Maduro sube la apuesta y echa a una diputada opositora
NOTA: Así se maneja este badulaque comunista
Corina Machado fue expulsada del Congreso; amenazan con detenerla
CARACAS.– “María Corina Machado puede ser retenida en cualquier momento sin notificación previa; ya no es diputada.” Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea nacional, le arrebató ayer manu militari el escaño y la inmunidad parlamentaria a una de las principales diputadas opositoras, a la que acusa de “traición a la patria” por haber asistido el viernes a una reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de la mano del embajador de Panamá.
“Ella aceptó un cargo del gobierno hostil de Panamá para hablar ante la OEA sin autorización. Por ende, deja de ser diputada. Nosotros estamos dando instrucciones para que no vuelva a entrar al Parlamento como diputada por este período”, anunció Cabello, en una decisión claramente anticonstitucional con la que se pretende detener a la dirigente de Vente Venezuela a su vuelta al país desde Perú.
El presidente Nicolás Maduro acaba de romper relaciones diplomáticas y comerciales con Panamá porque su presidente, ricardo Martinelli, se empeñó en trasladar a la OEA la crisis venezolana. Las protestas dejaron en 48 días una treintena de muertos, cientos de heridos, casi 2000 detenciones y denuncias por maltratos y torturas.
“Volveré a Venezuela y seguiré siendo diputada, mientras el pueblo así lo quiera”, replicó la dirigente radical opositora desde Lima, donde ayer participó en un acto junto con el escritor Mario Vargas Llosa.
“Fui a la OEA como representante del pueblo de Venezuela, tuve la oportunidad de tomar la palabra por un mecanismo interno. Si el precio que debo pagar es éste, lo hago una y mil veces”, remachó.
Según la Constitución venezolana, para que un diputado pierda su inmunidad es necesario que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se la retire a través de un antejuicio de mérito a petición de la fiscalía. Así lo hicieron en noviembre pasado con María Aranguren, en la búsqueda oficialista del diputado que les faltaba para aprobar la ley habilitante de Nicolás Maduro.
Y así lo recordó ayer Vicente Díaz, el único magistrado independiente del Consejo Nacional Electoral: “Para eliminar la investidura de Machado se requiere un revocatorio [en las urnas] o una sentencia del TSJ”.
Cabello esgrimió el artículo 149 de la Constitución como argumento contra la parlamentaria, donde se establece que “los funcionarios públicos no podrán aceptar cargos, honores o recompensas de gobiernos extranjeros sin la autorización de la Asamblea”.
“Se salió solita. Machado tenía que escoger entre ser diputada o representante de un gobierno hostil al de Venezuela y fue lo que hizo”, remarcó Aristóbulo Istúriz, gobernador de Anzoátegui y dirigente nacional del oficialista PSUV.
El sábado pasado, la asambleísta ya había sufrido la arremetida de los servicios de inteligencia en el aeropuerto a su regreso de Estados Unidos. La retuvieron durante una hora y media y la persiguieron en su viaje por la autopista.
“El delito de traición a la patria cobra más fuerza”, resumió el cabecilla del ala militar del chavismo, pese a que las maniobras de Venezuela y de sus aliados ideológicos y protegidos económicos consiguieron que su voz no fuera escuchada en la OEA. “Machado es un accidente para el país. Ella era diputada y ella misma se mató”, se ufanó Cabello, convertido ahora en una especie de juez militar paralelo al TSJ.
En una entrevista publicada ayer por El Universal, la diputada aclaró que “en absoluto” ha aceptado un cargo diplomático panameño, como se rumoreó. “En la OEA no ejercí un cargo, sino el derecho a tomar la palabra a través de un mecanismo que contempla la normativa de ese foro”, precisó.
Cabello ordenó que Machado deje de percibir su sueldo como funcionaria del Estado, e incluso no podrá acceder al hemiciclo. “Simplemente no es diputada”, enfatizó.
“Es insólito que se la despoje de su investidura. Cabello está violando el Estado de Derecho. Pretende administrar justicia como si fuera un juez constitucional o penal”, acusó el jurista Asdrúbal Aguiar, antiguo magistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Quien agrede a un diputado de la Unidad, nos agrede y ofende a todos”, resumió Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD.
De concretarse la detención de la dirigente, tal como anuncian dirigentes del chavismo, Machado se uniría a dos alcaldes (Daniel Ceballos y Enzo Scarano) y a Leopoldo López, líder de Voluntad Popular, en la cárcel militar de Ramo Verde.
La diputada obtuvo el respaldo electoral más amplio del país (82% de votos) en su circuito electoral en las pasadas elecciones parlamentarias. También los alcaldes ganaron en las urnas hace tres meses con mucha amplitud: Ceballos, con el 67% en San Cristóbal, y Scarano, por encima del 76% en San Diego.
Lo estruendoso de la destitución de Machado provocó la reacción en tromba de la oposición. Tan arbitrario es el asunto que Henrique Capriles, gobernador de Miranda, interpretó que el gobierno lanzaba cortinas de humo para oscurecer la puesta en marcha del Sicad 2, un nuevo sistema cambiario que esconde otra devaluación
Machado, una obstinada detractora del chavismo y uno de sus blancos predilectos
María Corina Machado, una héroe con muchos ovarios.
No es la primera vez que María Corina Machado enfrenta un proceso en su contra. Antichavista declarada, la diputada nacional por el estado de Miranda está habituada a enfrentarse al gobierno de Hugo Chávez primero y al de su heredero político, Nicolás Maduro, después. La amenaza de una investigación judicial por la violencia en las protestas recientes no parece que vaya a amedrentarla ahora.
Si bien su ingreso a la vida política venezolana es reciente -fue elegida diputada con un abrumador 85% de los votos en 2010, y en 2011, precandidata presidencial-, Machado trabajó activamente desde la sociedad civil para combatir al chavismo.
Divorciada y madre de tres hijos, nació el 7 de octubre de 1967, en el seno de una familia conservadora y ligada al mundo empresarial. Es hija de la ex tenista Corina Parisca y del empresario del acero Enrique Machado Zuloaga, cuya empresa, Sidetur, fue expropiada en 2012 por el chavismo.
Considerada una referente clave de la oposición venezolana, y por el chavismo como "enemiga" de la revolución bolivariana, fue denunciada por el oficialismo de firmar en 2002 el Decreto Carmona (acta de constitución del gobierno de facto de Pedro Carmona, tras el golpe de Estado que sacó brevemente del poder a Chávez), y acusada de golpista y traidora a la patria.
Graduada en ingeniería industrial en la Universidad Católica Andrés Bello, Machado tuvo un breve paso por empresas automotrices, combinado con la docencia, a comienzos de los 90. Pero en 1994 comenzó a trabajar en el sector no gubernamental, donde se desempeñó la década siguiente.
En ese año inició, junto con su madre, la Fundación Atenea, que daba atención a chicos huérfanos y a jóvenes en situación de abandono. Pero en 2003 dejó Atenea y cofundó Súmate, una asociación civil para la promoción de los derechos políticos, que al año siguiente llevó adelante una recolección de firmas y logró, no sin lidiar con cuestionamientos del oficialismo por su validez, la convocatoria a un referéndum revocatorio del mandato de Chávez, que finalmente fue ratificado en su cargo por las urnas.
En 2005, Machado estuvo nuevamente en la mira del chavismo. Enfrentó un juicio, acusada de recibir financiamiento del National Endowment for Democracy, institución que, según el oficialismo, depende del Departamento de Estado norteamericano. El proceso fue suspendido un año después por irregularidades, pero Machado tuvo prohibido salir del país por tres años.
Además de los procesos judiciales y las denuncias en su contra, su antichavismo la volvió blanco frecuente de ataques violentos por parte de partidarios del gobierno.
La investigación en su contra iniciada por el oficialismo por las protestas del 12-F parece ser sólo un eslabón más de una larga cadena.Machado afirmó ayer desde Lima que volverá "lo antes posible a Venezuela" y que seguirá ejerciendo como legisladora. "Vamos a luchar hasta vencer. El régimen brutal de Nicolás Maduro creyó que con esta represión nos iba a asustar, pero nos ha dado más fuerza", tuiteó. Por Nadia Nasanovsky | LA NACION