35 y que Firefox coqueteaba con vender uno a US$25. Mis contactos en China reportan precios similares.

Estamos entrando a una nueva etapa, que se podría llamar la era post iPhone. Barato. Inteligente. Ubicuo. Las ganancias por tanto van a los mejores servicios que emplean a los smartphones. Facebook FB -0.53% está barriendo con sus ventas de anuncios móviles. Twitter, TWTR -1.94% Snapchat e Instagram son todos impulsados por smartphones. Uber y cientos de nuevas aplicaciones no existirían sin teléfonos inteligentes. Tiene lógica que a Apple le interese comprar Beats Audio por US$3.200 millones, según informes. Y todo esto ocurre con 1.000 millones de smartphones. ¿Qué sucederá con 3.000 millones o 4.000 millones?

Primero, los teléfonos inteligentes ultrabaratos tendrán implicaciones extraordinarias en la economía global: los smartphones son una plataforma de productividad para crear riqueza. Los estadounidenses podrían desperdiciar días jugando Piano Tiles o Clash of Clans, pero el mundo en desarrollo puede desarrollar vidas con un smartphone de US$35. Alrededor de 20% de la población mundial gana menos de US$2 al día, y el costo de un smartphone acaba de caer de los ingresos de un año al sueldo de tres semanas. Este si es un programa contra la pobreza.

Google ha lanzado el Proyecto Loon para llevar Internet a áreas rurales y en desarrollo mediante globos de gran altura. Facebook y Google se están apresurando a invertir en drones para proporcionar conectividad móvil. Los pueblos y municipios pobres por fin tendrán una plataforma para escapar la desesperanza. Ahora necesitamos aplicaciones para emplear trabajadores de US$5 la jornada para mirar cuidadosamente documentos, fotos, planos y cualquier cosa que ocupe habilidades cognitivas humanas, lo cual aún no se pueden y quizás nunca lleguen a codificarse en algoritmos de inteligencia artificial. Este es el mayor reto para Silicon Valley del que ni siquiera está enterado.

La otra buena noticia es para los consumidores en países ricos, los que enfrentan "problemas del primer mundo" como marcar accidentalmente. Apple y Samsung batallarán para mantener las ganancias en sus productos de alta calidad, y por eso prepárese para una carrera de funciones. Ya hemos visto el lector de huellas digitales Touch ID de Apple. Samsung cuenta con el seguimiento ocular inteligente para desplazar la pantalla. Siri de Apple responde a preguntas enunciadas. Samsung ofrece un reloj Galaxy Gear que funciona con sus teléfonos. Ninguno de estos justifica el precio de US$649 por el momento.

Nos arrojaran muchas cosas para ver que pega. ¿Pantallas más grandes? ¿Pantallas curvas o plegables? ¿Monitores de estado físico? ¿Google Glass? ¿Anillos conectados por Bluetooth para permitir gestos con las manos en lugar de tener que hacer clic? ¿Pagos móviles sin necesidad de tocar la pantalla? ¿Sensores médicos para monitorear el ritmo cardiaco o los niveles de glucosa? ¿Vaya usted a saber? Hay que probar todo esto. En lo personal, espero que alguien salga con un asistente personal que susurre en mi oído durante todo el día. Por Andy Kessler – WSJ
 

Tizo

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Los nuevos relojes inteligentes de Android, Samsung y LG presentan algunos cambios evolutivos, aunque nada que lo impulse a uno a correr a comprar cualquiera de ellos.

El Gear Live de Samsung y el G Watch de LG son buenos productos que atraerán a quienes se afanan en ser los primeros en adquirir los nuevos artefactos.

Los relojes funcionan como podómetros y permiten al usuario ponerse al día con su correo electrónico, mensajes de texto y Facebook mientras lo tiene en el bolsillo o cargando la batería en el dormitorio. Con el teléfono en la mano, uno puede verificar los mensajes y seguir jugando al video en el teléfono.

Los dos relojes funcionan con comando de voz, no de tacto. Utilizan el sistema Android Wear de Google.

Android Wear tiene futuro, pero carece de la funcionalidad incluso de los relojes inteligentes del año pasado. La capacidad de responder es limitada y no es mucho lo que se puede hacer sin un teléfono sincronizado que lo acompañe en las cercanías.

El teléfono acompañante debe tener un programa Android 4.3 o posterior. No es necesario que sea un teléfono Samsung o LG.

El Samsung Gear 2, que apareció en abril y cuesta 299 dólares, tiene funciones útiles para quien está muy atento a su estado físico. Cuenta los pasos que uno da cada día, calcula distancias recorridas y calorías quemadas y mide el ritmo cardíaco en corridas, caminatas y rodadas en bicicleta. Es un poco elemental, pero bueno para quien se inicia.

La cámara de dos megapíxeles toma fotos mediocres y se puede optar por el modelo Gear 2 Neo, que no la tiene y cuesta 100 dólares menos. Los dos modelos tienen micrófono para llamadas telefónicas.

El G Watch de LG cuesta 229 dólares y está disponible a partir del jueves. No tiene botones, ya que funciona exclusivamente con comando de voz.

La capacidad de su batería es un tercio mayor que la de Samsung, pero en los ensayos los dos relojes funcionaron durante el mismo tiempo.

La resolución y los colores en la pantalla de LG no son tan buenos como en la del Samsung, pero las notificaciones de LG usan letra más grande y son más fáciles de leer.

El G Watch cuenta los pasos, pero no tiene sensor cardíaco y esta es su mayor diferencia con el Gear. Tampoco tiene cámara ni micrófono.

Los modelos hasta ahora han sido cuadrados. Motorola planea sacar su Moto 360 redondo en los próximos meses. Adicionalmente, Apple espera poner en venta su reloj inteligente un poco más adelante.

Conviene esperar un poco a ver cómo son. Uno podría decidirse finalmente por un Samsung o LG, pero se corre el riesgo de arrepentirse si uno se apresura a comprar ahora.
 

Arnico

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Muy buen post. Gracias por compartirlo con nosotros.
 

Tizo

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Para quienes ya están cansados de las "selfis" ahora deberán prepararse para las "termis", o sea, "autorretratos térmicos". Se trata de fotos que permiten ver el calor que emana de los seres vivos y los objetos, gracias a una cámara infrarroja que se instala en el iPhone. Aunque suene descabellado, ese equipo ya llegó al mercado.

Las tiendas Apple comenzaron a vender el Flir One esta semana por 349 dólares. Pone las imágenes térmicas al alcance de las personas que probablemente nunca lo habían considerado, además de que abre una nueva forma de ver el mundo. Las cosas calientes se ven en la pantalla del iPhone, mientras que las frías están oscuras. Es como si todo brillara con luz propia.

El truco es que la cámara es muy sensible. Si dos objetos tienen una diferencia de 0,1 grados Celsius (una quinta parte de un grado Fahrenheit), entonces la cámara notará la diferencia.

Se pueden ver las huellas de las personas que acaban de caminar por una alfombra. Son notablemente más tibias si la persona se quedó de pie ahí un momento. Si tallamos la mano en la pared, el calor que se genera se verá como una mancha. Podemos encontrar un celular en una habitación oscura gracias al calor que genera el consumo de la energía en reposo.

Esta tecnología ha estado al alcance de los militares durante décadas y luego llegó a los marineros, electricistas, plomeros y otros contratistas. Sin embargo, la cámara infrarroja más económica cuesta 995 dólares y no viene con todas las cosas divertidas que incluye un smartphone como la de subir de inmediato las imágenes a Facebook.

Imagine escribir esto en su muro: "¡Hola a todos, así me veo con fiebre!".

El Flir One se coloca detrás de un iPhone 5 o 5s (sólo funciona con estos dos modelos) y la cámara tiene su propia batería recargable.

La cámara tiene una resolución muy baja, de apenas 80 x 60 pixeles, comparado con la que trae el iPhone de 8 megapixeles: imágenes 1.600 veces más nítidas.

La imagen térmica se puede ajustar a varios colores, el azul puede ser frío y el rojo caliente, o se configura también sólo en blanco y negro.

El uso de imágenes térmicas también es útil por ejemplo para comprobar si hay fugas de calor en el aislamiento de una casa o puede hacer visibles las fugas de agua porque la evaporación hace que las áreas húmedas sean más frías que las demás zonas.
 
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