Hilo Estados Unidos

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Los estadounidenses están regresando lentamente a los caminos tras una larga ausencia debido al coronavirus, aunque el volumen de tráfico sigue muy por debajo de los niveles antes de la crisis.

Los automovilistas en Estados Unidos han estado más activos en la última semana que en cualquier momento desde mediados de marzo, de acuerdo con un análisis de StreetLight Data Inc., una firma de analítica que agrega datos celulares y otros dispositivos con GPS y los combina con información de mapas y otras fuentes para proveer información sobre kilómetros recorridos.

Los datos más recientes muestran que la actividad durante el período de siete días que concluyó en mayo fue 60% más alta que en el punto más bajo desde el inicio de la crisis de COVID-19. Aun así, la actividad fue 49% menor comparado con enero de 2020 y muy por debajo de lo que se esperaría en primavera en circunstancias normales.

En Minnesota, el tráfico típico en las autopistas cayó drásticamente luego que el gobernador emitió una orden de quedarse en casa en marzo. Datos del Departamento de Transporte del estado muestran que el 12 de abril, el tráfico en el área de las Ciudades Gemelas fue 71% más bajo que en el mismo día un año atrás, mientras que el tráfico en el estado fue 66% más bajo.

Desde entonces, el tráfico ha estado subiendo lentamente.

Tim Harlow, que cubre tráfico para el Minneapolis Star Tribune, dijo que ha estado manejando un par de veces en la semana para ver a su madre y que la semana pasada notó más tráfico en la que usualmente habría sido la hora pico. Datos del Departamento de Transporte muestran que el 9 de mayo, el tráfico estaba abajo 45% en el área metropolitana comparado con el año previo, y 30% en todo el estado, coronando una semana de restricciones relajadas en la que unos 200.000 negocios pudieron reabrir sus puertas para ventas a la entrada.

“Los datos muestran que estamos comenzando a movernos un poco más”, dijo Harlow. “Pienso que algunas personas están regresando al trabajo. Otros se están desesperando... A los estadounidenses no nos gusta quedarnos en casa”.

Michigan, Minnesota y Montana están entre los estados con la mayor alza relativa de tráfico vehicular. Otros estados, como Virginia, Nuevo México, Arizona y Maryland el movimiento ha sido menor.
 

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Casi 3 millones de trabajadores despedidos en Estados Unidos solicitaron ayuda al gobierno por desempleo la semana pasada, luego de que la pandemia de coronavirus obligó a recortar empleos, a pesar de que la mayoría de los estados han comenzado a permitir que algunas empresas reabran bajo ciertas restricciones.

Con la nueva cifra semanal suman unas 36 millones de personas las que han solicitado el seguro por desempleo en los dos meses transcurridos desde que el COVID-19 obligó por primera vez a millones de empresas a cerrar sus puertas y reducir su fuerza laboral, dijo el jueves el Departamento del Trabajo.

El número de solicitudes de personas que solicitan por primera vez ayuda del gobierno por desempleo ha disminuido por seis semanas consecutivas, lo que indica que un número cada vez menor de empresas está reduciendo sus nóminas. Sin embargo, según los estándares históricos, la cifra semanal más reciente muestra que el número de solicitudes semanales sigue siendo enorme, lo que refleja una economía que se está hundiendo en una recesión grave.

El ritmo de nuevas solicitudes de ayuda de la semana pasada sigue siendo cuatro veces el récord que prevaleció antes de que la crisis del coronavirus golpeara con fuerza en marzo.

Los trabajadores desempleados en algunos estados aún reportan dificultades para solicitar o recibir prestaciones del gobierno. Estos incluyen trabajadores independientes o por cuenta propia —como los que usan Airbnb y Uber para generar ingresos_, que apenas este año se volvieron elegibles para recibir ayuda por desempleo.

Los estados que ahora están mitigando el cierre de actividades económicas usan varios medios. Ohio ha permitido reabrir almacenes, la mayoría de las oficinas, fábricas y empresas de construcción, pero los restaurantes y bares permanecen cerrados para servicio en el interior y sólo pueden entregar alimentos para llevar.

Las cifras más recientes de solicitudes de ayuda por desempleo siguen a un devastador informe del mercado laboral de Estados Unidos la semana pasada. El gobierno dijo que el desempleo se elevó a 14,7% en abril, la tasa más alta desde la Gran Depresión de los años de 1930, y que los empleadores eliminaron 20,5 millones de empleos. El crecimiento laboral de una década se eliminó en apenas un mes.
 

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Una nueva normalidad: cómo se recupera la economía de EEUU en un mundo post-Covid. ¿Qué Rubicón forjará la Fed a continuación? Los elaboradores de políticas responden con un apoyo fiscal masivo. El mercado inmobiliario en la era de Covid-19.
Puntos clave
  • El trabajo despues de la pandemia
  • Mercados laborales en los estados en medio de Covid-19
  • Visualizando la pandemia de Covid-19 en el Sunbelt
 

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El Congreso estadounidense se encuentra en una encrucijada en la crisis del coronavirus: aprobar un “gran paquete” de rescate como quiere la presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, u oprimir el botón de “pausa” como prefiere el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.

Es un momento de definiciones para los partidos de cara a las elecciones de noviembre, cuyas decisiones afectarán el sustento de innumerables estadounidenses que han pasado a depender del gobierno federal. Están en juego miles de millones de dólares en ayuda a los estados, prestaciones de desempleo y recursos para la salud. Mientras aumentan los interrogantes sobre el papel que le corresponde a Washington, está a prueba la capacidad del presidente Donald Trump y el Congreso para hacer lo correcto.

“Son los eternos debates de la historia estadounidense”, dijo el profesor de historia económica y financiera Richard Sylla.

“Es como el problema que enfrentaba Alexander Hamilton en 1790”, dijo, al aludir al plan de que el nuevo gobierno federal se hiciera cargo de las deudas incurridas por los estados durante la guerra de la independencia, a pesar de las protestas contra el rescate. Hamilton lo llamó “el precio de la libertad”.

A medida que continúan las negociaciones en el Capitolio, la respuesta al coronavirus le da al Congreso la oportunidad de forjar el futuro del país después de la pandemia, pero a la vez conlleva el riesgo de repetir los errores de crisis anteriores, como en la recesión de 2008-09, que la historia difícilmente olvida.

Trump y McConnell se reunieron a fines de la semana pasada para decidir los pasos siguientes después de rechazar el plan de Pelosi. La legisladora demócrata preparó el escenario con la aprobación de un proyecto de rescate de 3 billones de dólares, de los cuales un billón sería para reforzar las economías de estados y ciudades, impedir despidos municipales y dar 1.200 millones a la gente y otras formas de ayuda.

“Podríamos haberlo hecho más grande”, dijo Pelosi a The Associated Press en una entrevista reciente.

Con más de 38 millones de solicitudes de prestaciones por desempleo, la respuesta republicana consiste en estimular la economía para reducir la necesidad de una mayor intervención federal.

La prioridad republicana es eliminar gradualmente las prestaciones por desempleo para que la gente regrese al trabajo y dar inmunidad legal a las empresas que reabren.

Los republicanos quieren eliminar los 500 dólares adicionales al pago semanal por desempleo, que “maniata” a algunos trabajadores con una remuneración mayor que la de su trabajo. McConnell también quiere proteger a médicos, escuelas y otros de juicios derivados del COVID-19, lo que según él es una “línea infranqueable” para cualquier acuerdo.

“Hay una alta probabilidad de que haremos otro paquete de rescate”, dijo McConnell a Fox News. “Tenemos que trabajar con inteligencia”.

La senadora demócrata Debbie Stabenow reconoció que 3 billones de dólares es una “cifra grande”, pero añadió que “el costo de la inacción será mucho más alto”. Ella habló mientras viajaba en auto a su estado, Michigan, uno de los más golpeados.
 

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La contracción de la economía estadounidense en los primeros tres meses del año fue peor de la anticipada y los expertos pronostican una caída aún más pronunciada en el trimestre actual.

El producto interno bruto se contrajo a una tasa anual de 5% en el trimestre enero-marzo, ligeramente arriba de la baja del 4,8% calculada el mes pasado por los expertos, reportó el jueves el Departamento de Comercio.

La nueva cifra es la contracción más fuerte de la economía estadounidense desde la de 8,4% sufrida en el cuarto trimestre de 2008, en medio de la crisis financiera mundial.

La contracción se debe a una menor inversión de las empresas en sus inventarios, aunque ello fue compensado parcialmente por un leve crecimiento del gasto del consumidor.

Los economistas calculan que los cierres de negocios y subsiguientes despidos provocarán una contracción de 40% del PIB en el período actual, la caída más profunda de la economía estadounidense desde que se comenzó a llevar la cuenta en 1947 y cuatro veces el tamaño de la peor contracción previa, registrada en 1958.

Algunos analistas opinan que el crecimiento repuntará en el período julio-septiembre con la posibilidad de una expansión anualizada de 21,5% del PIB. Aun así, ello no sería suficiente para compensar por las pérdidas sufridas en los dos periodos iniciales del año.

Además, hay quienes conjeturan que la recuperación económica pronosticada para la segunda mitad del año ni siquiera ocurra si fracasan las medidas para reabrir la economía. Si el levantamiento de las cuarentenas provoca una segunda ola de contagios de coronavirus, ello frustraría las gestiones para atraer de nuevo a la gente a las tiendas y restaurantes.
 

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Disturbios continúan en ciudades de EEUU a pesar de arresto del policía de Mineápolis

La Guardia Nacional completa de Minnesota fue activada por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial después de cuatro noches de a veces violentas protestas que se han extendido a otras ciudades de Estados Unidos, luego de la muerte de un hombre negro tras ser inmovilizado con una rodilla en el cuello por un oficial de policía blanco de Mineápolis.

AL COMPLEETO:
https://es.reuters.com/article/topNews/idESKBN2360FE
 

Johngo

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Casi 1,9 millones de trabajadores solicitaron el seguro por desempleo en Estados Unidos la semana pasada, el noveno descenso consecutivo desde que esos pedidos aumentaron a mediados de marzo, una señal de que la reapertura gradual de los negocios ha frenado los despidos.

La desaceleración indica que el colapso del mercado laboral provocado por la pandemia de coronavirus puede haber tocado fondo a medida que más compañías piden a sus antiguos empleados que vuelvan al trabajo, al menos a algunos.

El Departamento del Trabajo informó el jueves que el número total de estadounidenses que reciben actualmente ayuda del gobierno por desempleo aumentó solo ligeramente, a 21,5 millones, lo que insinúa que la recontratación está compensando algunos de los despidos en curso.

Aunque las solicitudes de ayuda se están desacelerando, el último número semanal sigue siendo más del doble del récord máximo que prevaleció antes del brote viral. Muestra los límites sobre cuánto puede restaurar la economía la reapertura parcial de un mercado laboral sumido en una recesión.

Con todos los estados del país en proceso de reanudar gradualmente la actividad económica, más consumidores están comenzando a regresar a restaurantes, tiendas y salones de belleza. Esa tendencia ha impulsado el gasto de los consumidores desde niveles extremadamente bajos, y probablemente ha alentado a algunas empresas a contratar nuevamente.

Además de los empleados despedidos que solicitaron prestaciones por desempleo la semana pasada, otros 623.000 buscaron ayuda por desempleo bajo un nuevo programa para trabajadores independientes o por cuenta propia, como los que reciben ingresos al trabajar con taxis por apps, y que ahora califican por primera vez para recibir el beneficio por desempleo. Estas cifras no están ajustadas para las variaciones estacionales, por lo que el gobierno no las incluye en los datos generales.

Las cifras se publicaron el jueves, un día antes de que el gobierno reporte las cifras de empleo en mayo, que se espera que muestren que los empleadores recortaron 8 millones de trabajos el mes pasado y que la tasa de desempleo aumentó, de 14,7% a 19,8%. Si se comprueban esos pronósticos, significaría que casi 30 millones de estadounidenses han perdido su trabajo desde que se intensificó el brote viral en marzo y que el desempleo ha alcanzado su punto más alto desde la Gran Depresión en la década de 1930.
 

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Un informe de empleos más sólido de lo esperado podría confundir más un ya incierto panorama para aprobar un quinto y posiblemente último paquete de ayuda para el coronavirus. Las estadísticas positivas alimentan la estrategia “esperar para ver” de la Casa Blanca y sus aliados del Partido Republicano en el Congreso.



Los republicanos afirman que los números justifican su decisión de tomar una pausa y evaluar los casi 3 billones de dólares en apoyo que ya han aprobado. La Casa Blanca también muestra poca urgencia para proseguir con otra ley de respuesta de 3 billones, mucho menos la medida de 3,5 billones de dólares aprobada el mes pasado por la Casa Blanca, y prefiere concentrarse en la reapertura de la economía.




Se espera que las próximas semanas se desarrollen negociaciones complicadas sobre qué debe contener el paquete, pocos meses antes de una elección en donde están en juego la Casa Blanca y el control del Congreso.



Para los legisladores, las decisiones complicadas se ciernen sobre cuántos fondos distribuir a los estados, cómo ampliar el apoyo por desempleo para millones de personas y si crear protecciones contra demandas para negocios y escuelas conforme reabren durante la pandemia.



El informe de empleos del viernes mostró que hubo una ganancia de 2,5 millones en lugar de la pérdida esperada de millones más, lo que complica las perspectivas para las conversaciones de ayuda.



“Son menos que urgentes, menos que propicios para otro paquete”, dijo el representante Patrick McHenrey, líder del Partido Republicano cuando su partido tenía la mayoría. “Hay menos urgencia para obtener un pacto complicado, y éste sería un pacto complicado. No significa que no sucederá, sólo creo que la urgencia está muy disminuida”.



Los demócratas vieron el informe de empleos y una pérdida de trabajos para 600.000 empleados públicos que probablemente empeore si Washington no ayuda a los gobiernos locales y estatales necesitados de fondos. A pesar de la noticia positiva de empleos, el desempleo a nivel nacional está en 13%, así que el vencimiento inminente del suplemento al apoyo por desempleo de 600 dólares por semana promete ser un catalizador para tomar medidas.
 

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La delincuencia está aprovechando un incremento en la pérdida de puestos laborales para robar subsidios por desempleo de estadounidenses a nivel nacional, lo cual complica una situación ya de por sí difícil para millones de personas con dificultades financieras y para las abrumadas oficinas estatales de desempleo.



Si bien no hay una medición exacta de cuántas solicitudes fraudulentas se han presentado, los estados desde Washington hasta Maine han registrado un aumento en esos delitos y varias agencias federales están trabajando para combatirlos.



“Aproximadamente el 10% de los pagos (de seguro por desempleo) son indebidos en las mejores épocas, y estamos en la peor de las épocas”, le dijo Scott Dahl, inspector general del Departamento del Trabajo, a la subcomisión de Operaciones del Gobierno de la Cámara de Representantes. Dahl estimó que al menos 26.000 millones de dólares en subsidios podrían desperdiciarse, y la mayor parte de ese dinero terminaría en manos de estafadores.




Esto obliga a las personas desempleadas, quienes ya de por sí están pasándola muy mal debido a la pérdida de un empleo, a luchar por los subsidios que necesitan y a los que tienen derecho.



“Estamos profundamente preocupados por el bienestar de estas personas y cuándo resolverán esto y obtendrán el dinero que necesitan para seguir viviendo”, dijo Eva Velasquez, presidenta y directora general de la organización sin fines de lucro Identity Theft Resource Center, la cual ha registrado un fuerte incremento en las solicitudes de ayuda contra el fraude a las prestaciones por desempleo.



Desde mediados de marzo, 42,7 millones de personas han solicitado apoyo gubernamental por desocupación, aunque algunas han sido recontratadas conforme los estados van permitiendo que los negocios reabran. El jueves, el gobierno federal informó que 21,5 millones de personas están recibiendo la ayuda. Eso crea una oportunidad adicional para los delincuentes. Unos 600 dólares adicionales a la semana en subsidios hace que el fraude sea más lucrativo.



Además, las agencias estatales de desempleo se han visto abrumadas por las solicitudes y están trabajando para que aquellos en dificultades reciban el dinero lo más rápido posible. En algunos casos, los expertos de seguridad dicen que los nuevos procesos, la carga de trabajo adicional y los sistemas obsoletos podrían haberle facilitado el trabajo a los delincuentes.



“Este es ‘El Dorado’ para ellos y es el infierno para las víctimas”, dijo Adam Levin, fundador de la empresa de seguridad de datos Cyber Scout.





Los expertos en seguridad dicen que la mayor parte del fraude parece ser cometido por delincuentes que utilizan datos robados para presentar solicitudes usando la identidad de alguien más. A menudo la información se ha obtenido de filtraciones previas de datos o de ataques directos a los sistemas estatales.



En muchos casos, las víctimas no saben que se han visto afectadas hasta que solicitan los subsidios y se enteran que alguien más lo hizo por ellos. Algunos incluso dejan de recibir sus pagos cuando un delincuente usurpa sus beneficios.



Las víctimas deberían reportar un presunto fraude al estado y a su empleador, y denunciarlo ante la policía.
 

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Los empleadores en Estados Unidos despidieron a 7,7 millones de trabajadores durante el mes de abril, una muestra de lo profundo que es el hueco económico después del cierre de miles de oficinas, restaurantes, tiendas y escuelas durante la pandemia.



El Departamento de Trabajo también dijo el martes en un informe que las vacantes se desplomaron y las contrataciones prácticamente desaparecieron en abril. El número de empleos disponibles cayó un 16% respecto a marzo a 5 millones. Las contrataciones se redujeron en un 31% a 3,5 millones.


Las sombrías cifras de abril, luego de un marzo aún peor en el que hubo 11,5 millones de despidos, dejan entrever que a la economía podría tomarle tiempo recuperar casi una década de avances que se desvanecieron en alrededor de 60 días.



Las contrataciones se recuperaron durante mayo con 2,5 millones de plazas netas, dijo el gobierno el viernes en un informe por separado. Sin embargo, esos avances parecen reflejar el regreso a las actividades de empleados que fueron despedidos temporalmente y un aumento en el número de personas con empleos temporales y no a una economía en pleno funcionamiento.



El informe del martes revela la velocidad con la que los empleadores respondieron a la pandemia, al poner bajo licencia o despedir a trabajadores durante marzo, aunque esa tendencia se desaceleró al mes siguiente cuando el gasto del consumidor pareció tocar fondo e incluso recuperarse levemente.



El estudio de Vacantes y Rotación Laboral (JOLTS por sus siglas en inglés) detalla las cifras totales de contrataciones y separación de empleo, mientras las estadísticas mensuales de empleos reflejan los cambios netos.



Los próximos meses podrían suponer un desafío debido a que las contrataciones mensuales equivalen apenas a un 60% del promedio de 2019. Hay 4,6 trabajadores desempleados por cada vacante, lo cual significa que posiblemente le tome tiempo a la economía recuperar la salud que tenía antes de la pandemia.
 

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En un momento de crisis nacionales, el Senado estadounidense consiguió unificarse en respaldo a un tema que ambos partidos celebran: la recreación al aire libre.



Mientras el país lidia con el coronavirus, una baja económica y protestas por el racismo, los legisladores alcanzaron un acuerdo bipartidista en un año electoral para aumentar al doble los gastos en un popular programa de conservación y dedicar casi 2.000 millones de dólares al año a mejorar y mantener los parques nacionales.



Si lo aprueba el Congreso y lo sanciona el presidente Donald Trump, la ley sería la más significativa de conservación en casi medio siglo. La medida, lista para votación en el Senado la semana próxima, asignaría 2.800 millones de dólares anuales a la conservación, la recreación al aire libre y el mantenimiento de los parques.



“Los estadounidenses se han estado pasando mucho tiempo bajo techo” como resultado de la pandemia, dijo el senador republicano Cory Gardner, de Colorado, uno de los principales patrocinadores de la propuesta. “Están listos para salir a los espacios abiertos”.



Gardner y su colega republicano de Montana Steven Daines han presionado por la medida, primero convenciendo al líder de la mayoría Mitch McConnell que debería debatirse y luego persuadiendo a Trump en una visita a la Casa Blanca.



McConnell les dijo a los dos senadores, que buscan reelección este año, que no consideraría la medida a menos que Trump la respaldase. Gardner y Daines están entre los senadores más vulnerables en las elecciones en noviembre y ambos representan a estados en los que la economía y el turismo al aire libre tienen una gran importancia.



En febrero en la Casa Blanca, los senadores le mostraron a Trump mapas y fotos de sus estados y resaltaron la importancia de la conservación para el Oeste del país y apuntaron cómo la medida influiría en su legado. Trump, que ha tratado reiteradamente de recortar fondos para tierras y aguas, y tuiteó rápidamente su respaldo.



Tres meses más tarde, la ley podría ser aprobada el martes.



“Estados Unidos se merece una pausa en estos momentos y la recreación al aire libre es restaurativa”, dijo la senadora demócrata Maria Cantwell, defensora veterana del Fondo de Conservación de Tierras y Aguas.
 
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