Hilo de todo lo relacionado con alimentación

droblo

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Efectivamente, cada vez somos más. Pero las nuevas tecnologías agrarias están obrando el milagro. El rendimiento por hectárea de los cultivos de maíz, arroz, trigo y cebada ha aumentado significativamente en los últimos 25 años->
 

Dennis2

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Ahora mucha gente empezó a comer sano. Noto que en mi ambiente la gente presta más atención a la composición de los productos y a su utilidad
 

Johngo

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LA MORINGA

Para que sirve la moringa


La moringa, un cultivo novedoso y rentable


Ventajas y contraindicaciones


 

droblo

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Los precios de la carne de cerdo han subido hasta un 40% debido a un brote de peste porcina africana, que está afectando al mercado global de carne.

China produce y consume dos tercios de la carne de cerdo del mundo, pero sus suministros han caído conforme las autoridades destruyen piaras y bloquean traslados de carne. Los importadores han cubierto la demanda comprando carne incluso en Europa, lo que hace subir los precios y ha causado desabastecimiento en algunos mercados.

La peste porcina africana no hace daño a los humanos. Sin embargo, para los cerdos es mortal y se extiende con rapidez. Se detectó por primera vez en agosto en el nordeste de China. Desde entonces han muerto un millón de cerdos y la enfermedad se ha expandido a la mayoría de las provincias chinas.


El aumento de precios es una grave preocupación en lugares como Camboya, donde el cerdo es la única carne asequible para muchas familias.
 

GallGadrot

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A propósito hablando sobre fastfood, vi la información que se puede adelgazar si comes cada día en macdonalds pero te dañará muy fuerte el estómago
 

Sullivan

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estoy de acuerdo, la nutrición sana no es tan barata. Para comer los productos de calidad hay que gastar una gran parte del presupuesto
 

droblo

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Se sabe que las papas fritas, los refrescos y las pizzas congeladas suelen abundar en sal, azúcar y grasa, pero los científicos tratan de descubrir si hay algo más en los alimentos procesados que pudiera hacernos daño.
Se ha vinculado el consumo de alimentos baratos producidos industrialmente con los aumentos de las tasas de obesidad en todo el mundo, pero los consejos de limitar su consumo no parecen demasiado útiles en vista de su conveniencia y de la gama creciente de productos que caben dentro de esa categoría.
Tres estudios recientes ofrecen pistas acerca de por qué conviene limitar su consumo, pero tal como sucede con otros estudios sobre los alimentos y la salud, los estudios destacan las dificultades que enfrentan la ciencia y los consejos nutricionales.

¿QUÉ SIGNIFICA “PROCESADO”?
Casi todos los alimentos sufren algún tipo de procesamiento, sea el curado, el congelamiento, la molienda o la pasteurización. Aunque el procesamiento en sí no vuelve dañino a un alimento, el término “alimento procesado” tiene connotaciones negativas.
Para identificar con precisión los alimentos procesados que más los preocupan, los científicos elaboraron un sistema que agrupa los alimentos en cuatro categorías. Dista de ser perfecto, pero sostiene que los alimentos altamente procesados están compuestos sobre todo de ingredientes y aditivos industriales, y su contenido de alimento entero intacto es escaso o nulo.
Los refrescos, las galletas empaquetadas, la pasta instantánea y los nuggets de pollo son algunos alimentos altamente procesados, pero la categoría abarca también alimentos que parecen sanos, como los cereales para el desayuno, las barras energéticas y algunos yogures.
¿POR QUÉ SON MALOS LOS ALIMENTOS PROCESADOS?
Los alimentos industrializados baratos están en todas partes: cajas de supermercados, gasolineras y máquinas expendedoras. Un pequeño ensayo clínico de cuatro semanas ayuda a comprender por qué eso probablemente eleva la tasa de obesidad.
Los investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) hallaron que la gente ingería diariamente 500 calorías adicionales cuando consumía alimentos procesados que cuando recibía alimentos mínimamente procesados. Y eso sucedía incluso cuando la ingestión de grasas, fibras y azúcar era similar en los dos casos.
Se permitió a los 20 participantes comer las cantidades que deseaban y se los internó en una clínica para vigilar su salud y conducta.

La mala noticia no termina ahí.
En otro estudio basado en cuestionarios, los investigadores en Francia descubrieron que la gente que consumía más alimentos procesados mostraba una mayor probabilidad de padecer insuficiencia cardíaca. Un estudio similar en España halló un vínculo entre el mayor consumo de alimentos procesados y la mayor probabilidad de muerte en general.
¿POR QUÉ SON TAN ATRACTIVOS LOS ALIMENTOS PROCESADOS?
Aparte de su sabor rico, habría otras razones por las que es tan difícil dejar de consumir helados y otros alimentos procesados.
En la prueba clínica, cuando la gente consumía elementos mínimamente procesados, producía una mayor cantidad de la hormona que suprime el apetito y menos de la hormona que causa hambre. La razón de esa reacción biológica no estaba clara. Otra conclusión: al consumir alimentos procesados se come más rápido.
“Estos alimentos tienden a ser más blandos y más fáciles de masticar y tragar”, dijo Kevin Hall, el investigador del NIH que dirigió el estudio.
Hall observó que la fuente de los nutrientes podría explicar la diferencia. Las fibras de frutas y verduras enteras pueden ser mejores para saciar el apetito que las clases de fibras agregadas a alimentos envasados como las galletas, el yogur e incluso los refrescos.
En el estudio francés, la autora Mathilde Touvier advirtió los efectos poco estudiados del “cóctel” de aditivos que llevan los alimentos procesados.
TAMPOCO HAY QUE TOMAR LAS COSAS TAN EN SERIO
Los tres estudios vienen con importantes salvedades.
El estadounidense fue pequeño y las conductas eran variables: algunos ingerían la misma cantidad de calorías en las dos dietas y otros muchas más con la dieta procesada.
Los participantes consideraban los alimentos de ambas dietas igualmente agradables, pero Hall observa que tal vez dijeron lo que creían que debían decir. La dieta de alimentos procesados incluía nueces saladas y leche entera, en tanto la otra incluía nueces sin sal y leche parcialmente descremada.
En los estudios francés y español la diferencia en los riesgos para la salud podría deberse a los hábitos y los factores ambientales. Además, los estudios no reflejan la población en general. Los participantes en el estudio español eran graduados universitarios relativamente jóvenes. Y aunque se vinculó el alimento procesado con el riesgo de muerte, el número total de muertes fue relativamente bajo.
¿QUÉ SE DEBE COMER?
Aún sin los estudios más recientes, la mayoría de la gente probablemente considera que el consejo de consumir menos alimentos procesados es válido. Los alimentos mínimamente procesados tienden a ser más ricos en nutrientes y más difíciles de consumir en exceso dadas su menor disponibilidad y conveniencia.
Con todo, puede ser difícil seguir ese consejo, sobre todo para la gente con escasos tiempo y dinero.
“Lo que no acepto es el mensaje de ‘cambia tu manera de comer’ si no se tiene en cuenta por qué la gente come lo que come”, dijo Sarah Bowen, estudiosa de los alimentos y la desigualdad.
Otro problema es el amplio espectro de los alimentos procesados y cómo distinguir los mejores de los peores en la medida que las empresas reforman constantemente sus productos para hacerlos parecer más sanos. Por eso, mientras los estudios más recientes nos dan más razones para evitar los alimentos industrializados, al mismo tiempo ponen de relieve las dificultades para hallar soluciones.
 

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Los países asiáticos buscan contener la propagación de la fiebre porcina africana, un mal altamente contagioso. Vietnam ha sacrificado 2,6 millones de cerdos y China más de un millón, en una epidemia sin precedentes que algunos temen ha escapado a todo control.

Se han reportado brotes menores en Hong Kong, Taiwán, Corea del Norte, Camboya y Mongolia desde que aparecieron los primeros casos en el noreste de China en agosto del año pasado. En su actualización semanal, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) reportó el jueves la presencia de la infección en Laos.


Ante la disminución en el suministro de productos porcinos en momentos en que el máximo productor a nivel mundial, China, y Vietnam han sacrificado una enorme cantidad de animales y establecido controles más estrictos en sus cargamentos, los precios globales han aumentado 40%, y algunos mercados registran escasez.

“Este es el brote de una enfermedad animal más grande de la historia”, dijo el epidemiólogo veterinario Dirk Pfieffer, de Hong Kong. “Nunca hemos visto cosa igual”.

En Corea del Sur, donde el cerdo es un gran componente de la dieta, existe el temor de que un brote perjudique el sector de la carne porcina, donde 6.300 establecimientos crían más de 11 millones de animales.

La fiebre porcina africana no afecta al ser humano, pero es altamente contagiosa y fatal para los cerdos. No se le conoce cura ni vacuna.

China ha sacrificado un millón de cerdos desde agosto pasado. También ha reportado 139 brotes en 32 de sus 34 provincias, indicó la FAO.

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos pronostica que el hato total de China se reducirá este año en un 18% a 350 millones de animales, la cifra más baja desde la década de 1980. La producción anual de productos porcinos en China podría caer hasta un 35%, según el banco holandés Rabobank.

Vietnam reportó a mediados de mayo que 1,2 millones de cerdos, alrededor del 5% de su hato, ha muerto o tuvo que ser sacrificado. La FAO señaló el jueves que esa cifra aumentó a 2,6 millones de ejemplares y Vietnam informó la movilización de miembros del ejército y la policía para ayudar a contener el brote.

Rabobank prevé que la producción porcina en Vietnam caiga en un 10% respecto al año pasado.

El sacrificio masivo en Vietnam podría hundir a muchos granjeros en la pobreza, señaló Wantanee Kalpravidh, coordinador regional del Centro de Emergencias para Enfermedades Animales Transfronterizas de la FAO.
 

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Renegabas de ellos en la infancia. Y de pronto, siendo ya adulto, te das cuenta de que el pimiento, el queso azul, la coliflor o el pescado no tienen sabores tan horrorosos como los recordabas. Es más, parece que podrían empezar a gustarte. ¿Por qué parece que se ha refinado con el tiempo nuestro paladar?
Lo creas o no, porque este ha perdido capacidades.
Los niños y el superpoder gustativo que perdemos los adultos
Los estudios muestran que los adultos encajan más o menos en alguna de estas categorías: bajos catadores, en torno a un 25% de la población, medios catadores, el 50%, y un restante 25% de altos catadores. La principal forma de pertenecer a cada uno de estos grupos, aunque hay otras condiciones, es el número de papilas gustativas en la boca del individuo. Aunque cada uno de nosotros tiene un distinto espectro del gusto que los demás dependiendo de su género, etnia y otras cualidades genéticas, más o menos podemos encajar en estas grandes categorías.
En cualquier caso, si los bebés presentan alrededor de 30.000 papilas gustativas en la tierna infancia, al llegar a la edad adulta sólo nos queda un tercio de ellas, y casi todas en la lengua. Para los bebés la experiencia de comer es mucho más intensa que para nosotros, y de ahí su aversión a tomar productos fuertes.
Aunque no todos los sabores son igual de difíciles. “Los niños evitan los sabores amargos y agrios porque tienen paladares mucho más sensibles que los adultos”, explicó en The New Yorker Virginia Utermohlen, investigadora del sabor de la División de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Cornell. También otros apuntan a que los niños rechazan muchas verduras porque sus papilas están amplificando el sabor de las notas amargas de las mismas. No es que sean quisquillosos, es que a nosotros, con su paladar, también nos sabrían mal.
Como sabe cualquiera que ha estado con un niño pequeño, lo que estos piden son sabores azucarados. Los humanos somos especialmente vulnerables en nuestras primeras etapas, y en esa necesidad por adaptarnos y sobrevivir está que los bebés y niños clamen por los alimentos energéticamente más eficientes, esto es, azúcar y umami (el quinto sabor asociado al glutamato monosódico, a los alimentos grasientos, saciantes y ultraprocesados).
El azúcar es el signo de la naturaleza de calorías, y los niños "necesitan más calorías en relación con su peso corporal que en cualquier otro momento de la vida de una persona", explicó en The Guardian el doctor en nutrición Mohammed Moghadasian. A medida que el individuo se hace adulto, y más o menos coincidiendo con la adolescencia, esa querencia por el azúcar va remitiendo.
Entonces, ¿cómo concordamos esa rebaja de nuestras capacidades del gusto y esa especie de refinamiento en el paladar de la edad adulta?
El gusto como músculo y como experiencia cultural
Porque a medida que nos hacemos mayores el gusto se va volviendo más una cuestión cerebral que una reacción física a los sabores. Esto explica, por ejemplo, por qué los adolescentes se sugestionan para que les guste el sabor del café o de las bebidas alcohólicas, aunque son muy difíciles para un paladar infantil, hasta que finalmente les gustan de forma genuina. Esto es así porque, por un lado, le echamos valor al riesgo de probar cosas que van contra nuestros receptores del gusto, y segundo porque abrimos nuevas rutas neuronales con las que realmente empezamos a disfrutar de la amargura o de las sensaciones ligeramente agresivas.
Todos estos procesos tienen un componente de manipulación psicológica y costumbre. Los estudios han demostrado que, según la cultura gastronómica recibida, tienes más desarrollados unos gustos y unas tolerancias, y de ahí que, por ejemplo, los niños mexicanos acepten una cantidad de picante intolerable para muchos adultos europeos.
Hay quien cree que esa apertura del gusto en la adultez está relacionada con el proceso de cambio de nuestro olfato. Al igual que perdemos receptores del gusto con los años, también lo hacemos con los del olfato, y la gente anciana por lo general apenas tiene capacidad olfativa a partir de los 80 años. Sin embargo, estudios que han escaneado cerebros de perfumistas han revelado que las áreas del cerebro relacionadas con la recepción del olor eran más grandes al final de su vida que en etapas anteriores o que de la media de la población madura, lo que nos lleva a pensar que la percepción de estos sentidos no sólo puede mantenerse, sino aumentarse en caso de trabajarse.
En esencia, nuestros paladares adultos importan menos que nuestras perspectivas gastronómicas, y sobre esas tenemos cierto control. Como cuenta Marcia Pelchat, psicóloga sensorial del Centro de Sentidos Químicos de Monell, "el gran predictor de si a alguien le le va a gustar algo como el melón amargo o la cerveza de lúpulo no es su sensibilidad al amargor, es su exposición a él, su motivación y su interés. Es una cuestión cultural".
 
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