Tesla superó por primera vez el pasado lunes a General Motors en capitalización bursátil en Wall Street y se convirtió en la mayor compañía automovilística de EEUU por valor en Bolsa. Cerró la sesión a 312,3 dólares por acción, lo que elevó su capitalización a 50.949 millones de dólares, superando los 50.885 alcanzados por General Motors que cotizó ese día a 33,97 dólares en el parqué neoyorquino.
Ayer martes, Tesla sufría una correción y el valor descendía al entorno de los 308 dólares cediendo el liderato a GM de nuevo.
Líder o no, si nos atenemos a la lógica empresarial, es difícil encontrar argumentos en su balance en los que Tesla apoye su acelerón en Bolsa, más rápido casi que su Model X P100 capaz de llegar de 0 a 100 km/h en 2,28 segundos. La compañía no ha dado beneficios desde su creación en 2003 en ninguno de sus 14 ejercicios. Sin embargo, lo que para muchos es una eterna huida hacia adelante, para los inversores es adelantarse al futuro de la movilidad.
Tesla fabrica vehículos premium 100% eléctricos con autonomías reales superiores a los 300 kilómetros. En España sus precios parten de 82.000 euros para el Model S y de 105.000 para el Model X. El año pasado sus ventas apenas llegaron a 90.000 unidades en todo el mundo, mientras que General Motors comercializó más de 9,5 millones de vehículos. Sólo en España, Renault, VW y Opel vendieron más turismos que Tesla en 2016.
La clave de Tesla para los analistas es 2018. Ese año, Elon Musk, su consejero delegado y principal accionista, afirma que producirá 500.000 unidades al año. En 2017, el objetivo es llegar a los 100.000 coches, con lo que en 365 días debería quintuplicar su producción.
Tesla sólo cuenta con una fábrica en Freemont (California) en la que está acometiendo obras de ampliación para acoger al modelo básico para catapultar las ventas: el pequeño Model 3, cuyo precio partirá de más de 35.000 dólares, del que Musk quiere que se entreguen las primeras unidades este próximo julio.
400.000 RESERVAS
Un modelo del que Tesla tiene más de 400.000 reservas, con lo que tendría garantizados los pedidos del primer año y condicionada la producción para hacerlos efectivos.
Al mismo tiempo, continúan las obras de la Gigafactory de Tesla en Nevada, de las que sólo se han inaugurado el 14% y donde la empresa fabrica las baterías tanto para abastercer a sus vehículos como las que se usan para suministrar energía a las casas y negocios.
Pero las dudas sobre si Musk cumplirá con sus objetivos de producción se han visto contrarrestadas por dos noticias positivas para Tesla en las últimas semanas. Primero, la entrada en su capital por parte de la tecnológica china, Tencent, que adquirió el 29 de marzo el 5% por valor de 1.800 millones de dólares.
La llegada del gigante chino Tencent no ha diluido la posición que Elon Musk tiene como máximo accionista, ya que ostenta el 20,6% del capital. Sus casi 33,6 millones de acciones de la compañía valían el lunes 10.415 millones de dólares. Si tenemos en cuenta que su valor el día de Nochevieja era de 7.156 millones; Musk ha incrementado su fortuna en casi 3.260 millones en tres meses. Tesla es un valor muy volátil, pero no menos cierto es que el primer interesado en que la firma gane dinero es su propio consejero delegado.
La otra noticia positiva es que Tesla ha anunciado un récord de ventas en el primer trimestre de 2017, con 13.450 entregas del Model S y 11.550 unidades del Model X, siendo el primer cuarto de año en el que la marca supera las 25.000 ventas. Los analistas esperan que en la primera mitad del año Tesla supere las 50.000 unidades.